EEUU agrava la categoría a Cuba en la lucha contra el tráfico humano

Médicos cubanos listos para viajar al exterior. El informe asegura que La Habana no hizo nada frente a las denuncias de trabajos forzados en las misiones médicas cubanas en el extranjero.

El Departamento de Estado de Estados Unidos rebajó a 3 la categoría del gobierno cubano en la lucha contra el tráfico humano, lo que significa que “no cumple los estándares mínimos” para eliminar ese contrabando y tampoco está haciendo esfuerzos significativos para combatirlo.

Según el informe oficial publicado hoy, el régimen de La Habana no hizo nada frente a las denuncias de trabajos forzados en las misiones médicas cubanas en el extranjero, pese a las alegaciones de que autoridades de la isla amenazaron y dictaron medidas coercitivas para que algunos participantes se mantuvieran en el programa.

"Los observadores informan que el gobierno no informa a los participantes sobre los términos de sus contratos, lo que los hace más vulnerables al trabajo forzoso. El gobierno cubano reconoce que retiene los pasaportes del personal médico extranjero en Venezuela; el gobierno proporcionó tarjetas de identificación a dicho personal. Algunos médicos cubanos afirman que trabajan largas horas sin descanso y enfrentan condiciones de trabajo y de vida por debajo de lo normal en algunos países, incluida la falta de condiciones de higiene y privacidad. Los observadores señalan que las autoridades cubanas obligaron a algunos participantes a permanecer en el programa, incluso mediante la retención de sus pasaportes, la restricción de su movimiento, el uso de "observadores" para vigilar a los participantes fuera del trabajo, la amenaza de revocar sus licencias médicas y las represalias contra sus familiares en Cuba", destaca el reporte.

“El gobierno cubano no penalizó todas las formas de trabajo forzado ni de tráfico sexual con adolescentes de 16 y 17 años”, indica el informe del gobierno de Estados Unidos. Tampoco aplica procedimientos “para identificar activamente a víctimas de trabajos forzados, no ofrece un paquete integral de servicios que incluya dar vivienda y protección fisica a las víctimas, y detuvo a procesó a víctimas potenciales de tráfico sexual por haber cometido actos ilegales bajo coerción de los traficantes”.

No es la primera vez que el régimen de La Habana cae en la categoría 3. Aunque entre 2015 y 2018 se mantuvo en la categoría 2W (Tier 2W, según la denominación oficial), los informes del 2011, 2012, 2013 y 2014 lo calificaban en el Tier 3.

El Departamento de Estado de EEUU dio a conocer el jueves su informe anual sobre tráfico humano.

La 2W es la segunda categoría agravada, porque en esos casos “el número de víctimas de formas severas de tráfico es muy significativo o está incrementándose significativamente, o no logra proporcionar evidencias de un mayor esfuerzo para combatir las formas severas de tráfico con personas afectadas el año anterior, o no cumplió la promesa de incrementar sus esfuerzos” en ese sentido.

Al publicar sus cifras oficiales en diciembre de 2018, el gobierno cubano reportó que durante 2017 había procesado 20 casos, y que los 20 acusados resultaron convictos --19 traficantes sexuales y un contrabandista de trabajo forzado infantil--, en comparación con los 39 de 2016 y los 17 de 2015, dice el informe del Departamento de Estado.

En su presentación del informe, el Secretario de Estado Mike Pompeo subraya que “el tráfico humano es uno de los crímenes mas atroces que se cometen en el planeta. Ahora mismo, los contrabandistas están robándole a 24.9 millones de personas su libertad y lo más básico de su dignidad humana”.

Al menos un experto en la lucha contra el tráfico humano que prefirió no ser identificado para no comprometer su acceso a la isla le dijo a radiotelevisionmarti.com que rebajar al gobierno cubano al Tier 3 es muy positivo.

“Primero, porque eso significa que está monitoreándolo con más atención”, observa el experto, autor de un libro sobre el tema. “Y segundo, porque así la comunidad internacional observa al gobierno de Cuba como un pecador y cómplice potencial de las organizaciones criminales transnacionales”.