René Lecour, un cubanoamericano de 47 años, residente en Kendall, está listo para participar en la construcción de un parque de patinaje cerca del Malecón habanero, con el auspicio del gobierno cubano.
"Hemos tenido unas tres reuniones con ellos (las autoridades cubanas) ya. Todo ha sido más un apretón de manos que cualquier otra cosa. Hemos recibido mucho más de lo previsto ", dijo Lecour a The Miami Herald, en un reportaje publicado por ese diario.
Lecour viajó a La Habana el pasado 21 de junio para celebrar el Día Internacional del Patinaje, y organizó un paseo de jóvenes con patinetas a lo largo del Malecón habanero. Confiesa que en esa ocasión le dijo a su esposa que tenía temor de que lo arrestaran, pero eso no pasó. Así nació Amigo Skate Cuba.
Todo comenzó, dijo Lecour, cuando uno de sus hijos le mostró un video sobre la crisis de las patinetas en Cuba. A partir de ese momento, comenzó a hacer lo que ya antes había realizado en el Grove de Miami, recolectar patinetas usadas y donaciones para adquirir otras, en beneficio de jóvenes sin recursos para tenerlas.
Lecour viajó en avión a La Habana junto con varios skaters internacionales, todos transportando grandes bolsas de lona con patinetas nuevas y usadas, producto de donaciones.
"Para mí, lo que hacemos es más gratificante que cualquier tipo de problemas que podemos entrar” dijo Lecour a The Miami Herald.
Los esfuerzos del Amigo Skate Cuba no pasaron inadvertidos para las autoridades en la isla. "De alguna manera el gobierno cubano lo supo y nos envió un correo electrónico diciéndonos que sabían quiénes éramos y qué hacíamos. Al principio, yo estaba un poco asustado ", dijo Lecour.
Sin embargo, en mensajes de correo electrónico enviados en febrero, las autoridades agradecieron a Lecour por su trabajo y le pidieron su colaboración en futuros proyectos de patinaje.
"Estoy realmente sorprendido de que no lo hicieron antes", dijo a The Miami Herald Sebastián Arcos, director asociado del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de la Florida, quien elogió el esfuerzo comunitario de Lecour, pero considera que el contacto de La Habana con él es un medio para mantener el control sobre el proyecto.
"La esencia de cualquier estado totalitario es el control”, subrayó Arcos.
Este mes Lecour tiene previsto regresar a La Habana. Si el gobierno cubano acepta los diseños, dijo, pueden empezar de inmediato en busca de financiación, un proceso que, a partir de su experiencia en EEUE, puede ser largo.
"No somos el tipo de personas que esperan sentados a ver que pasa”, dijo Lecour, quien en este viaje quiere hacer varios grupos de patinaje en barrios pobres de La Habana, aunque no tiene el permiso del gobierno.
¨Vamos a ir, les dejamos los equipos a los niños, hacemos una pequeña fiesta y nos vamos; hay que dejar que ese simple impulso se convierta en el propio epicentro del patinaje en el barrio.