Estados Unidos y dos de sus principales aliados en Asia, Corea del Sur y Japón, unirán esfuerzos para obtener una reacción internacional firme y exhaustiva ante el cuarto ensayo nuclear norcoreano, prometieron el jueves.
Los dirigentes de esos tres países, que siempre tratan de presentar un frente unido contra la amenaza nuclear norcoreana, conversaron por teléfono un día después de que Pyongyang anunciara una prueba exitosa de bomba de hidrógeno.
Poco antes, el Consejo de Seguridad de la ONU había celebrado una reunión de urgencia en la que prometió aumentar y endurecer las sanciones que ya pesan contra Corea del Norte, tras sus precedentes ensayos (2006, 2009 y 2013).
Los 15 países miembros - incluida China, única aliada de peso de Pyongyang- anunciaron "medidas suplementarias significativas" que serán incluidas en una nueva resolución, aunque esta llegará tras varios días de negociaciones.
En Corea del Sur, la presidenta Park Geun-Hye reclamó una respuesta enérgica frente a lo que considera una "grave provocación".
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Park se entrevistó el jueves con su homólogo estadounidense, Barack Obama, y según un comunicado surcoreano, ambos líderes consideraron que el último ensayo nuclear requiere "las sanciones más potentes y completas" contra el régimen norcoreano.
Asimismo, Corea del Sur anunció que a partir del viernes difundirá de nuevo a todo volumen mensajes propagandísticos en la frontera con Corea del Norte, una medida que siempre ha enfurecido a Pyongyang.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, habló con Obama y consideró que ambos países deberían liderar una cruzada para lograr las sanciones más severas, sugiriendo la posibilidad de sanciones unilaterales. Posteriormente, Abe también conversó con su homóloga surcoreana.
Kerry critica la estrategia de China
Por su parte, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, criticó la estrategia de China con respecto a su aliado Corea del Norte, y señaló que Pekín "no puede continuar como si nada hubiese ocurrido", tras el nuevo ensayo nuclear norcoreano del 6 de enero.
"China adoptó una estrategia particular que quiso poner en práctica y estábamos de acuerdo con eso y le damos tiempo para implementarlo", explicó John Kerry a la prensa, refiriéndose al encare cauteloso que ha asumido China ante su vecino totalitario.
"Pero en la conversación que tuve hoy con (el ministro de relaciones exteriores) chino, dije muy claramente que no puede continuar como si nada hubiese ocurrido", agregó Kerry.
Estados Unidos, y el resto del mundo, fue sorprendido por el ensayo nuclear norcoreano del miércoles, el cuarto que lleva a cabo el país desde 2006. Pyongyang afirmó que se trata de un ensayo de una bomba de hidrógeno, cosa que la Casa Blanca ha puesto en duda.
China se sumó al rechazo internacional asegurando que se "oponía firmemente" al ensayo norcoreano y "exhortando" a su vecino a retomar las negociaciones nucleares interrumpidas desde 2008, pero todavía no ha declarado si piensa imponer a Corea del Norte sanciones más severas, tal como lo prevé un acuerdo del Consejo de Seguridad de la ONU del miércoles.
Luego de las declaraciones que hizo Kerry, un diplomático estadounidense admitió que "China tiene una influencia sobre Corea del Norte que nadie más tiene."
Kerry y su homólogo chino Wang Yi "acordaron que Estados Unidos y China continuarán con su coordinación estrecha dentro del Consejo de Seguridad de la ONU y dentro del marco de las negociaciones a seis para actuar como se debe", indicó un resumen del departamento de Estado estadounidense.