En plena pandemia de coronavirus, la policía cubana desalojó el miércoles a una madre con 3 niños pequeños enfermos después que invadiera un consultorio médico abandonado en el reparto América Latina de Santa Clara.
“Yo tengo tres niños chiquitos, dos son asmáticos y el mayor tiene un bracito inmovilizado. Llevo dos años yendo a la Dirección de la Vivienda y no me ha resuelto nada. Deambulo desde hace 5 meses en la calle con mis tres hijos”, dijo Wilma Amado Labra en conversación con Radio Televisión Martí.
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“El martes en la noche abrí la puerta de un consultorio y me metí adentro; estoy desesperada. El local está prácticamente inhabitable, no tiene corriente eléctrica ni agua. La policía vino al otro día por la mañana, rompieron la puerta y yo accedí a salir de forma voluntaria”, narró.
Tras ser “extraída” de la propiedad estatal fue llevada a la sede del gobierno municipal donde le hicieron una promesa.
“Me llevaron para el gobierno municipal. Varios funcionarios conversaron conmigo, entre ellos uno que dice ser el director de Salud de acá de Santa Clara. Me dijeron que esa casa es de una doctora que está cumpliendo misión”, explicó.
Las autoridades “me prometieron que dentro de cinco meses me darán un terreno y un crédito en el banco para que yo construya una casa para mis hijos. Vamos a ver si cumplen. Ahora una tía mía me está dando cobija”.
Muchos cubanos atascados entre la falta de recursos para construir o rentar una vivienda y la desatención de las autoridades irrumpen en inmuebles estatales ilegalmente.
Juan Antonio Blanco, especialista en negociación y resolución de conflictos, explicó que el caso de Amado Labra es indudablemente un conflicto de vivienda.
“Si ella tuviera opciones alternativas, sería un problema personal de ella, ya sea si alquila otro lugar, si se muda, si vende el que tiene, si saca un préstamo para poder comprar una residencia nueva. Pero como nada de eso está disponible en Cuba, la única entidad que puede resolver el problema es el Estado y si éste se niega a resolver el problema o es negligente o simplemente ni le contesta su súplica, pues entonces evidentemente tiene un conflicto con el Estado”, apuntó el experto.
“Ahora para ganar un conflicto hay que saber ganarlo. La primera cuestión es si uno se va a enfrentar al Estado, que es muy poderoso. No puede hacerlo de forma individual, tiene que buscarse un grupo de personas que apoyen su causa. La segunda cosa es evitar incurrir en algún acto que pueda ser no popular ante los ojos de sus potenciales aliados. Digamos, no es lo mismo meterse en una oficina vacía que meterse en un consultorio médico, porque la gente puede tener la expectativa de que algún día le van a volver a poner ahí al galeno. Y quizás, no estén tan dispuestas a apoyarlo si usted ocupa ese espacio”, indicó Blanco.
“Sí que es un conflicto con el Estado pero para ganar los conflictos con el Estado hay que saber cómo uno juega sus cartas”, dijo.
El pasado domingo fue expulsado un grupo de mujeres de un edificio construido para oficiales del Ministerio del Interior (MININT) en San Agustín, municipio La Lisa, en La Habana.