Cubanos denuncian ineptitud de policías tras grave incidente en Bayamo: "Casi todos son locos o analfabetos"

Un policía se conecta a Internet usando un teléfono celular en La Habana (AP/Desmond Boylan/Archivo)

Un hombre está ingresado con muerte cerebral en Granma, tras recibir el disparo de un policía, según fuentes cercanas. El hecho ha puesto en duda la preparación del cuerpo policial de Cuba.

El disparo de un policía el 19 de julio que dejó a Ernesto Figueredo Alarcón debatiéndose entre la vida y la muerte en un centro hospitalario de Bayamo dejó también el criterio en muchos bayameses de que el cuerpo encargado de mantener el orden público y la protección ciudadana no está formado con la rigurosidad que requiere.

Figueredo Alarcón está ingresado con muerte cerebral en la Sala de Terapia Intensiva del Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Carlos Manuel de Céspedes de la capital granmense, informaron a Martí Noticias amigos y vecinos.

Un amigo del herido que se pidió no ser identificado confirmó que el policía que supuestamente disparó había ingresado a la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) recientemente y estaba detenido desde el momento en que sucedió el hecho, el pasado viernes. La fuente dijo que al policía se le conoce bajo el seudónimo de "Chucho".

“La bala aún la tiene alojada en la cabeza, porque no es posible realizar una operación tan riesgosa, según los médicos”, dijo. “Lo que sí tengo claro es que es una pérdida durísima para la mamá de Ernesto. Era un muchacho luchador, no estaba en problemas y solo son ellos dos. Él trabajaba y estudiaba enfermería”, agregó.

De acuerdo a la fuente, víctima y victimario son amigos y vecinos del reparto Rosa la Bayamesa de Bayamo, y dijo que el policía "se puso a jugar con la pistola" y se le salió el disparo que alcanzó a Figueredo Alarcón.

Juan Carlos Flores, vecino del lugar, señaló que las verdaderas culpables de lo que calificó como un accidente fueron las autoridades que otorgaron al tirador la condición de policía.

“Estaba jugando con la pistola como un sheriff. Él le quitó el peine a la pistola, pero a eso siempre le queda una bala en la recámara. Parece que cuando pasó el curso de policías no le explicaron eso o él no atendió cuando estaban explicando eso, y esa bala fue la que se le fue”, dijo.

“El comentario del barrio es que el que lo puso en la Policía tendrá que pagar las consecuencias también porque ese muchacho está medio ‘chiflado’ de la cabeza. Pero lo de esta gente [las autoridades] es hacer policías para que le cuiden lo de ellos y les importa poco si estás bien de la cabeza. Ellos ahí en El Naranjal tienen una fábrica de policías que casi todos son locos o analfabetos para ellos poder utilizarle la mente”, indicó Flores.

Una convocatoria para integrar el órgano policial publicado por el medio oficial Tribuna de La Habana en 2020, detalla que los interesados “deberán tener entre 18 y 50 años de edad, medir no menos de 1.65 metros, poseer nivel de escolaridad de duodécimo grado o equivalente, estar identificados con los principios revolucionarios y tener una adecuada conducta social”.

El llamado no aclara si los aplicantes tendrán que aprobar exámenes médicos y psicológicos, pero de nuestra indagatoria se desprende que hay en la población la percepción de falta de rigor para reclutar los agentes policiales.

La internauta Delia Ramírez, cercana a Figueredo Alarcón, aseguró en Facebook que el tirador es una persona que tiene problemas mentales que era antes trabajador de la campaña anti vectorial y luego pasó un curso y se hizo policía y le dieron un arma a una persona que "no está en sus 4 sentidos” [sic].

El policía que disparó tendrá que enfrentar serios cargos según la legislación penal cubana.

“Para distinguir de qué delito estamos hablando en este caso hay que realizar un proceso de investigación para ver las circunstancias en las que ocurrieron los hechos. Si efectivamente él estaba limpiando el arma o jugando con ella y le disparó, y esto le provocó la muerte cerebral al otro, puede ser un delito de homicidio si finalmente la persona muere porque la muerte cerebral no es necesariamente la muerte física”, dijo a nuestra redacción el abogado del centro de asesoramiento legal Cubalex, Raudiel Peña.

“Hay que precisar, puede ser un delito de homicidio culposo, puede ser un delito de lesiones culposo. ¿Qué quiero decir con culposo? El Código Penal lo define como la persona que infringe un deber de cuidado objetivo y que personalmente le es exigible y ocasionó un resultado que le era evitable y que no lo deseó. En esos casos hay que ver entonces muy bien los hechos y precisar si es culposo, porque eso puede incidir en la evaluación que hace el tribunal para imponer la sanción”, agregó.

“Esté bien, limpiando el arma o jugando con ella, puede que haya cometido cualquiera de los dos delitos, si se considera que se cometió lesiones, es un delito de lesiones consumado. Si es un delito de homicidio, puede ser un delito de homicidio en grado de tentativa porque esta persona aún está viva. Asumiendo que lo que dicen los testigos sea verdadero, quiero dejar claro eso, en mi opinión, es un delito de lesiones consumado y es culposo, es decir, no quería hacerlo, pero por estar, vamos a decir así, bobeando con la pistola lo lesionó”, subrayó el jurista.

Martí Noticias trató de comunicarse con la unidad de la PNR del reparto Rosa la Bayamesa, pero no respondió nuestras llamadas.

Los familiares del Figueredo Alarcón se negaron a dar información a la prensa.