Raúl Sosa Martínez, de 50 años, seguía preso este martes en la cárcel Combinado del Este, en La Habana, tras haber sido detenido días después de las protestas populares del 11 de julio, en el reparto La Güinera, en Arroyo Naranjo.
Su esposa, Mariceli Busutil, dijo a Radio Martí que uno de sus hijos, preso en la cárcel de menores conocida como Ivanov, en el Cotorro, fue liberado bajo fianza, otro hijo menor fue golpeado y su hija mordida por un perro de la policía.
“Mi esposo, cuando empezó la manifestación, había salido a buscar qué comer; el drone lo captó, y el día 13 lo vinieron a buscar aquí, a la casa. Primero se lo llevaron a él y después a mi hijo”.
Lee también OCDH denuncia “al menos 1,745 acciones represivas en Cuba” en julio y la “banalización del tema” en naciones democráticas“En lo que estaba detenido allí, en Ivanov, (a mi hijo) me le dieron tremenda mano de golpes; como seis (vasijas) de orine que tenía, se los vaciaron en la frente. Al niño mío también le dieron golpes; el niño tiene todas las rodillas peladas”, a mi hija la mordió el perro en el seno”, afirmó Busutil.
Según la mujer, durante la represión desatada tras las manifestaciones, a su hijo mayor "le partieron la cabeza, los perros lo mordieron en la espalda, en una nalga, el brazo por poco se lo parten".
Ella también fue víctima de la violencia policial.
"A mí me dieron golpes por yo abracar a mi hijo […]. Le sacaron un revólver, que se lo rastrillaron, y yo me le tuve que meter en el medio y decirle (al policía) que si me le tiraba a él tenía que tirarme a mí, que era la madre. Así logré sacar a mi hijo de ahí, porque si no lo hubieran matado”.
Busutil explicó que todo eso sucedió en La Güinera, en la calle Josefina.
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"Mi hijo más chiquito se llama Yerandi Sosa, el mayor se llama Mario Raúl Sosa y a (la hija) Yaneli Sosa le mordió (el perro) la parte del seno. Ella andaba con la niña cargada; ella tiene dos niñas, una de dos y la otra de cinco años. Mi hija tiene 22; ella estaba parada en la puerta y le soltaron al perro (de la policía), y el perro la mordió en el seno que, vaya ¡de milagro que no mordió a la niña!”.
El esposo de Busutil y Mario, el hijo mayor, de 21 años, todavía permanecen detenidos. A su hijo menor, de 18 años, lo tiene en la casa gracias a que pagó “una fianza de 2,000 pesos”, afirmó.
Al hijo mayor del matrimonio Sosa-Busutil, explica su madre, “lo cogieron cuando él fue a entrar a su cuñado, que andaba bebido".
Según la mujer, le cayeron encima "como 30 policías", y le partieron la cabeza con una cabilla, "le tiraron el perro y lo mordió en la espalda, y en una nalga, y le hincharon un brazo”.
Lee también La Cuba posterior al 11 de julio es radicalmente diferente, asegura informeBusutil cuenta que, a pesar de las lesiones, a su hijo no se le brindó atención médica, y ella misma tuvo “que llevarlo al (hospital) Nacional al otro día”, donde certificaron que no tenía fractura.
Busutil comentó que, “en estos momentos La Güinera está muy tranquila, la están arreglando porque, en todo el tiempo que llevaba La Güinera, nunca […] le habían hecho una calle, nunca habían puesto nada de comer. Ahora está teniendo una mejoría que ¡para qué! Están arreglando las calles, están tirando las aceras, están haciendo las calles nuevas, y los fines de semana te ponen un carro con lo que es comestibles, refrescos y una serie de cosas”.
“Policías de vigilancia yo no he visto ninguno, pero dice mi hija que sí, que los están tirando vestidos de civil para la calle”, finalizó Busutil.
(Con reporte de Ivette Pacheco para Radio Martí)