¿Cuánto conoce la sociedad cubana del trabajo de la oposición dentro de la isla y sus principales líderes? Este es un enigma constante entre las fuerzas en conflicto. El control de esa información y el modo en que influye en el pueblo, es definitivamente un factor de triunfo.
EcuRed, también llamada Wikipedia cubana, se encarga de brindar la versión oficialista de los principales líderes de la oposición en Cuba. Solo los más destacados, imposibles de obviar, aparecen en ella: Oswaldo Payá, Elizardo Sánchez, Guillermo Fariñas y Yoani Sánchez, entre otros. Quienes ya no son un obstáculo para las autoridades cubanas solamente son mencionados, por ejemplo la líder de las Damas de Blanco, Laura Pollán, fallecida en el 2011.
Oswaldo Payá Sardiñas, Premio Sájarov de los Derechos Humanos, califica estas estratagemas del poder en Cuba, encargadas de amoldar la realidad a su conveniencia, como “una perversión para destruir la mente.”
Ante la pregunta de las implicaciones de ser incluido en este manual como uno de los 'anticristos' de la Revolución Cubana, Guillermo Fariñas respondió que ser difamado significa que “la labor que uno hace le duele al régimen totalitario castrista.”
“Es un Gobierno que no tiene escrúpulos y no reconoce ningún tipo de limitantes en el plano ético para decir infamias de las personas, que como regla general no pueden defenderse, coincidió el disidente Elizardo Sánchez, en referencia a la imposibilidad de la oposición para compartir su alternativa política a través de los medios de comunicación del país".
Sánchez agregó: “Lo único que podemos decir de las víctimas de esas campañas es que nosotros no hemos fusilado a nadie en Cuba y los gobernantes han matado entre 3 mil y 5 mil cubanos en los paredones de fusilamiento; podemos decir que no hemos encarcelado nunca a nadie ni hemos hecho sufrir a nadie; ni tampoco somos los culpables de la situación de pobreza y desesperanza de la inmensa mayoría de los cubanos.”
Payá indica que los medios de comunicación del Gobierno, específicamente algunos programas como la Mesa Redonda o discursos de dirigentes políticos, resultan tan impopulares que en un recorrido por su zona de residencia, a modo de experimento, ha encontrado que “el único que tiene conectado ese programa, y no por simpatía, soy yo.”
“Ya nos hemos acostumbrado en cierta medida –indica Sánchez- a vivir bajo una atmósfera de calumnias y de infamias. Afortunadamente a nivel mundial se cree muy poco en este Gobierno e internamente la inmensa mayoría de los cubanos no creen en el Gobierno, aunque no se atreven a decirlo debido a la enorme capacidad de intimidación que tiene el régimen.”
Oswaldo Payá opina que las personas lo reconocen sobre todo por su trabajo mano a mano, debido principalmente a la experiencia masiva iniciada con el Proyecto Varela, cuando decenas de miles firmaron la petición.
Por su parte, Elizardo Sánchez afirma que “los vecinos nos respetan porque llevamos muchos años y tratamos de ayudar a la gente. El tema está en la gente que trabaja para la policía política secreta y elementos progubernamentales que no acaban de entender la realidad de Cuba, y ellos no ocultan su hostilidad”.
Otro tanto le sucede a Guillermo Fariñas, quien destaca que en el interior del país las personas conocen más la versión del Gobierno, pero los residentes en La Habana o el extranjero saben de su labor y lo saludan con orgullo. No faltan tampoco los “amigos-murciélagos”, como él mismo los describe, quienes desde las sombras felicitan su quehacer y le piden que siga.
La única opción que tienen los residentes en la isla para conocer una versión de la realidad, diferente a la impuesta por el gobierno cubano, son los programas trasmitidos a través de las antenas parabólicas, producidos en La Florida o en otras partes del mundo, que gradualmente son distribuidos a través de memorias flash o discos compactos.
“Por esa vía unos conocen nuestros rostros y otros conocen nuestros nombres. En general nos tratan con respeto. Otros te pasan por al lado y no quieren ser vistos, pero te identifican, te dicen una palabra positiva y siguen de largo,” cuenta Payá.
Payá Sardiñas, uno de los líderes de la oposición en la isla, aclaró que “preferiría que me dejaran hablar con mi propia voz, dar mis propias ideas con transparencia para poder recibir críticas,” y agrega que el punto débil del régimen está precisamente en que “siempre va a haber una verdad a la que no se puede enfrentar.”
“Cualquiera de los que somos difamados en esa enciclopedia del gobierno cubano debemos seguir haciendo el mismo trabajo o hacer más – asegura Fariñas - porque si el dolor del Gobierno es tan grande que tiene que ponernos en una enciclopedia para tratar de distorsionar las conductas, entonces estamos por el camino correcto.”