“Es la única forma de recibir los 2500 millones de dólares al año adicionales que necesita este país [para un crecimiento significativo]”, explicó Omar Everleny Pérez al diario Publico.es.
El doctor en Ciencias Económicas Omar Everleny Pérez Villanueva ha sido junto con Pavel Vidal --actualmente profesor de la Universidad Javeriana en Cali, Colombia-- uno de los críticos internos más contundentes, desde el oficialismo, de las reformas emprendidas por el gobierno de Raúl Castro.
El diario digital español Público.es entrevistó al investigador del Centro de Estudios de la Economía Cubana, adscrito a la Universidad de La Habana, en torno a la nueva Ley de Inversión Extranjera que entrará en vigor en junio. La entrevista revela problemas concretos de la economía cubana, más allá del siempre esgrimido argumento del embargo estadounidense.
Pérez Villanueva considera que la economía cubana se encuentra en un círculo vicioso, y descarta un crecimiento significativo, a menos que inversores foráneos aporten unos 2.500 millones de dólares anuales.
“Quedó claro que por esfuerzo propio es imposible remontar las vías de crecimiento. El ahorro interno es pequeño, Cuba ha llegado ya a un grado tal de descapitalización de las industrias y los servicios que realmente es un círculo vicioso, no tienes recursos para invertir porque los destinas a consumir, dado que la ineficiencia impide producir muchos productos y hay que importarlos”, dijo el economista a Público.
“Si no se invierte en la economía cubana será imposible llegar a tasas de crecimiento superiores al 5% o 7%, para poder duplicar el Producto Interno Bruto (PIB) en 5 años. Con tasas del 2% como las actuales pasarán más de 20 años antes de poder duplicar el PIB”.
Según el entrevistado, el país necesita 2.500 millones de dólares adicionales al año, y la única forma de conseguirlos es a través de capitales foráneos. Recordó que Cuba no pertenece a organismos financieros internacionales [como el FMI y el Banco Mundial, cuyo aporte principal proviene de EEUU]; las remesas enviadas por los cubanos en el exterior "ya han llegado a un tope", y "las donaciones no son significativas".
Acerca de los atractivos que ofrece la nueva legislación, enumeró los incentivos fiscales de 8 años sin pagar impuestos; el tiempo límite máximo de 60 días para que los empresarios reciban una respuesta de las autoridades cubanas; el permiso para invertir en servicios profesionales y una mayor flexibilidad en la contratación del personal.
Preguntado acerca de si las cooperativas podrán asociarse a inversores extranjeros, Pérez Villanueva indicó que una cosa es la letra de la ley y otra su implementación: “La ley dice que una empresa jurídica cubana, y la cooperativa lo es, puede asociarse; ahora, habría que ver si a la hora de aprobarla el ejecutivo beneficia ese tipo de empresas”.
En cuanto a los sectores que más necesitan de la inversión extranjera en la isla, priorizó la energía renovable, para cambiar “una matriz energética 95% petrolera”; la biotecnología, (“en sus diferentes etapas de investigación, producción y comercialización”); la agricultura, en ciclo completo, (“por ejemplo tener el pienso, criar ganado, producir leche y fabricar productos lácteos. No se logra nada teniendo inversión extranjera en una parte y no en el resto. Hoy producimos ron Havana Club y tenemos que traer las botellas y el cartón de otros mercados”); y las infraestructuras en general (“carreteras, vías férreas y sistemas de transporte”).
El académico se refirió asimismo a medidas proteccionistas incluidas en la ley por el gobierno cubano, en aras de la "soberanía nacional": “los acuerdos están firmados por un tiempo limitado. En Mariel puede ser hasta por 50 años, pero en general rondarán como promedio los 15 o 20 años (...) Tampoco hay traspaso de propiedad del Estado a extranjeros, son entregas en usufructo o contratos por un tiempo determinado. Por otra parte la inversión extranjera no será en cualquier parte, sino donde el Estado diga que la necesita”.
Citando los ejemplos de China y Vietnam, Pérez Villanueva sugirió que la legislación ha sido diseñada de manera de obtener los beneficios económicos de la inversión foránea sin perder el control político, y aseveró que “hoy en el mundo globalizado ningún país puede mantenerse por sus propios medios, por una u otra vía todos necesitan recursos externos para su desarrollo”.
Omar Everleny Përez fue el centro de una polémica en la última edición del congreso de la Asociación de Estudios Latinoamericanos, LASA, celebrado en junio pasado en Washington DC.
El catedrático de Baruch College en Nueva York, y miembro de la sección Cuba de la asociación, Ted Henken, fue objeto de un virtual acto de repudio por parte de cuatro delegados cubanos cuando se interesó por conocer las razones que impidieron al economista formar parte de la delegación de la academia oficial al evento.
Las causas de la ausencia de Pérez nunca fueron explicadas, aunque según versiones que circularon entonces había perdido su puesto en el Centro de Estudios de la Economía Cubana, siendo degradado a una posición más oscura y vetado para asistir al Congreso de LASA..
El diario digital español Público.es entrevistó al investigador del Centro de Estudios de la Economía Cubana, adscrito a la Universidad de La Habana, en torno a la nueva Ley de Inversión Extranjera que entrará en vigor en junio. La entrevista revela problemas concretos de la economía cubana, más allá del siempre esgrimido argumento del embargo estadounidense.
Pérez Villanueva considera que la economía cubana se encuentra en un círculo vicioso, y descarta un crecimiento significativo, a menos que inversores foráneos aporten unos 2.500 millones de dólares anuales.
“Quedó claro que por esfuerzo propio es imposible remontar las vías de crecimiento. El ahorro interno es pequeño, Cuba ha llegado ya a un grado tal de descapitalización de las industrias y los servicios que realmente es un círculo vicioso, no tienes recursos para invertir porque los destinas a consumir, dado que la ineficiencia impide producir muchos productos y hay que importarlos”, dijo el economista a Público.
“Si no se invierte en la economía cubana será imposible llegar a tasas de crecimiento superiores al 5% o 7%, para poder duplicar el Producto Interno Bruto (PIB) en 5 años. Con tasas del 2% como las actuales pasarán más de 20 años antes de poder duplicar el PIB”.
Según el entrevistado, el país necesita 2.500 millones de dólares adicionales al año, y la única forma de conseguirlos es a través de capitales foráneos. Recordó que Cuba no pertenece a organismos financieros internacionales [como el FMI y el Banco Mundial, cuyo aporte principal proviene de EEUU]; las remesas enviadas por los cubanos en el exterior "ya han llegado a un tope", y "las donaciones no son significativas".
Acerca de los atractivos que ofrece la nueva legislación, enumeró los incentivos fiscales de 8 años sin pagar impuestos; el tiempo límite máximo de 60 días para que los empresarios reciban una respuesta de las autoridades cubanas; el permiso para invertir en servicios profesionales y una mayor flexibilidad en la contratación del personal.
La teoría y la práctica
Preguntado acerca de si las cooperativas podrán asociarse a inversores extranjeros, Pérez Villanueva indicó que una cosa es la letra de la ley y otra su implementación: “La ley dice que una empresa jurídica cubana, y la cooperativa lo es, puede asociarse; ahora, habría que ver si a la hora de aprobarla el ejecutivo beneficia ese tipo de empresas”.
En cuanto a los sectores que más necesitan de la inversión extranjera en la isla, priorizó la energía renovable, para cambiar “una matriz energética 95% petrolera”; la biotecnología, (“en sus diferentes etapas de investigación, producción y comercialización”); la agricultura, en ciclo completo, (“por ejemplo tener el pienso, criar ganado, producir leche y fabricar productos lácteos. No se logra nada teniendo inversión extranjera en una parte y no en el resto. Hoy producimos ron Havana Club y tenemos que traer las botellas y el cartón de otros mercados”); y las infraestructuras en general (“carreteras, vías férreas y sistemas de transporte”).
El académico se refirió asimismo a medidas proteccionistas incluidas en la ley por el gobierno cubano, en aras de la "soberanía nacional": “los acuerdos están firmados por un tiempo limitado. En Mariel puede ser hasta por 50 años, pero en general rondarán como promedio los 15 o 20 años (...) Tampoco hay traspaso de propiedad del Estado a extranjeros, son entregas en usufructo o contratos por un tiempo determinado. Por otra parte la inversión extranjera no será en cualquier parte, sino donde el Estado diga que la necesita”.
Citando los ejemplos de China y Vietnam, Pérez Villanueva sugirió que la legislación ha sido diseñada de manera de obtener los beneficios económicos de la inversión foránea sin perder el control político, y aseveró que “hoy en el mundo globalizado ningún país puede mantenerse por sus propios medios, por una u otra vía todos necesitan recursos externos para su desarrollo”.
Ausente en LASA
Omar Everleny Përez fue el centro de una polémica en la última edición del congreso de la Asociación de Estudios Latinoamericanos, LASA, celebrado en junio pasado en Washington DC.
El catedrático de Baruch College en Nueva York, y miembro de la sección Cuba de la asociación, Ted Henken, fue objeto de un virtual acto de repudio por parte de cuatro delegados cubanos cuando se interesó por conocer las razones que impidieron al economista formar parte de la delegación de la academia oficial al evento.
Las causas de la ausencia de Pérez nunca fueron explicadas, aunque según versiones que circularon entonces había perdido su puesto en el Centro de Estudios de la Economía Cubana, siendo degradado a una posición más oscura y vetado para asistir al Congreso de LASA..