Los 10 cubanos detenidos actualmente en el Hotel Carrión, en Quito, Ecuador, se mantienen hace 6 días en huelga de hambre, como acto de protesta por la insistencia de las autoridades en mantenerlos encerrados, a pesar de las deficientes condiciones del centro de detención temporal.
“Hasta que no tengamos una respuesta nosotros no queremos comida ni queremos nada”, dijo a Martí Noticias una de las detenidas, Odelbys Martínez. “Estábamos tomando un poquito de agua para aguantar, pero ya nada”, agregó.
Martínez dijo que la única reacción que han tenido de las autoridades hasta el momento ocurrió el viernes, cuando la directora del centro, Carla Gabriela Almeida Guzmán, subió a verles a sus habitaciones alarmada por su estado.
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No obstante, Almeida insistió en que no habría necesidad de liberarlos, porque el martes 10 de mayo ya tendrían los fondos necesarios para comenzar las deportaciones.
“Ellos realmente no tiene el dinero para mandarnos para Cuba ahora, y la mayoría de los cubanos tampoco quiere regresar a Cuba, porque muchos vendieron sus casas”, dijo Martínez, quien agregó que precisamente pasaron semanas sin cambiarles la ropa de las camas por la falta de dinero. Martínez también se ha enterado de un retraso de meses en el pago de la renta del hotel y en el salario de los trabajadores.
Durante días los cubanos han permanecido en sus camas sin probar bocado. Los oficiales a cargo les han hecho firmar documentos que les liberen de responsabilidad.
“¿Qué objetivo ustedes cumplen con tenernos encerrados dentro de estas cuatro paredes? ¡Qué ya no podemos más! Esto es un daño psicológico,” dijo Martínez y agregó: “Si van a deportar, acaben de deportar, porque esto es criminal lo que ustedes están haciendo con nosotros.”
Los detenidos, quienes llevan en el Carrión entre uno y dos meses, protestan por las condiciones de hacinamiento en las que viven, luego de que una parte del hotel Carrión resultara dañada en un incendio: siete mujeres se alojan en la misma habitación y sólo se les permite bajar en los horarios de comida. El resto del tiempo tiene que permanecer en sus habitaciones.
A pesar de que sobre todos pesa orden de deportación, los detenidos intentan que su abogada gestione su libertad, por lo menos durante el tiempo que tome su regreso a Cuba.
La abogada pública, Nina Guerrero, quien atiende el caso de los cubanos, dijo a Martí Noticias que todo lo que queda en sus manos son un par de recursos legales, como una medida para sacarles temporalmente o un habeas corpus. Guerrero fue asignada al caso cuando ya el tiempo de apelación había expirado y con él, toda esperanza de levantar la orden de deportación.
Martínez explica que con su encierro en el Hotel Carrión, las mismas autoridades les privaron de la posibilidad de contratar a un abogado que apelara a la orden de deportación.
Guerrero asegura que solo podrían salvarse de la deportación aquellos cubanos que hayan perdido la residencia cubana por llevar fuera de Cuba más de dos años.
Otros detenidos han intentado anteriormente solicitar esta medida al juez, pero ante la promesa de las autoridades del Carrión de que la deportación es cuestión de poco tiempo, este ha decidido denegarla. Para proceder con las deportaciones, los funcionarios de Emigración deben disponer del presupuesto necesario para la compra de los pasajes de avión a Cuba y otros trámites.
La abogada Guerrero dijo a Martí Noticias que este lunes preguntaría sobre la fecha de las deportaciones a las autoridades del Ministerio del Interior y de no ser inmediatas, solicitaría al juez medidas para la libertad condicional de los cubanos.
Guerrero advirtió que de lograr el cambio de medida, los cubanos deberán reportarse con cierta frecuencia ante las autoridades. De no hacerlo incurrirían en un delito penado con tiempo de prisión por la ley ecuatoriana.
A pesar de las reservas de la abogada, los cubanos tienen esperanza de poder legalizarse en el país, una vez que tengan libertad de movimiento, tras una reciente decisión del Gobierno de Ecuador de reconsiderar y a aprobar los casos que cumplan los requisitos para alguna de las categorías de visa y que meses antes habían sido rechazados.
A raíz de la crisis migratoria de los cubanos en Centroamérica, el Gobierno dificultó a estos los trámites legales de entrada y permanencia en el país, con la imposición de la visa de entrada y el aumento de su precio y el de los pasajes de avión.