Denuncian ante ONU proliferación de sarna en cárceles cubanas e incapacidad de las autoridades para contenerla

Vista del patio del Combinado del Este. (Adalberto Roque/AFP/Archivo)

El menoscabo de una asistencia adecuada para calmar o curar sus dolencias viola los derechos humanos de las personas privadas de libertad.

El abogado Sergio Osmín Fernández Palacios, de Inteligencia Ciudadana, informó el martes a Naciones Unidas sobre la infestación con sarna en una gran parte de la población penal cubana.

“Pasé comunicación al funcionario Tom Haek, a cargo de la sección América de la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para Derechos Humanos, Michelle Bachelet, con copia a la representación de la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud en Cuba, en relación con la propagación de la escabiosis cutánea en los centros penitenciarios del régimen totalitario cubano, conforme a denuncias recibidas para ser pasadas al Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de dicho organismo internacional”, aseguró el jurista.

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Yolanda Huerga entrevisto al abogado Sergio Osmín Fernández Palacios

Según fuentes médicas, la proliferación de la escabiosis en Cuba es alta, aun teniendo en cuenta su elevada contagiosidad, a causa de la falta de medicamentos para tratarla y de la debida higiene.

En las cárceles, el hacinamiento, el acceso limitado al agua y a la asistencia de salud, y la escasez de medicamentos, se convierten en caldo de cultivo para el microscópico ácaro que provoca la sarna, que, si bien es una enfermedad curable y benigna, puede causar complicaciones más severas como infecciones por estafilococos y estreptococos.

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La sarna se extiende por la mayoría de las prisiones, según denuncian familiares de reos que se quejan del déficit de atención especializada para curarla y evitar que se propague.

“Hay evidencias de que la potencia médica es incapaz de garantizar la medicación a las personas privadas de libertad. Las pésimas condiciones higiénicas, la ropa de cama y colchones usados durante años sin ser cambiados, facilita la propagación de la sarna. Esa situación vulnera varias de las Reglas Nelson Mandela establecidas por Naciones Unidas”, indicó Fernández Palacios.

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Las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos, o Reglas Nelson Mandela, constituyen los estándares mínimos universalmente reconocidos para la gestión de los centros penitenciarios y el tratamiento de las personas privadas de libertad.

Entre sus numerosos acápites enfatizan que la prestación de servicios médicos en las prisiones es una responsabilidad del Estado, y agrega que se aplican los mismos esquemas de atención sanitaria que estén disponibles en la comunidad.

Asimismo, las Reglas Mandela estipulan que se facilitará a los reclusos agua y artículos de aseo indispensables para su salud e higiene.