Presos políticos y sus familiares denunciaron a Martí Noticias los abusos y las pésimas condiciones que enfrentan en las cárceles cubanas.
Por cortesía del activista Jiordan Marrero Huerta, nos llegan las denuncias de dos opositores cubanos que describen las extremas presiones a las son sometidos por órdenes de la Seguridad del Estado.
Alejandro Camejo Paunier, de 52 años, quien reside en la provincia de Villa Clara y que cumple prisión en el destacamento 6 de Kilo 7, en la ciudad de Camagüey, es miembro de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y tiene serios padecimientos de salud.
El prisionero advierte de las precarias condiciones y el maltrato físico del que es víctima por indicación de la policía política.
"Mira, yo soy diabético, hipertenso y tengo problemas renales. La dieta aquí, en esta unidad de Kilo 7, no me la dan, la tienen plasmada en la historia clínica solamente para cuando venga una inspección, en señal de que sí tengo una dieta, pero no la recibo, ni recibo tratamiento médico y me están matando de hambre. Y todo consiste, nada más y nada menos, que en una guerra psicológica, porque no estoy de acuerdo con un gobierno. Tengo mi cabeza llena de golpes porque ellos han querido que yo vea el noticiero, que yo participe en actividades políticas obligado, y nadie puede obligarme a hacer nada, lo que están haciendo aquí es un crimen matando a los presos de hambre”, alertó Camejo Paunier.
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El opositor de la UNPACU ya ha transitado por varias prisiones de la isla y antes de ser trasladado para el sistema penitenciario de Camagüey, pasó un año y dos meses aislado en la cárcel de Potosí, en Las Tunas, sin derecho a llamadas telefónicas ni tampoco a visitas.
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Dixán Gaínza Moré, de 37 años, también activista de UNPACU, es un preso del 11 J con una condena de seis años por manifestarse en la ciudad de Camagüey.
El preso político llama la atención sobre las malas condiciones que padecen los reos en el penal La Empresita, en el territorio agramontino.
“Aquí la crítica situación con la atención médica a los presos y también con la alimentación de estos, que cada día es muy poca y desprovista de proteínas. Estamos con dengue y con muchas dificultades y entonces no se está dando la atención a los reclusos como debería ser, como expresan las leyes y la Constitución, y donde se le está negando el derecho al preso a la atención médica y también a una correcta y adecuada alimentación”, expresó Dixán Gaínza.
El opositor ya ha realizado varias huelgas en diferentes centros penitenciarios, en reclamo de derechos y mejoras para la población penal.
En el penal de máxima seguridad de Boniato, en la ciudad de Santiago de Cuba, se encuentra Jorge Luis García García, de 48 años y cumpliendo 13 años de condena por participar en la manifestación del poblado de Palma Soriano.
Su padre, Jorge García Lujo, quien acaba de visitarlo en prisión, denunció a Martí Noticias las duras condiciones que enfrenta el preso político: “Allí lo que más golpea es la alimentación que se está llevando en la prisión de Boniato, lo que están dando es harina y arroz blanco, nada más. En Boniato no hay medicamentos, falta de higiene, a veces tienen picazón y tienen problemas, y no hay nada cómo resolver. Allí no hay solución para nada, todo está en cero allí”.
Jorge Luis García, cocinero de profesión del restaurant El Chelín, quien fuera detenido dos días después de la manifestación, fue golpeado durante la detención tras la protesta en el poblado de Palma por miembros de las brigadas especiales, provocándole lesiones en la zona del cuello y el tórax, tiene los ganglios de esa zona inflamados y creciendo, y ni una biopsia le han practicado para determinar si son cancerosos porque, según el reeducador, no hay recursos médicos en el penal, pero tampoco lo llevan a un hospital, dijo su padre.