Al menos nueve cubanos, en Camagüey y La Habana, se unieron este martes a la acción cívica que realiza el 18 de cada mes la académica Alina Bárbara López Hernández en el Parque de la Libertad, en Matanzas.
Con la manifestación, que consiste en una sentada en silencio, durante una hora, la intelectual exige la fundación de una Asamblea Nacional plural y representativa para todos los cubanos, el mejoramiento de las condiciones de vida de los ancianos, la libertad de los presos políticos y el cese de las violaciones a la libertad de expresión, así como la represión contra aquellos que la ejercen.
En la capital cubana, Jorge Fernández Era, Eduardo Chibás y Miryorlis García, junto a otras cinco personas de las que desconocemos su identidad, en el Parque Central, y el profesor Pedro Albert Sánchez, en la Plaza 13 de Marzo, cerca del antiguo Palacio Presidencial, coincidieron en la necesidad de que los intelectuales se unan para buscar una salida decorosa a la situación económica, social y política del país.
Lee también "Ejerciendo un derecho constitucional en un país sin derechos políticos": así fue la protesta de Alina López“Aquí están mandando los militares, algunos de ellos con más capacidad, otros menos capacitados. Unos más conscientes de lo que están haciendo, otros haciéndolo sin conciencia”, indicó Sánchez, que se hizo conocido por sus largas caminatas en solitario para exigir democracia en la isla.
“Los intelectuales tenemos que definir qué se va a hacer en este país, y para eso hay que empezar a reunirnos. Y para llamar a una manifestación, de cierto modo, a una protesta, tiene que hacer uno estos pequeños actos cívicos. Esto es un llamado a unirnos en pos de la pluralidad, en pos de la pluralidad para toda la ciudadanía. No tiene que verse como un enfrentamiento ni mucho menos”, apuntó.
Del mismo modo, el periodista independiente Jose Luis Tan Estrada desarrolló la actividad en el Parque Ignacio Agramonte de la ciudad de Camagüey.
“Y yo también quise apoyar estos reclamos desde la provincia de Camagüey, exigiendo, principalmente, la libertad de los presos políticos y el cese a la represión y el hostigamiento de quienes nos expresamos libremente dentro del régimen”, subrayó.
Después de la acción, los manifestantes pudieron regresar a sus viviendas sin ser molestados por las autoridades, ni por la policía política.
Pero antes, agentes de la Seguridad del Estado fueron el hospital donde trabaja una de las hijas de López Hernández, la estudiante de medicina Lilian Borroto López, para coaccionarla, del mismo modo que intimidan a familiares de voces contestatarias al régimen.
En una publicación en Facebook, que tituló "Pequeña crónica del 18 de abril", la profesora y periodista relató la intervención de la Seguridad del Estado.
“Como le dijeron a ella habían sido benévolos hasta ahora y van a cambiar, si como le explicaron a ella existe la posibilidad de que puedan condenarme a prisión (¡por mercenarismo!), atrévanse, no pierdan más tiempo, dejen de ser 'buenas personas', pásenle el expediente con esas pruebas que dicen tener a Fiscalía o a Instrucción Penal para que abran una causa".
El Observatorio de Libertad Académica y la consultoría jurídica independiente Cubalex hicieron la denuncia del hostigamiento a Borroto López en sus redes sociales.