Estados Unidos ha decidido aprovechar su mes al frente del Consejo de Seguridad de la ONU para llevar ante ese órgano las crisis en Nicaragua y Venezuela, a pesar de la oposición de varios Estados miembros.
La delegación estadounidense anunció el martes sendas reuniones sobre la situación en esos dos países latinoamericanos como parte de su plan de trabajo para septiembre.
En el caso de Venezuela, EE.UU. ha optado por convocar una reunión informal del Consejo de Seguridad, un formato que ya utilizó el pasado año para llevar la crisis en el país latinoamericano ante Naciones Unidas.
El encuentro tendrá lugar el próximo 10 de septiembre y en él participarán "algunos miembros de la sociedad civil venezolana".
Your browser doesn’t support HTML5
Según Haley, el objetivo es que compartan con el Consejo de Seguridad cómo el presidente venezolano, Nicolás Maduro, es "sistemáticamente corrupto y cómo está quitando recursos a la gente para seguir manteniendo su dictadura".
EE.UU. ha planteado la reunión como una continuación de otra sesión, en este caso formal, que el Consejo de Seguridad celebrará unas horas antes para analizar cómo la corrupción puede estar en la raíz de conflictos armados.
Cuando el año pasado Washington organizó otra reunión informal sobre Venezuela, varios Estados miembros optaron por boicotearla, insistiendo en que la crisis en el país no incumbe al Consejo de Seguridad y denunciando que EE.UU. la lleva a la ONU por motivos ideológicos.
Lo hizo a pesar de las protestas de países como Rusia y China, dos miembros permanentes, que defienden que esas crisis no plantean un peligro para la paz y la seguridad internacional y, por tanto, no deben figurar en la agenda del máximo órgano de decisión de la ONU.
"Si no creen que Nicaragua es una cuestión de paz y seguridad, les pido que hablen con los nicaragüenses", respondió tras escuchar esa postura Nikki Haley, la embajadora estadounidense ante la ONU.
"¿Cuánta gente tiene que morir para que se convierta en una cuestión de paz y seguridad?", insistió la representante estadounidense, que convocó de imprevisto una reunión pública ante las objeciones a sus planes para septiembre.
La división sobre el caso de Nicaragua, en concreto, impidió que el Consejo de Seguridad aprobase un programa de trabajo oficial para el mes de septiembre, algo que habitualmente se hace por consenso.
Además de Rusia y China, Bolivia y varios países africanos se mostraron en contra de incluir la crisis nicaragüense en la agenda, mientras que otros como Kazajistán o Kuwait expresaron reservas.
La propuesta estadounidense, mientras, fue respaldada principalmente por los países de la Unión Europea (UE) y Perú, que defendieron que abordar las protestas en Nicaragua y su represión es parte del mandato de "diplomacia preventiva" de la ONU.
Pese a la falta de consenso, Haley decidió convocar la reunión sobre Nicaragua para este miércoles y dijo que espera la presencia, entre otros, del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.
En principio, los países que se oponen a celebrar la reunión tienen derecho a pedir antes de su inicio un voto para impedirla, aunque por ahora no han adelantado si lo harán o no.
Haley, mientras tanto, destacó la importancia de que el Consejo de Seguridad pueda discutir por primera vez la situación en Nicaragua, que vive una importante crisis a raíz de las protestas contra el Gobierno de Daniel Ortega.
Según algunas organizaciones de derechos humanos, desde que el pasado abril arrancaron las manifestaciones se han registrado 400 muertos, cifra que las autoridades sitúan en 195.
"Es clave que el Consejo de Seguridad sea informado de la situación sobre el terreno, de cómo va el diálogo político y de lo que la OEA está haciendo para ayudar", explicó Haley en una conferencia de prensa.
También en clave latinoamericana, este mes el Consejo debe aprobar la continuidad de la misión de Naciones Unidas que respalda la implementación de los acuerdos de paz en Colombia.
En otros ámbitos, el Consejo prestará mucha atención durante septiembre a la situación en Siria, con varias reuniones sobre la guerra en el país árabe, incluida una este viernes sobre la inminente ofensiva del régimen sobre Idleb, el último bastión opositor.
Además, EE.UU. anunció hoy que su presidente, Donald Trump, aprovechará su asistencia a la Asamblea General de la ONU para encabezar el día 26 una reunión del Consejo de Seguridad sobre Irán.