Dos personas murieron y otra fue reportada de gravedad a causa de un escape de monóxido de carbono procedente de una planta eléctrica portátil, un equipo cuyo uso se ha hecho más frecuente en la isla debido a los prolongados cortes de electricidad.
Las víctimas fueron identificadas como Vanesa Hernández Ortiz, una niña de dos años y Enrique Hernández Zulueta, de 30. El cuerpo sin vida de la menor fue hallado en brazos de su madre, Denia Ortiz Rivera (31), quien fue rescatada con falta de aire y dolor en el pecho.
El trágico suceso ocurrió el pasado sábado en el municipio Amancio Rodríguez, provincia de Las Tunas. Salud Pública y Medicina Legal determinaron que el monóxido de carbono fue liberado por la planta marca “Saco” de 1200 vatios que se encontraba prendida la noche del suceso.
El incidente ha generado reacciones en redes sociales, donde usuarios lamentaron las muertes y advirtieron sobre los peligros de las plantas eléctricas de combustión interna, que son cada vez más utilizadas en el país.
“Todas generan monóxido de carbono, muy peligroso en lugares mal ventilados”, comentó en Facebook Roberto Batista, un profesional de la salud en Las Tunas.
En agosto de 2022 el Gobierno cubano emitió la Resolución 218, que permite la importación sin carácter comercial de plantas eléctricas portátiles con potencia superior a los novecientos vatios. El permiso se ha ido extendiendo desde entonces debido a la grave crisis energética que atraviesa el país caribeño, reconocida por las propias autoridades.
En sitios de venta como Revolico, una planta eléctrica marca Saco de 1200 vatios se vende entre 400 y 500 dólares. Estas pueden ser mucho más caras en función de la potencia del equipo. Otras marcas de plantas eléctricas se comercializan en plataformas online como Katapulk y Supermarket23.
En Estados Unidos, la Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo (CPSC) ha advertido sobre los riesgos de estas plantas, que pueden emitir tanto monóxido de carbono como 450 automóviles. El principal peligro está asociado a su uso en espacios interiores y sin ventilación.
La CPSC recomienda operar las plantas eléctricas al aire libre, al menos a 20 pies de distancia de los hogares, con el escape apuntando en dirección opuesta a ventanas y puertas. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de los Estados Unidos (FEMA), aclara además que el empleo de equipos de ventilación “no evitará la acumulación del monóxido de carbono”.
Sin embargo, en Cuba, el temor a los robos puede llevar a los dueños de estos equipos a mantenerlos dentro de sus hogares, aumentando el riesgo de intoxicación.