"20 días en Mariupol" (20 днів у Маріуполі) es el documental que todo periodista, reportero, camarógrafo o productor aspira a realizar.
Encarna el ideal de capturar en pantalla, radio o video la cruda realidad de una invasión bélica: vivirla de cerca, correr entre balas y bombas, dormir en el suelo, alimentarse con lo que se encuentre, y lograr filmar manteniendo el enfoque en las víctimas, los heridos, y los caídos, todo esto mientras se sobrevive al infierno.
Este logro fue alcanzado por el equipo de periodistas de Associated Press (AP), liderados por Mstislav Chernov, quienes, basándose en las imágenes capturadas en Mariupol, la ciudad portuaria al sur de Ucrania, y en colaboración con el programa de Public Broadcasting Service (PBS) Frontline, crearon el documental de una hora y 34 minutos.
El film se inspira en un artículo homónimo que Chernov escribió tras salir de Mariupol, basándose en notas que tomó durante esos días de ataque.
Una imagen vale más que cien palabras
Una imagen vale más que mil palabras, y esto se hace evidente una hora antes de la invasión rusa de Ucrania el 22 de febrero de 2022, momento en el cual el equipo de AP ya se encontraba en la ciudad, anticipándose al esperado ataque, tras meses de advertencia sobre la posible invasión.
Este equipo se dedicó a documentar todo lo que sucedía en la ciudad, capturando desde el entierro de residentes locales hasta la devastación, los combates callejeros, los hospitales bombardeados y la evacuación inicial. La fuerza del documental radica en su capacidad para utilizar las imágenes como un testimonio palpable de la brutalidad y el vandalismo ruso, evidenciando la impunidad con la que se masacra a la población civil, se bombardean hospitales y se destruyen infraestructuras urbanas.
El largometraje documenta la destrucción de una ciudad moderna en el siglo XXI, mostrando los bombardeos indiscriminados a civiles, el esfuerzo incesante de médicos, enfermeras y socorristas, y capturando el dolor de familias ante la pérdida de seres queridos. Es este espíritu de resistencia y la denuncia de las atrocidades lo que motivó a los realizadores, como mencionó Chernov en declaraciones a Donbas.Realii de Radio Europa Libre/Radio Libertad (RFE/RL).
El realizador destacó el trabajo contra viento y marea de médicos, policías, voluntarios y militares que defendían cada metro de su ciudad: “Me motivaron los médicos y policías que trabajaban contra viento y marea, los voluntarios que seguían ayudando a la gente y repartiendo agua, y los militares que defendían cada metro, cada ventana, cada puerta”, dijo a Radio Libertad.
El filme competidor por el Oscar se erige como una representación fidedigna de la transgresión por parte de Rusia del derecho a la vida en Ucrania, ejemplificando cómo la violencia se ha convertido en una política de Estado para Moscú. Con imágenes y sonidos, retrata la muerte, sin distinción de edad o sexo, la incertidumbre del momento bajo el fuego de las bombas, ya sea en un refugio, un apartamento o un hospital. Asimismo, resalta la determinación de los residentes por resistir, sobrevivir y enfrentar la cruda realidad de una invasión extranjera.
Uno de los segmentos más memorables de la película, aunque no necesariamente el más conmovedor, es la grabación en la sala de maternidad del Hospital N° 3 de Mariupol, marcado como "objetivo militar" por la aviación rusa y destruido por un bombardeo. Este acto descarta cualquier intento de justificación por parte de Rusia.
Los reportajes de AP se difundieron a nivel mundial en diversas cadenas noticiosas, y las imágenes se publicaron en periódicos que reflejaban los acontecimientos en Ucrania entre febrero y marzo de 2022. Aquellas imágenes incluían el entierro de cientos de personas en fosas comunes, en la ciudad donde hospitales, funerarias y morgues estaban abarrotados.
En las noticias solo se mostraba aproximadamente el 10% del material filmado...
Sin embargo, en las noticias solo se mostraba aproximadamente el 10% del material filmado. Se lograron enviar a la redacción de AP numerosas fotografías y unos 40 minutos de video. Los segmentos transmitidos en los noticieros, que duraban de dos a cuatro minutos como máximo, no conseguían capturar la magnitud completa de la tragedia. En ocasiones, solo se dedicaban unos segundos para acompañar la lectura de las noticias por los presentadores. Todo el material enviado se hacía buscando puntos de conexión a Internet por toda la ciudad de Mariupol, arriesgándose a bombardeos y disparos.
Los tres miembros del equipo de AP lograron abandonar la ciudad el 15 de marzo, acompañados de un guía local y su familia, a través de un corredor humanitario. Transportaban 30 horas de material fílmico en su equipaje, de las cuales solo 95 minutos fueron utilizados por la agencia estadounidense y otros medios de prensa.
Chernov destacó que seleccionaron "los momentos más importantes que permitieran situar al espectador en el epicentro de los acontecimientos, para que pudiera comprender lo que significa estar sitiado".
"20 días en Mariupol" es el debut como director de Chernov, quien también fungió como guionista y camarógrafo del documental. Eugene Maloletka se desempeñó como fotógrafo y Vasilisa Stepanenko como productora de campo. Ellos se convirtieron en los ojos del mundo y en la voz de todos los ucranianos frente a la irracionalidad de una agresión armada. Chernov recordó que, a pesar de haber cubierto la guerra en Ucrania desde 2014, "nunca había experimentado tanta intensidad y peligro como los vividos en Mariupol".
Transportaban 30 horas de material fílmico en su equipaje, de las cuales solo 95 minutos fueron utilizados entonces
El estreno mundial del documental tuvo lugar en el Festival de Cine Independiente de Sundance el 20 de enero de 2023, seguido de su lanzamiento en cines de EEUU el 14 de julio. Llegó a Ucrania el 31 de agosto y fue presentado por la cadena PBS en su sección Frontline el 21 de noviembre de 2023. Exhibiciones del documental se han llevado a cabo alrededor del mundo, desde Sidney, Australia, hasta Irlanda, Reino Unido, Canadá, Polonia, Italia, Hungría, Taiwán, Rumania, Alemania, Noruega, Suiza, China, Corea del Sur, Sudáfrica, Nueva Zelanda e Israel, con futuras presentaciones planificadas en Luxemburgo, República Checa, Singapur, Eslovaquia y Austria.
Desde su lanzamiento, el documental y su director han recibido una lluvia de nominaciones y han ganado numerosos premios. El primero fue durante el Sundance Film Festival, seguido por reconocimientos en el Cinema for Peace, Cleveland International Film Festival, Doc Edge, DocuDays UA, Sheffield DocFest, Athens International Film Festival, Critics' Choice Documentary Awards, National Board of Review, IndieWire Critics Poll, Dallas–Fort Worth Film Critics Association, Toronto Film Critics Association y Nevada Film Critics Society.
En 2024, los premios continuaron llegando, esta vez en festivales como Seattle Film Critics Society Awards, San Francisco Bay Area Film Critics Circle Awards, London Critics Circle Awards, Cinema Eye Honors, Kansas City Film Critics Circle, Directors Guild of America Awards, y los BAFTA en Londres.
El equipo de rodaje y la periodista Lori Hinnant, su ancla en la redacción, recibieron el Premio Pulitzer 2023 por Servicio Público.
La cinta está nominado al Oscar de 2024 en la categoría de Mejor Película Documental, junto a "Matar al tigre", "Cuatro hijas", "Las hijas de Olfa", "La memoria infinita" y "Bobi Wine: Los hombres del presidente".
El filme puede verse a través de la página de YouTube de PBS Frontline. Además, Radio Europa Libre/Radio Libertad ofrece el documental en su plataforma de streaming, Votvot.
Un director ucraniano para documentar la invasión rusa
El director Mstislav Chernov es un destacado cineasta, corresponsal de guerra, videógrafo, fotógrafo, fotoperiodista y escritor ucraniano. Inició su carrera en la fotografía en la prensa local de su ciudad natal, Járkiv, en 2005, etapa en la que comenzó a organizar exposiciones fotográficas. Su primer proyecto internacional fue en 2008, cuando documentó operaciones cardíacas a niños de Chernóbil. Posteriormente, emprendió una aventura global, viviendo en Camboya y viajando por más de 40 países con su cámara. En 2013, fue elegido presidente de la Asociación Ucraniana de Fotógrafos Profesionales.
Aquel año, Chernov fue testigo de las protestas en Turquía para salvar el parque Taksim Gezi. Según sus biógrafos, desde ese momento, puso la fotografía artística a un lado para enfocarse en la cobertura de conflictos y guerras, sin imaginar que sería en su propio país donde realizaría su trabajo más significativo.
Su "bautismo de fuego" ocurrió durante el Euromaidan, en el invierno de 2013-2014. Chernov trabajaba para agencias de prensa ucranianas y también asistía a la prensa extranjera que llegaba a Kyiv, documentando el enfrentamiento entre los que buscaban un acercamiento a Europa y el gobierno prorruso. Durante la cobertura, la policía agredió a la prensa, hiriendo a Chernov en el brazo, destruyendo su identificación y su equipo fotográfico. Más adelante, mientras reportaba, resultó herido en una pierna y en los ojos por una granada lanzada por las fuerzas especiales de la policía contra los manifestantes. A partir de entonces, comenzó a trabajar como freelance para Associated Press.
Las fotografías que tomó después del derribo del avión de Malaysia Airlines en el Donbás le valieron el Premio al Joven Talento del Año por la Royal Television Society del Reino Unido.
También se desempeñó como corresponsal de guerra en Siria, Libia e Irak. Documentó las crisis migratorias en Grecia, Macedonia, Eslovenia, Turquía, Croacia, Hungría, Austria y Alemania. Su trabajo lo llevó a Armenia y Azerbaiyán, específicamente a Nagorno-Karabaj, así como a Lituania y Afganistán. En el verano de 2020, cubrió las elecciones presidenciales en Bielorrusia y las protestas que siguieron al fraude electoral. En Minsk fue detenido y golpeado por la policía local, siendo finalmente expulsado del país.
El punto culminante de su odisea fue Mariupol, donde permaneció durante 20 días con el objetivo de capturar el material fílmico más impactante del inicio de la guerra. A pesar de que la idea de realizar un documental había estado presente desde su llegada, Chernov reveló a RFE/RL que fue la conciencia de ser uno de los pocos periodistas, tanto ucranianos como internacionales, que quedaban en la ciudad tras el asesinato del documentalista lituano Mantas Kvedaravičius por el ejército ruso, lo que lo motivó a filmar exhaustivamente y trascender el formato de un reportaje convencional. Afirmó que un documental representa un medio visual más adecuado para narrar este tipo de historias.
Perennes mentiras rusas
Era imposible no pensar o hacer algo más sin que mi mente volviera a Mariupol...
Una llamada desde Odesa en las primeras horas del 25 de noviembre me hizo levantarme de la cama. Familiares y amigos exponían su dolor con el constante acoso de Rusia a la ciudad. Antes del amanecer ya estaba sentado mirando el documental. Esos momentos ante el televisor marcaron todo mi día y transformaron por completo mi percepción de la guerra. Después, resultaba imposible no pensar o hacer algo más sin que mi mente volviera a Mariupol, a sus habitantes, a sus defensores, a esas madres a punto de dar a luz a bebés que podrían convertirse en víctimas de las bombas rusas.
Veía las imágenes de los hospitales. Escuchaba con claridad las sirenas que anunciaban los bombardeos. Veía a la gente corriendo hacia los refugios, a los niños llorando con rostros llenos de angustia e incertidumbre. Entonces, pensaba en amigos, colegas y familiares que estaban haciendo lo mismo en otras ciudades como Odesa, Lviv, Mikolaiv, Ternopil, Zhytomyr, Kyiv. Sentía irritación, dolor, furia, molestia e impotencia ante tanta barbarie.
Les envié un mensaje de texto a dos colegas, Patricia Martínez y Magdiel Aspillaga, con quienes había estado trabajando esa semana en un documental sobre la masacre rusa en la ciudad de Bucha, cerca de Kyiv, en marzo y abril de 2022. Les propuse que viéramos juntos el lunes un segmento del documental en el que el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, y el embajador de Moscú ante la ONU, Vasily Nebenzya, sin el menor pudor, mentían ante las cámaras de televisión. Ambos diplomáticos rusos negaban insolentemente la realidad de las imágenes que acababa de presenciar. Mentían sobre Mariupol, sobre Bucha, Irpin, Gostomel, Izium o Borodianka.
"Editábamos y llorábamos"
Para todo el equipo del documental, la experiencia fue transformadora. El montaje principal llevó seis meses de trabajo, y se dedicó el mismo tiempo a la postproducción: sonido, color, detalles, archivos, etc. Así lo reconoció Chernov a RFE/RL, al tiempo que confesaba: "Cada toma que estaba en mi corazón y que se me quedó grabada en el cerebro en Mariupol, la volvimos a ver y a experimentar. Editábamos y llorábamos. Así que no es algo por lo que pasas una vez y luego te sientes mejor. No, es todo lo contrario".
Sobre la importancia de la información, el reportero ucraniano recalcó que también buscaban "mostrar los momentos en los que la gente estaba tan confusa que no entendía a quién culpar de lo que estaba ocurriendo. Comprender que Mariupol no solo estaba bajo asedio militar, sino también bajo asedio informativo. Y cuando la gente está bajo un asedio informativo, empieza a entrar en pánico. No saben a quién y qué creer. Este es también uno de los temas de la película".
"20 días en Mariupol", según sus realizadores, mostraría solo una ínfima parte del horror de la guerra.
"Todas las tragedias que hemos visto son quizá solo el 1% de lo que ocurrió allí", enfatizó Chernov. Por ello, tanto los periodistas de AP como el equipo de Frontline fundaron conjuntamente el proyecto Observatorio de Crímenes de Guerra en Ucrania, donde recopilan y archivan las pruebas de crímenes de guerra cometidos por el ejército ruso, especialmente en Mariupol.
Hasta el momento han recopilado evidencias de más de 600 incidentes de este tipo y continúan dedicados a esta labor incesante, hasta el día del juicio, sea en La Haya, Kyiv o en la misma Mariupol.