Lo de Rasiel Iglesias con los Bravos de Atlanta puede definirse con una sola palabra: perfección. El derecho nacido en la Isla de Pinos salió a lanzar en tres partidos en los últimos siete días, incluido un relevo de par de entradas.
Iglesias no permitió libertades a sus rivales, propinó cuatro ponches y solamente un bateador llegó a primera por pelotazo.
Obtuvo una victoria, su tercera de la temporada, además de sumar dos rescates y llegar a 28, a sólo seis de su mejor marca (34), que logró en 2019, con los Rojos de Cincinnati, y 2021, con los Angelinos de Los Angeles.
El cerrador de los Bravos lleva 13 innings consecutivos sin permitir hits, en los que solamente se le ha embasado un bateador por pelotazo. Desde el 27 de julio no ha tolerado imparables y el 16 de junio fue la última vez que le anotaron carreras limpias.
En sus últimos 15 episodios ha permitido cuatro cohetes, una carrera sucia, con dos bases por bolas y 30 ponches.
Su capacidad para impedir hombres en circulación y retirar casi todos los innings de 1-2-3, además de su fuerza física y mental para trabajar más de un capítulo, si las circunstancias lo requieren, le dan al equipo seguridad en la victoria, si llegan al noveno con ventaja.
Otro que está intratable desde la lomita es el zurdo Aroldis Chapman.
El único hombre que ha lanzado la pelota sobre 100 millas por hora a lo largo de 15 temporadas, ha dejado para los finales de la campaña con los Piratas de Pittsburgh su mejor versión.
Entre el lunes 19 y el domingo 25 de agosto, el Misil Cubano salió a trabajar en cuatro partidos.
En total, laboró por cuatro entradas en blanco, en las que toleró apenas dos hits y abanicó a ocho contrarios, se apuntó un triunfo, su quinto del año, y sumó dos Holds, esa estadística creada para premiar a los relevistas intermedios.
En la campaña tiene 81 ponches en 49.2 capítulos, cinco triunfos con cuatro derrotas, efectividad de 3.08 y 21 holds. Ahora acumula en su carrera 1,229 abanicados, la cuarta mayor cantidad para un relevista en la historia, con lo que da otro paso más hacia su posible entronización en el Salón de la Fama de Cooperstown, cuando le llegue el momento.
En su caso, no se explica por qué el manager Derek Shelton no le ha dado más oportunidades de cerrar partidos para apuntarse salvamentos.
Y el derecho Yennier Cano, de los Orioles de Baltimore, se ha convertido en uno de los apagafuegos más confiables de todo el béisbol. El avileño fue llamado desde el bullpen dos veces en la semana y en dos entradas y un tercio no permitió libertades, con cuatro abanicados.
Por segunda temporada consecutiva, llegó a los 30 holds y es el primero en alcanzar esa cifra en dos campañas seguidas en los últimos diez años en Grandes Ligas.
Cano, firmado originalmente por los Mellizos de Minnesota cuando jugaba en la casi clandestina liga de Argentina, ha crecido a niveles extraordinarios con los Orioles, con los que incluso asistió en el 2023 al Juego de las Estrellas.