El preso político del 11J, Dixán Gaínza Moré, sigue en huelga de hambre en la prisión de Kilo 8, Camagüey, aunque su familia quiere que lo abandone, informó este domingo su hermana a Radio Martí.
“Lo queremos vivo y no lo queremos muerto”, declaró Disney Azahares, quien pudo visitarlo el sábado y confirmar que “se encuentra mucho mejor que el día 5” pero sigue estando mal, más delgado, fatigado, con dolor de estómago y con la presión alta. “Estamos muy preocupados…no se encuentra nada bien”, afirmó.
El prisionero político e integrante del grupo opositor UNPACU seguirá con la protesta que inició el 1 de abril en la tarde para exigir su libertad condicional tras haber cumplido un tercio de su condena de 6 años de privación de libertad, pero tiene previsto comenzar a tomar agua. “El me dice que no va dejar la huelga de hambre”, subrayó Azahares, pero “él me prometía que el lunes con esa actitud, iba a incorporar el agua que sea necesaria para que el cuerpo siga existiendo, pero que no iba a llevarse nada a comer a la boca”.
En estos momentos, Gaínza, de 37 años de edad, está en una celda aislada en el área de servicios de salud de Kilo 8, donde no hay malos tratos, precisó su hermana.
Sin embargo, declaró que “queremos que sepan que Dixán no se encuentra para nada bien, que pueden fallar los órganos, que puede pasar cualquier cosa mala con él, que podemos perderlo en cualquier momento, y que hacemos responsable a Cárceles y Prisiones por lo que suceda con mi hermano y que lo sepa el mundo entero”.
El miércoles pasado su madre fue a Kilo 8, pero no se le permitió ver, por lo que sostuvo una fuerte discusión con el director, el teniente coronel Juan Miguel Duarte Sánchez. Tras el incidente, su familia había pedido verificar su estado de salud.
“Nosotros necesitamos una fe de vida de él, porque si no se lo dejaron ver, es porque debe estar en peores condiciones, críticas ya, entonces nosotros hacemos responsables a Cárceles y Prisiones de todo lo que pueda pasar con mi hermano y responsabilizamos a Juan Miguel, que tiene que estar al tanto y no lo pueden dejar morir, si es que a ellos les parece, porque él está en sus manos”, aseguró en ese momento Azahares.
Esta no es primera vez que el activista se planta. El 1 de enero de 2023, decidió abandonar la huelga de hambre que realizaba en celda de castigo en la prisión Cerámica Roja, en la capital agramontina, la cual había iniciado el 26 de diciembre en el penal La Empresita.