El contrato más lucrativo le corresponde a José “Pito” Abreu, 68 millones de dólares por seis años . Pegó dos hits en su primera aparición como inicialista de White Sox.
No acuden a reuniones del Consejo de Ministros ni precisan de votaciones --por amaestrada unanimidad-- en la Asamblea del Poder Popular: para desarrollarse y alcanzar una vida más cómoda los peloteros que escapan de Cuba solo necesitan su talento y esfuerzo individual.
La lista se hace tan extensa, de México a Japón, de República Dominicana a la Unión Europea, que empadronarlos será pronto tarea de entidades especializadas y no de periodistas o simples curiosos ensimismados en la web.
Anda por ahí un compendio de la cifra de compatriotas nuestros que, al día de hoy, tiene sus pies puestos en la meca del deporte, las Grandes Ligas de Estados Unidos. El estudio amplía los horizontes porque cuenta, además, a quienes --de padres cubanos-- nacieron en la diáspora. De ellos, voy a mencionar solamente a los que jugaron hasta hace poco en Campechuela o Pinar del Río, San José de las Lajas o Palmira, y que arriesgándolo todo dieron el gran salto y ahora son parte del sueño dorado del Big Show.
Desde este lunes --o poco antes, si partimos de los dos partidos en Australia-- corretean por los estadios del mejor béisbol Yoenis Céspedes (Atléticos de Oakland), Alexei Ramírez (Medias Blancas de Chicago), José Abreu (Medias Blancas de Chicago), y Yasiel Puig (Dodgers de los Ángeles).
En la relación de lesionados, pero con las puertas abiertas de par en par para su reingreso se incluye a Aroldis Chapman (Rojos de Cincinnati), José Iglesias (Tigres de Detroit) y Miguel A. González (Phillies de Filadelfia), cuyo debut en la lomita está pendiente).
Alexander Guerrero y Bárbaro Erisbel Arruebarrena, ambos de los Dodgers de los Ángeles, pasaron al denominado 40-Man roster, la versión ampliada de las nóminas. El segundo de ellos, de patronímico impronunciable para los angloparlantes, no ha saboreado aún su primer lance en las Mayores.
También bajo los reflectores se mueven, hasta la cifra de 16 ex integrantes de las Series Nacionales en la isla, Dayán Viciedo (Medias Blancas de Chicago), Leonys Mártin (Rangers de Texas), Adeiny Hechevarría (Marlins de Miami), Brayan Peña (Rojos de Cincinnati), José Fernández (Marlins de Miami), Francisley Bueno (Reales de Kansas City) y Roenis Elías, un zurdo pendiente de lanzar sus primeras pelotas con Marineros de Seattle.
¿Salarios? El contrato más lucrativo le corresponde a José “Pito” Abreu, 68 millones de dólares por seis años --pegó dos hits en su primera aparición como inicialista de White Sox, y algunos se entusiasman con que será novato del año-- mientras sorprende saber que José Fernández, de golpe y porrazo el alma de los Marlins, no llegará a ver seis ceros en su cheque del 2014.
Anda por ahí Kendrys Morales, pendiente de un contrato que lo reinstale entre los grandes; hay cubanos en el sistema de granjas, ansiosos por ascender, y hay --no lo dude-- hombres que hoy juegan la 53 Serie Nacional en el verde caimán, pero tienen su mente afiebrada con la idea de llegar --a toda costa-- a esta tierra de promisión.
La lista se hace tan extensa, de México a Japón, de República Dominicana a la Unión Europea, que empadronarlos será pronto tarea de entidades especializadas y no de periodistas o simples curiosos ensimismados en la web.
Anda por ahí un compendio de la cifra de compatriotas nuestros que, al día de hoy, tiene sus pies puestos en la meca del deporte, las Grandes Ligas de Estados Unidos. El estudio amplía los horizontes porque cuenta, además, a quienes --de padres cubanos-- nacieron en la diáspora. De ellos, voy a mencionar solamente a los que jugaron hasta hace poco en Campechuela o Pinar del Río, San José de las Lajas o Palmira, y que arriesgándolo todo dieron el gran salto y ahora son parte del sueño dorado del Big Show.
Desde este lunes --o poco antes, si partimos de los dos partidos en Australia-- corretean por los estadios del mejor béisbol Yoenis Céspedes (Atléticos de Oakland), Alexei Ramírez (Medias Blancas de Chicago), José Abreu (Medias Blancas de Chicago), y Yasiel Puig (Dodgers de los Ángeles).
En la relación de lesionados, pero con las puertas abiertas de par en par para su reingreso se incluye a Aroldis Chapman (Rojos de Cincinnati), José Iglesias (Tigres de Detroit) y Miguel A. González (Phillies de Filadelfia), cuyo debut en la lomita está pendiente).
Alexander Guerrero y Bárbaro Erisbel Arruebarrena, ambos de los Dodgers de los Ángeles, pasaron al denominado 40-Man roster, la versión ampliada de las nóminas. El segundo de ellos, de patronímico impronunciable para los angloparlantes, no ha saboreado aún su primer lance en las Mayores.
También bajo los reflectores se mueven, hasta la cifra de 16 ex integrantes de las Series Nacionales en la isla, Dayán Viciedo (Medias Blancas de Chicago), Leonys Mártin (Rangers de Texas), Adeiny Hechevarría (Marlins de Miami), Brayan Peña (Rojos de Cincinnati), José Fernández (Marlins de Miami), Francisley Bueno (Reales de Kansas City) y Roenis Elías, un zurdo pendiente de lanzar sus primeras pelotas con Marineros de Seattle.
¿Salarios? El contrato más lucrativo le corresponde a José “Pito” Abreu, 68 millones de dólares por seis años --pegó dos hits en su primera aparición como inicialista de White Sox, y algunos se entusiasman con que será novato del año-- mientras sorprende saber que José Fernández, de golpe y porrazo el alma de los Marlins, no llegará a ver seis ceros en su cheque del 2014.
Anda por ahí Kendrys Morales, pendiente de un contrato que lo reinstale entre los grandes; hay cubanos en el sistema de granjas, ansiosos por ascender, y hay --no lo dude-- hombres que hoy juegan la 53 Serie Nacional en el verde caimán, pero tienen su mente afiebrada con la idea de llegar --a toda costa-- a esta tierra de promisión.