Figuras de la oposición rusa han convocado a los ciudadanos de ese país a acudir a las urnas al unísono, el mediodía del domingo 17 de marzo, en un intento por boicotear las elecciones presidenciales, que prolongarían el control de Vladimir Putin hasta 2030.
La idea fue respaldada por el líder de la oposición Alexei Navalny antes de su muerte en prisión y ahora ha sido retomada por su viuda, Yulia Navalnaya, y por críticos de Putin en el exilio como Mikhail Khodorkovsky.
Otra de las propuestas es escribir el nombre de "Navalny" a lo largo de la boleta, como sugirió Vladimir Kara-Murza, activista político y periodista, condenado a 25 años de cárcel por “alta traición” y otros cargos formulados por motivos políticos por denunciar la invasión de Ucrania por Rusia.
El periódico independiente Novaya Gazeta califica la acción prevista como "el testamento político de Navalny".
A ningún político importante de la oposición se le ha permitido presentarse a las elecciones, que se celebran en medio de una brutal represión contra la disidencia.
De procurarse otra victoria, el mandatario de 71 años, se convertiría en el líder ruso con mayor permanencia en el poder desde Catalina la Grande, que gobernó durante 34 años a fines del siglo XVIII.
Parte del llamado de la oposición es votar por uno de los tres candidatos que se oponen a Putin: Nikolái Jaritónov, es miembro de la Duma rusa (asamblea legislativa) desde 1994 y representante del Partido Comunista ruso; Leonid Slutski, miembro destacado del Partido Liberal-Demócrata de Rusia y Vladislav Davankov, vicepresidente de la Duma estatal desde 2021 y representante del partido de centroderecha Gente Nueva.
Según la ONG Memorial, hay más de 250 prisioneros políticos en Rusia actualmente.