El peor registro es para Irak, donde los asesinatos de 93 periodistas durante la última década han quedado impunes.
Diecisiete periodistas han sido asesinados este año por realizar su trabajo, según informó hoy la organización Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa. Además, las muertes se concentran en unos pocos pases: Siria (un país que vive una guerra civil, con siete fallecimientos); Pakistán (4) Brasil (3), Somalia (2) y Turquía (1).
En otros dos casos de muertes de periodistas en Pakistán y uno más en Siria aún no se ha podido determinar si ocurrieron a causa del desempeño de su trabajo. Durante el año pasado, un total de setenta periodistas fueron asesinados en todo el mundo.
Además, Colombia, México y Brasil están entre los doce pases donde ms asesinatos de periodistas quedaron impunes en el decenio 2003-2012, según añadió CPJ en un documento publicado hoy. El llamado "índice de Impunidad" se elabora en función del número de asesinatos no resueltos por millón de habitantes.
El peor registro es para Irak, donde los asesinatos de 93 periodistas durante la última década han quedado impunes, seguido de Somalia y Filipinas. Colombia ocupa el quinto puesto, México el séptimo y Brasil el décimo.
Sobre Colombia, el CPJ, con sede en Nueva York, destaca el importante progreso de los últimos años, ya que ningún informador ha sido asesinado desde 2010 por causa de su labor, si bien siguen sin resolverse ocho casos ocurridos con anterioridad. En el caso mexicano, este grupo recuerda los quince asesinatos de periodistas cometidos durante la década pasada, y señala que si el ritmo de muertes ha bajado se debe ms a la autocensura de los medios que a una mejora de la situación.
Brasil, por su parte, tiene aún sin resolver nueve asesinatos, según el informe, que recuerda que tres de los que se cometieron en 2012 tuvieron como objetivo a informadores de medios por internet. CPJ señala el caso de Brasil porque, tras un largo historial de violencia contra la prensa, una mejora de la situación le permitió abandonar el índice en 2010, pero una racha de asesinatos en los últimos tres años le ha devuelto a la lista.
"Los miembros de la policía y la judicatura, especialmente en ciudades pequeñas, son altamente vulnerables a la presión de poderosos grupos locales", explica en el documento Veridiana Sedeh, de la Asociación Brasileña de Periodismo de Investigación.
En otros dos casos de muertes de periodistas en Pakistán y uno más en Siria aún no se ha podido determinar si ocurrieron a causa del desempeño de su trabajo. Durante el año pasado, un total de setenta periodistas fueron asesinados en todo el mundo.
Además, Colombia, México y Brasil están entre los doce pases donde ms asesinatos de periodistas quedaron impunes en el decenio 2003-2012, según añadió CPJ en un documento publicado hoy. El llamado "índice de Impunidad" se elabora en función del número de asesinatos no resueltos por millón de habitantes.
El peor registro es para Irak, donde los asesinatos de 93 periodistas durante la última década han quedado impunes, seguido de Somalia y Filipinas. Colombia ocupa el quinto puesto, México el séptimo y Brasil el décimo.
Sobre Colombia, el CPJ, con sede en Nueva York, destaca el importante progreso de los últimos años, ya que ningún informador ha sido asesinado desde 2010 por causa de su labor, si bien siguen sin resolverse ocho casos ocurridos con anterioridad. En el caso mexicano, este grupo recuerda los quince asesinatos de periodistas cometidos durante la década pasada, y señala que si el ritmo de muertes ha bajado se debe ms a la autocensura de los medios que a una mejora de la situación.
Brasil, por su parte, tiene aún sin resolver nueve asesinatos, según el informe, que recuerda que tres de los que se cometieron en 2012 tuvieron como objetivo a informadores de medios por internet. CPJ señala el caso de Brasil porque, tras un largo historial de violencia contra la prensa, una mejora de la situación le permitió abandonar el índice en 2010, pero una racha de asesinatos en los últimos tres años le ha devuelto a la lista.
"Los miembros de la policía y la judicatura, especialmente en ciudades pequeñas, son altamente vulnerables a la presión de poderosos grupos locales", explica en el documento Veridiana Sedeh, de la Asociación Brasileña de Periodismo de Investigación.