Aunque la gasolina en la isla, al estar subvencionada por el Estado, es considerada por las autoridades como «barata», el precio es alto para los cubanos que deben llenar el tanque pagando en pesos cubanos (CUP), una moneda nacional en caída libre con respecto al dólar. Además, influye el contexto de la grave crisis económica, la escasez de alimentos, medicinas, una alta inflación y los frecuentes cortes de electricidad.
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