El periodista independiente Jorge Bello Domínguez, que cumple una sentencia de 15 años de privación de libertad tras participar en las protestas del 11 de julio de 2021 en Güira de Melena, Artemisa, anhela construir un país en la que sus habitantes disfruten de una “democracia total”.
“Nuestra Cuba no se hace bajo la doctrina del odio y la represión. A Cuba la queremos hacer con amor, paz y democracia total”, afirmó el reportero en una en una crónica escrita el 29 de abril en la prisión de máxima seguridad Combinado del Este, de La Habana, donde está encarcelado.
“En lo personal no confío en la magnanimidad del régimen, que solo destila odio”, comentó. En otro fragmento, asegura que no cejará en su clamor de justicia.
“No me canso ni me cansaré de pedir justicia, a pesar de las amenazas que recibo de la Seguridad del Estado, de la dirección de la cárcel, del asedio y hostigamiento a mis seres queridos”, enfatizó.
“Estoy condenado por un sistema que evangeliza el odio, que trata a todos los que se le oponen con la cárcel, la muerte o el destierro”.
Un Tribunal Militar condenó al periodista independiente por los presuntos delitos de sabotaje con carácter continuado, robo con fuerza, desórdenes públicos y desacato.
Bello compara el tratamiento dado a los manifestantes del 11 de julio con el que recibieron los asaltantes armados a los cuarteles Moncada de Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo, el 26 de julio de 1953.
El entonces gobernante Fulgencio Batista, “fue capaz de excarcelar a quienes por las armas y ocasionando muerte y actos de sedición y rebelión pretendían derrocarlo del poder”, recuerda.
“Mientras que más de 800 jóvenes cubanos en su mayoría en edades comprendidas entre los 25 y 30 años de vida permanecen sufriendo el odio visceral del régimen por tan solo salir a las calles a pedir libertad y mejoras económicas”.
El preso político espera que Dios y la comunidad internacional logren al fin la excarcelación de todos los que están recluidos en cárceles cubanas por pensar diferente.
“Cuba necesita un cambio radical desde los cimientos hasta la mentalidad, por lo tanto, pedir a Dios y que los amigos de la libertad y las causas justas del mundo continúen exigiendo nuestra liberación incondicional”, reclama Bello Domínguez.