El Gobierno cubano anunció a finales de 2019 la creación de un Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial, adoptado por acuerdo del Consejo de Ministros el 20 de noviembre de ese año.
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El gobernante Miguel Díaz-Canel reconoció, en ese entonces, que subsisten todavía “algunos vestigios, que no están por política en nuestra sociedad, pero sí en la cultura de un grupo de personas”.
catalogación como “palestinos” de los ciudadanos que proceden de la zona oriental ...
El programa contra el racismo incluiría manifestaciones asociadas como “el regionalismo y la discriminación por el origen étnico y nacional”. Al respecto Juan Antonio Madrazo Luna, presidente del Comité Cubano por la Integración Racial (CIR) resaltó que “esa es una de las asignaturas pendientes que tiene ese, aún desconocido, programa”.
Una de las actitudes más marcadas por el regionalismo es la catalogación como “palestinos” de los ciudadanos que proceden de la zona oriental.
Lee también Comité de Integración Racial celebra 12 años de trabajo con la sociedad civil cubanaA quienes viven en las provincias de Santiago de Cuba, Holguín, Granma, Las Tunas y Guantánamo se les llama santiagueros, holguineros, granmenses, tuneros o guantanameros pero cuando tratan de instalarse en la capital pierden sus propios gentilicios y se los llama “palestinos”.
“'Palestino’ es una construcción peyorativa utilizada contra las personas negras y mestizas que habitan en Granma, Las Tunas, Santiago de Cuba y Guantánamo, que apenas es utilizada contra los nativos de Holguín, en primer lugar, porque tiene mejor estructura de desarrollo, y en segundo porque, aunque la mayoría de los holguineros son mestizos, es una ciudad que se promociona como blanca e hispana en su identidad”, dijo el investigador y activista.
El mote de “palestino” es la “materia prima para fabricar la diferencia y como etiqueta está fuertemente anclada en el imaginario social de la mayoría de los que residen en el occidente y Centro contra los cubanos y cubanas, negros y mestizos del Oriente”, puntualizó Madrazo Luna.
abundan las muestras de discriminación contra los nuevos “emigrantes”,...
La Habana constituye el núcleo económico, político y socio cultural de la nación. Allí, no sólo están instaladas las más altas autoridades políticas, militares y jurídicas, sino que es el epicentro de la vida artística y científica del país. Esto marcó la desigualdad y profundizó la diferenciación regional.
El Censo de Población y Vivienda de 2012 confirmó la tendencia de los nacidos en el oriente a emigrar hacia La Habana debido a los mejores accesos a servicios básicos y condiciones de infraestructura que existen.
Pero abundan las muestras de discriminación contra los nuevos “emigrantes”, en muchos casos de parte de gente cuyo origen también está en la región oriental. A lo que ha contribuido también la aplicación del Decreto 217 de 1997 para la regulación de la inmigración hacia la capital.
La cúpula gobernante ha justificado la normativa argumentando que el libre traslado a la capital podría poner en peligro la seguridad de Cuba debido a la falta de control estatal sobre las identidades de los ciudadanos y menciona el hacinamiento, el exceso de construcción y el aumento de la delincuencia como resultado de la presión demográfica en La Habana.
el bloqueo migratorio interno es contra “los compatriotas orientales ...
En este sentido, Abdel Legrá, miembro del Partido Ciudadanos por el Desarrollo, indicó que el bloqueo migratorio interno es contra “los compatriotas orientales, que al llegar a la capital no pueden registrarse y por tanto no pueden aplicar a un empleo legal, se ven obligados a vivir en barrios marginales y siempre están en peligro de ser deportados y multados. El régimen habla de muros por el mundo y calla ante los muros de la emigración cubana interna”.
Para el consumo popular los orientales son de raza mestiza o negra, con bajo nivel educacional, y llegan con el propósito de robar a los habaneros o ingresar en negocios sucios. Los actos de policías deteniendo a ciudadanos tan solo porque su rostro o su piel les sugieren que son “potencial delictivo” se han hecho cada vez más cotidianas en la capital.
Lee también Columna en The Washington Post señala carácter racista de violencia policial en Cuba“Como en Cuba está ausente la pedagogía del antirracismo, la etiqueta ‘palestino’ está normalizada en el lenguaje cotidiano de muchos, sean blancos, negros o mestizos: los palestinos son los agentes del orden público, los trabajadores de la construcción o de los servicios, las jineteras y los que se dedican a ejercer la prostitución homosexual masculina. Los migrantes son también los coleros y las coleras”, apuntó Madrazo Luna.
Lo cual no sólo obedece a prejuicios raciales, sino a identificación de pobreza, desigualdad y ausencia de desarrollo territorial hacia el interior de la isla.
El problema se extiende a otras provincias como Artemisa, Mayabeque, Matanzas, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Camagüey, a donde también emigran los orientales en busca de mejores condiciones de vida porque en ellas se asientan importantes polos turísticos o agropecuarios, o son territorios relativamente cercanos a la capital.
Más allá de cómo, en Cuba, se comenzó a usar el término con la connotación que tiene es el reflejo de una injusticia social que “dentro de la problemática racial cubana apenas los cientistas sociales han abordado y tampoco se discute en la esfera pública”, concluyó Madrazo.