El Observatorio de Libertad Académica (OLA) explora en su Informe No. 41 el proceso ideado y ordenado por Fidel Castro de transformar a Cuba “en un gran cuartel mediante la formación de docentes militarizados”, el desarrollo de la autocratización pedagógica y la puesta en práctica de componentes castrenses en la enseñanza.
“El germen está en que, a diferencia de otros regímenes similares, el totalitarismo cubano se orquestó desde el Ejército Rebelde y no desde un Partido Comunista”, indicó a Martí Noticias Dimas Castellanos, miembro del equipo del observatorio independiente.
“Para ello se manipuló la historia y se establecieron las visitas obligadas de los estudiantes a lugares asociados a la lucha guerrillera. Se implantó la preparación militar desde edades tempranas. Estos propósitos consolidados mediante la creación de un conjunto de academias y escuelas militares, el destacamento pedagógico, contingentes médicos y escuelas en y al campo”.
El análisis de discursos de Fidel Castro, de las décadas del 60 y 70, revelan “la concepción de la nueva academia cubana como asimiladora de patrones propios de la estructura militar”, afirma el OLA.
Asimismo, el informe compara los planteamientos de las constituciones de 1976 y 2019 en cuanto al ejercicio de derechos políticos, culturales y educativos.
Ambas “establecen el papel hegemónico y supraestatal del Partido Comunista. El Estado capitaliza y dirige el proceso formativo de la ciudadanía bajo los valores del socialismo, trazan la política educativa, regulan la actividad investigativa y el proceso de creación artística y reafirman el rol controlador del Estado”, señaló Castellanos, licenciado en Ciencias Políticas.
Como en informes anteriores, el OLA presenta los casos de dos docentes que fueron expulsados de las aulas u obligados a dejarlas: el de Lorenzo Páez Núñez, Profesor Auxiliar de Matemática en la Academia Naval Granma, quien por sus críticas a las políticas económicas del régimen fue cesado en su cargo, luego encarcelado y posteriormente compulsado a emigrar.
Incluye también la historia de Marthadela Tamayo, profesora de una escuela secundaria urbana, la ESBU “Rubén Martínez Villena”, del municipio de Antilla, de donde fue expulsada, y también del Sector de Educación, por su relación personal con “elementos catalogados como contrarrevolucionarios”.
El informe ofrece la actualización estadística sobre la violencia académica en el país, ilustrando con gráficas la agudización del hostigamiento por motivos políticos, fundamentalmente después del año 2020.