La organización opositora ALDECU denuncia la venta en tiendas estatales de donaciones entregadas tras el paso del ciclón Sandy por la isla.
La Alianza Democrática Cubana (ALDECU) se reunió el martes 27 de noviembre del presente año en La Habana para condenar la actitud asumida por las autoridades cubanas ante la lamentable situación por la que atraviesan cientos de personas, afectadas tras el paso del ciclon Sandy por varias provincias del país.
DECLARACIÓN:
El grupo plural de análisis ALDECU (Alianza Democrática Cubana) emite el presente documento con el fin de dejar expresa constancia de la honda preocupación que embarga a todos y cada uno de los miembros de nuestra agrupación, así como a nuestro invitado permanente, a raíz del paso del ciclón Sandy por la antigua provincia de Oriente.
Es el caso que la respuesta de las autoridades ante la tragedia que azotó a nuestros hermanos orientales, ha sido a todas luces pobre y lenta. Las informaciones oficiales han sido no sólo sesgadas, sino también en extremo limitadas. Las actuales autoridades de la República a derechas no informan nada sobre la crítica situación que vive esa región de nuestro país, y esta no ha sido declarada oficialmente como zona de desastre.
Las noticias que se reciben por vías alternativas no son nada tranquilizadoras. La ayuda que llega no es tan abundante como hubiera cabido esperar, y se especula que ello es consecuencia de la referida omisión de las autoridades, así como de la negativa a permitir que representantes de los interesados observen in situ el estado real de las cosas, o que utilicen para distribuir la ayuda canales ajenos a los oficiales, donde el desvío de recursos y la corrupción están a la orden del día.
A lo anterior se suma la discriminación más grosera, pues numerosos disidentes, también damnificados por el meteoro, han recibido la negativa de las autoridades al intentar comprar lo poco que se ha asignado para reparar las viviendas afectadas.
En los casos de las ayudas que sí han llegado —fundamentalmente de países que se identifican ideológicamente con el régimen de La Habana—, impera la venta de las donaciones en tiendas estatales, lo que implica que el gobierno lucra con lo que se da gratis en beneficio de los damnificados.
Debe destacarse que, en el caso de las pobres viviendas destruidas, la oferta gubernamental consiste fundamentalmente en nuevas cubiertas precarias para reemplazar los techos barridos por el ciclón. En esto desempeñan un papel preponderante las tejas de asbesto-cemento (material más conocido en Cuba como fibrocén), el cual está descartado en todo el mundo por ser altamente cancerígeno.
A ese cuadro dantesco se unen los diversos tipos de enfermedades —incluyendo el dengue y el cólera— que proliferan en medio de la falta extrema de agua adecuada para el consumo humano y de las pésimas condiciones higiénico-sanitarias.
El rumor popular plantea que las provincias orientales se encuentran en virtual estado de sitio, ya que se ha creado una Región Militar Especial, a cuyo frente —por encima de las autoridades provinciales civiles— ha sido colocado el general de cuerpo del ejército Ramón Espinosa Martín. Se dice incluso que el Ministerio del Interior, órgano represivo por excelencia, ha sido colocado en esa zona bajo la autoridad de la contrainteligencia militar (CIM).
La indignación de los orientales, motivada por el desamparo en que están sumidos, se reveló de manera evidente en la escasa participación observada (incluso según las infladas cifras oficiales) en la segunda vuelta de las elecciones municipales, que fue claramente inferior a la de otras regiones del país (la cual de por sí no puede calificarse de alta, según argumentó ALDECU en su declaración del pasado 30 de octubre).
A lo anterior se suman acciones de carácter más beligerante, pues las manifestaciones de irritación de quienes residen en las zonas afectadas —sobre todo en la segunda ciudad del país— han originado comentarios de que “la gente está tirada para la calle”. Esto crea un virtual estado de ingobernabilidad, que en muchos casos se pone de manifiesto en que los ciudadanos, al ver que no se distribuye gratuitamente la ayuda regalada por países extranjeros, acude a las tiendas en divisas (conocidas como shoppings) y a otros comercios a tomarse la justicia por su mano.
ALDECU no aplaude esas actitudes, pero comprende que ellas son fruto del grado de desamparo y desesperación que sufren esos compatriotas nuestros, que viven un presente sombrío, pero sólo ven ante sí un panorama francamente tétrico.
Nuestro grupo plural de análisis condena la actitud asumida por las autoridades ante toda esta lamentable situación, que ha dado lugar (siempre según las especies que circulan, pues la información oficial brilla por su ausencia) a que las tiendas en las que se cobran precios abusivos a los parroquianos sumidos en la miseria, tengan que ser custodiadas por soldados con armas largas, quienes tienen órdenes de hacer uso de ellas. Se dice que, en principio, se ha exhortado a esos uniformados a intimidar mediante disparos al aire, ¿pero, y si esto no surtiera efecto? El hecho cierto es que se habla de muertos.
A todas estas, el régimen mantiene una profunda desinformación. Se da el caso (que sería risible si la tragedia no fuera tan grande) de que los cubanos conocemos más sobre lo que sucedió en Nueva York y otras zonas afectadas por Sandy en los Estados Unidos de América, que sobre lo acontecido en nuestro Oriente.
La Alianza Democrática Cubana expresa su profunda preocupación por toda esta situación, y demanda del gobierno nacional que haya transparencia en todo lo relacionado con las secuelas del paso de Sandy por nuestro territorio. En particular, reclamamos que se brinde información sobre los heridos a consecuencia del huracán (de los cuales no se ha hecho mención), así como sobre el monto de los daños ocasionados por el meteoro y la verdadera situación actual en las zonas afectadas.
La Habana, 27 de noviembre de 2012
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DECLARACIÓN:
El grupo plural de análisis ALDECU (Alianza Democrática Cubana) emite el presente documento con el fin de dejar expresa constancia de la honda preocupación que embarga a todos y cada uno de los miembros de nuestra agrupación, así como a nuestro invitado permanente, a raíz del paso del ciclón Sandy por la antigua provincia de Oriente.
Es el caso que la respuesta de las autoridades ante la tragedia que azotó a nuestros hermanos orientales, ha sido a todas luces pobre y lenta. Las informaciones oficiales han sido no sólo sesgadas, sino también en extremo limitadas. Las actuales autoridades de la República a derechas no informan nada sobre la crítica situación que vive esa región de nuestro país, y esta no ha sido declarada oficialmente como zona de desastre.
Las noticias que se reciben por vías alternativas no son nada tranquilizadoras. La ayuda que llega no es tan abundante como hubiera cabido esperar, y se especula que ello es consecuencia de la referida omisión de las autoridades, así como de la negativa a permitir que representantes de los interesados observen in situ el estado real de las cosas, o que utilicen para distribuir la ayuda canales ajenos a los oficiales, donde el desvío de recursos y la corrupción están a la orden del día.
A lo anterior se suma la discriminación más grosera, pues numerosos disidentes, también damnificados por el meteoro, han recibido la negativa de las autoridades al intentar comprar lo poco que se ha asignado para reparar las viviendas afectadas.
En los casos de las ayudas que sí han llegado —fundamentalmente de países que se identifican ideológicamente con el régimen de La Habana—, impera la venta de las donaciones en tiendas estatales, lo que implica que el gobierno lucra con lo que se da gratis en beneficio de los damnificados.
Debe destacarse que, en el caso de las pobres viviendas destruidas, la oferta gubernamental consiste fundamentalmente en nuevas cubiertas precarias para reemplazar los techos barridos por el ciclón. En esto desempeñan un papel preponderante las tejas de asbesto-cemento (material más conocido en Cuba como fibrocén), el cual está descartado en todo el mundo por ser altamente cancerígeno.
A ese cuadro dantesco se unen los diversos tipos de enfermedades —incluyendo el dengue y el cólera— que proliferan en medio de la falta extrema de agua adecuada para el consumo humano y de las pésimas condiciones higiénico-sanitarias.
El rumor popular plantea que las provincias orientales se encuentran en virtual estado de sitio, ya que se ha creado una Región Militar Especial, a cuyo frente —por encima de las autoridades provinciales civiles— ha sido colocado el general de cuerpo del ejército Ramón Espinosa Martín. Se dice incluso que el Ministerio del Interior, órgano represivo por excelencia, ha sido colocado en esa zona bajo la autoridad de la contrainteligencia militar (CIM).
La indignación de los orientales, motivada por el desamparo en que están sumidos, se reveló de manera evidente en la escasa participación observada (incluso según las infladas cifras oficiales) en la segunda vuelta de las elecciones municipales, que fue claramente inferior a la de otras regiones del país (la cual de por sí no puede calificarse de alta, según argumentó ALDECU en su declaración del pasado 30 de octubre).
A lo anterior se suman acciones de carácter más beligerante, pues las manifestaciones de irritación de quienes residen en las zonas afectadas —sobre todo en la segunda ciudad del país— han originado comentarios de que “la gente está tirada para la calle”. Esto crea un virtual estado de ingobernabilidad, que en muchos casos se pone de manifiesto en que los ciudadanos, al ver que no se distribuye gratuitamente la ayuda regalada por países extranjeros, acude a las tiendas en divisas (conocidas como shoppings) y a otros comercios a tomarse la justicia por su mano.
ALDECU no aplaude esas actitudes, pero comprende que ellas son fruto del grado de desamparo y desesperación que sufren esos compatriotas nuestros, que viven un presente sombrío, pero sólo ven ante sí un panorama francamente tétrico.
Nuestro grupo plural de análisis condena la actitud asumida por las autoridades ante toda esta lamentable situación, que ha dado lugar (siempre según las especies que circulan, pues la información oficial brilla por su ausencia) a que las tiendas en las que se cobran precios abusivos a los parroquianos sumidos en la miseria, tengan que ser custodiadas por soldados con armas largas, quienes tienen órdenes de hacer uso de ellas. Se dice que, en principio, se ha exhortado a esos uniformados a intimidar mediante disparos al aire, ¿pero, y si esto no surtiera efecto? El hecho cierto es que se habla de muertos.
A todas estas, el régimen mantiene una profunda desinformación. Se da el caso (que sería risible si la tragedia no fuera tan grande) de que los cubanos conocemos más sobre lo que sucedió en Nueva York y otras zonas afectadas por Sandy en los Estados Unidos de América, que sobre lo acontecido en nuestro Oriente.
La Alianza Democrática Cubana expresa su profunda preocupación por toda esta situación, y demanda del gobierno nacional que haya transparencia en todo lo relacionado con las secuelas del paso de Sandy por nuestro territorio. En particular, reclamamos que se brinde información sobre los heridos a consecuencia del huracán (de los cuales no se ha hecho mención), así como sobre el monto de los daños ocasionados por el meteoro y la verdadera situación actual en las zonas afectadas.
La Habana, 27 de noviembre de 2012