Casi a diario, Scott Cullinane habla con miembros del Congreso sobre la guerra de Rusia en Ucrania. Como cabildero de la organización sin fines de lucro Razom, parte de su trabajo es convencerlos de la necesidad de Ucrania de un mayor apoyo de Estados Unidos para sobrevivir.
Pero mientras los legisladores debatían un paquete de 95 mil millones de dólares que incluye alrededor de 60 mil millones de dólares en ayuda para Ucrania, Cullinane notó un aumento en las narrativas que alegaban corrupción en Ucrania. Le llamó la atención que estos eran los mismos temas de conversación promovidos por la desinformación rusa.
Por eso, cuando The Washington Post publicó una investigación sobre una extensa y coordinada campaña rusa para influir en la opinión pública estadounidense para que negara la ayuda a Ucrania, Cullinane dice que no se sorprendió.
"Este problema se ha ido agravando y ha ido creciendo durante años", dijo a la VOA. "Creo que la mejor oportunidad de victoria para Rusia no está en el campo de batalla, sino a través de operaciones de información dirigidas a las capitales occidentales, incluido Washington".
Uno de los principales métodos para difundir este tipo de desinformación son las redes sociales, según Roman Osadchuk, investigador del Laboratorio de Investigación Forense Digital del Atlantic Council y experto en propaganda y campañas de influencia.
"El proceso comienza con una publicación rusa en un pequeño sitio web o cuenta de red social. Luego es recogida por un pequeño canal ruso de Telegram, que posteriormente es compartida por un canal más grande con más suscriptores", dijo Osadchuk.
A partir de ahí, alguien traducirá el contenido al inglés y lo compartirá, por ejemplo, en X.
"Así es como la desinformación rusa puede difundirse rápidamente dentro de la comunidad X de habla inglesa", dijo Osadchuk.
En un artículo publicado el 8 de abril, The Washington Post citó a Microsoft y a la empresa de inteligencia de medios sociales Graphika diciendo que algunos artículos creados dentro de esta operación podrían haber sido publicados por primera vez en sitios conocidos como doppelgangers (réplicas).
Osadchuk dijo a la VOA que se trata de réplicas engañosas de sitios web de medios legítimos. Incluyen artículos falsos y, a menudo, se eliminan para luego ser reemplazados por clones con direcciones web ligeramente diferentes.
"Nadie sabría de la existencia de estos sitios a menos que sean promocionados en las plataformas de redes sociales. Sin embargo, tan pronto como los detectan, las redes sociales los bloquean. Así que los rusos reemplazan rápidamente los sitios prohibidos con sus clones", dijo.
Efecto mundial
En entrevistas con medios estadounidenses, dos republicanos influyentes dijeron que creen que la propaganda ha influido en su base y en algunos de sus colegas.
"Es absolutamente cierto. Vemos, provenientes directamente de Rusia, intentos de enmascarar comunicaciones que son mensajes anti-Ucrania y pro-Rusia, algunos de los cuales incluso escuchamos pronunciados en la Cámara de Representantes", dijo el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara, Mike Turner. en una entrevista con CNN.
En una entrevista con el sitio web de noticias estadounidense Puck, Michael McCaul, jefe del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, dijo: "Desafortunadamente, la propaganda rusa ha llegado a Estados Unidos y ha infectado a una buena parte de la base de mi partido".
ARCHIVO - El presidente del Comité de Asuntos Exteriores, Michael McCaul, un republicano, habla en el Capitolio, el 29 de agosto de 2023.
ARCHIVO - El presidente del Comité de Asuntos Exteriores, Michael McCaul, un republicano, habla en el Capitolio, el 29 de agosto de 2023.
Serhiy Kudelia, politólogo de la Universidad de Baylor, dice que los mensajes del Kremlin son eficaces porque juegan con los temores existentes.
Dice que la desinformación busca reforzar creencias ya mantenidas, como el despilfarro de la ayuda a Ucrania, o alimenta la ira existente y energiza la oposición al envío de asistencia.
"Cuando se produce tal alineación, es más fácil impulsar la desinformación y las noticias inventadas que serían aceptadas como creíbles por un gran número de personas, incluidos miembros del Congreso, ya que refuerzan sus creencias previas", dijo Kudelia.
"Una vez que las historias inventadas entran en los principales debates públicos, se vuelve casi imposible desacreditarlas o separar la verdad de las mentiras", dijo.
La campaña de desinformación es similar a las que se ven en Europa. Ambos buscan disminuir el apoyo a Ucrania, socavar la confianza pública en sus instituciones y polarizar a la sociedad, dice Jakub Kalenský, analista senior del Centro Europeo de Excelencia con sede en Helsinki.