Al menos dos diplomáticos cubanos, con altos cargos en la Embajada de Cuba en los Estados Unidos, participaron el mes pasado en una reunión celebrada en Atlanta con activistas de izquierda y líderes sindicales, informó la organización Workers.org.
Alejandro García del Toro, segundo jefe de la Misión de la Embajada de Cuba en Washington, y Gabriela Castillo Rodríguez, segunda secretaria de la sede diplomática, participaron en el evento auspiciado por la emisora radial WRFG 89.3FM, una estación de radio comunitaria progresista.
Según refiere el portal sindical, en la reunión del 22 de agosto estuvieron decenas de activistas de los grupos Black Alliance for Peace, Community Movement Builders, Malcolm X Grassroots Movement, Jewish Voice for Peace, Workers World Party, Freedom Road Socialist Organization y ANSWER Coalition.
Lee también EEUU condena ataque a embajada de Cuba, mientras La Habana critica actitud de Washington (VIDEO)De acuerdo a Workers.org, en el encuentro participaron miembros de los sindicatos de camioneros y pintores y la Coalición de Sindicalistas Negros, activistas de la vivienda y de “Stop Cop City”, además de estudiantes palestinos y trabajadores de Amazon.
La organización socialista Atlanta Democratic Socialists of America (ATLDSA) también informó sobre la charla con los diplomáticos cubanos y, según expresaron en sus redes sociales, les sirvió para aprender sobre el embargo de Estados Unidos a Cuba y "los impactos dañinos de las sanciones estadounidenses sobre Cuba".
Lee también Régimen cubano responde a acusaciones de interferencia electoral en EEUUDe acuerdo a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, el documento que desde 1964 sirve de pauta para regular el comportamiento de Embajadas y sedes diplomáticas, las funciones de una misión diplomática se limitan a: representar al Estado acreditante ante el Estado receptor; proteger en el Estado receptor los intereses del Estado acreditante y los de sus nacionales, dentro de los límites permitidos por el derecho internacional; negociar con el gobierno del Estado receptor; enterarse por todos los medios lícitos de las condiciones y de la evolución de los acontecimientos en el Estado receptor e informar sobre ello al gobierno del Estado acreditante; e. fomentar las relaciones amistosas y desarrollar las relaciones económicas, culturales y científicas entre el Estado acreditante y el Estado receptor.