El llamado ordenamiento económico implementado por el Gobierno a inicios de 2021 ha tenido resultados muy negativos para los adultos mayores en Cuba, dijo una experta a Radio Televisión Martí.
El impacto de la "Tarea Ordenamiento" en la población en general ha sido "altamente negativo", pero particularmente en aquellos sectores con mayor riesgo de vulnerabilidad social, dentro de los que se encuentran las personas mayores, afirmó la socióloga Elaine Acosta, directora ejecutiva de Cuido60, un Observatorio de envejecimiento, cuidados y derechos.
“Cuestión que no es menor, porque estamos hablando, en el caso cubano, de una población que representa alrededor del 20 por ciento de la población en su conjunto”, dijo.
Cuba tiene un el 20,8% de la población con 60 años y más. Se espera que para el 2025 represente el 25% de la población total y para el 2030, se pronostica que el 30% de los habitantes de la Isla pertenecerá a la tercera edad.
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Las políticas públicas del gobierno cubano no han conseguido resolver las necesidades de los adultos mayores en más de 60 años. La ejecución de la llamada Tarea Ordenamiento, aunque prometía mejoras, ha tenido resultados catastróficos para este sector poblacional.
“El de las personas mayores ha sido uno de los grupos más afectados, porque esta decisión de la ‘Tarea Ordenamiento’ implementada a inicios del año 2021, se toma en uno de los momentos más críticos que afronta la sociedad cubana, en medio de las consecuencias gravísimas de la pandemia, y esto repercute en un aumento del costo de la vida, en una mayor inflación, en una dolarización de la economía”, apuntó Acosta.
La compañía de información financiera Bloomberg evaluó, recientemente, al peso cubano como la moneda más depreciada del mundo, al calcular una depreciación del CUP de 95.83% en el período comprendido del 1 de enero de 2021 al 5 de enero de 2022.
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La “Tarea Ordenamiento” trajo consigo “un conjunto de restricciones también en el acceso a los productos de la canasta básica por la apertura y por la derivación de muchas de las ventas de los productos en Moneda Libremente Convertible” (MLC), recalcó la socióloga.
La semana pasada el Ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, reconoció, en el programa televisivo Mesa Redonda, que los productos de la canasta básica no alcanzan para la alimentación del pueblo.
Aunque la tarea Ordenamiento acarreó un aumento de las pensiones, el incremento en igual o mayor ritmo de los precios de productos básicos y la eliminación de algunos subsidios empeoró la situación de los ancianos.
“Por supuesto, todo esto implica una disminución del valor real de la pensión que reciben las personas mayores que si bien había aumentado con esta tarea, por el impacto de todas estas otras medidas económicas ese aumento, sencillamente, no se refleja en un mayor poder adquisitivo por parte de las personas mayores, en su gran mayoría”, señaló la especialista.
Lee también El costo social de la crisis económica en Cuba: "Todo el mundo lo que quiere es irse"“Hay que contar también que, en el contexto de la pandemia, muchos de estos servicios cerraron. Todo esto contribuyó a que los apoyos brindados de parte del Estado fueran bastante reducidos. En consecuencia, esto ha implicado un empobrecimiento superior de la población adulta mayor y por lo tanto también un mayor riesgo de vulnerabilidad social”.
El Artículo 70 de la Constitución establece que el Estado, "mediante la asistencia social, protege a las personas sin recursos ni amparo, no aptas para trabajar, que carezcan de familiares en condiciones de prestarle ayuda".
“Al mismo tiempo, el Estado cubano había venido reduciendo, sistemáticamente, la asistencia social, tanto en el presupuesto y los recursos que se estaban destinando como en el número de beneficiarios. Además, dentro de la ‘Tarea Ordenamiento’ se encarecieron los servicios de atención a la familia, en particular los comedores, absolutamente importantes para las personas mayores, y un conjunto, además, de barreras en el acceso a los servicios para el cuidado y la atención de las personas mayores que ya eran limitados y además de una mala calidad en su gran mayoría”, concluyó la experta.