Cuba tiene pautado un Censo de Población y Viviendas para 2022, pero algunos expertos en la materia consideran que la isla no está en condiciones para este tipo de eventos, pues no aporta datos confiables.
La economista y opositora Martha Beatriz Roque dijo a Radio Martí que el país no está preparado económicamente para semejante esfuerzo. “Un censo siempre es costoso y Cuba no está en condiciones ni va a estar en el 2022 preparada para tener el financiamiento necesario para hacer un censo”.
Además, comentó que “las preguntas que tiene el censo van mas allá de las posibilidades de alguna información necesaria para el país”.
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Según el régimen, el objetivo del censo 2022 es recoger información esencial para los “planes de desarrollo nacional”. Pero hay dudas al respecto. El biólogo Oscar Casanella, quien participó en la recolección primaria de datos en el censo del 2002, explicó que, si bien es necesario e importante que un país haga uso de este tipo de herramienta, él desconfía en la veracidad de los datos sobretodo viniendo de parte del gobierno.
“Han pasado muchos censos y en Cuba todo ha ido para peor. Desconfío de que realmente se traduzca la utilidad para el ciudadano promedio. Muy lejos se encuentran ellos (las autoridades) de comportarse así, de utilizar esos datos para eso”, añadió el biólogo e integrante del Movimiento San Isidro.
El licenciado Diego Enrique González Galván, director del Centro de Estudios de población y desarrollo de Cuba, aseguró que el problema principal con este tipo de herramientas controladas por el régimen es que se desconoce cuales datos son reales y cuales no.
“La recolección primaria de los datos reales es una cosa, y lo que se informa es otra cosa”, señaló González Galván.