EEUU sancionó a una organización criminal con una "sofisticada red" que ha proporcionado los medios para la entrada ilegal de miles de migrantes indocumentados a EEUU desde al menos 2018.
MIAMI, EEUU — El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció este viernes que impuso sanciones a una organización criminal de contrabando de personas con base en México que había facilitado la entrada ilegal de miles de migrantes indocumentados a EEUU a través de la frontera sur.
La "sofisticada red" internacional estaba dirigida por la mexicana Ofelia Hernández Salas, implicada "en la falsificación de documentos y la corrupción en México para contrabandear inmigrantes indocumentados a EEUU desde al menos 2018", indica un comunicado de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC).
Hernández Salas, líder de la organización del mismo nombre, tiene vínculos con el Cartel de Sinaloa y permanece en una cárcel mexicana en espera de ser extraditada a territorio estadounidense para responder ante un tribunal.
En una acción coordinada con el gobierno de México, la OFAC también sancionó a cuatro de los socios de tráfico de personas de la organización de Hernández Salas.
Las sanciones incluyen el bloqueo de activos y propiedades a nombre de las personas listadas, ya sea de manera exclusiva o parcial.
La designación de Hernández Salas y su empresa criminal "tiene como objetivo interrumpir las operaciones globales del grupo”, explicó el subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, Brian E. Nelson.
Nelson insistió en que seguirán "enfocándose agresivamente en aquellos que buscan aprovecharse de los migrantes desesperados y abusar del sistema financiero de los EEUU”.
Redes de contrabando como la organización liderada por Hernández Salas arreglan el transporte, alojamiento y documentos para que personas que no cumplen los requisitos de entrada a EEUU puedan ingresar al país. Su influencia se extiende por todo el continente, pero su presencia es más fuerte en los países centroamericanos.
Las autoridades estadounidenses y mexicanas estiman que las víctimas pagan entre $10.000 y $70.000 por los servicios de contrabando.
"La práctica del contrabando de personas y la facilitación de documentación fraudulenta socava el sistema de asilo de EEUU, daña la confianza del público en el proceso de investigación y pone en peligro el acceso a la protección de las personas vulnerables que huyen del conflicto, la hambruna y la persecución", advirtió el Departamento del Tesoro.