Para el cubano Roberto Casanueva no habrá Navidad ni fin de año en familia. Lo ha decidido así el gobierno de Bielorrusia, que ha dictaminado su deportación a Cuba.
Pero que un extranjero en cualquier país se encuentre sujeto a un proceso de deportación es noticia que a diario aparece en los medios. Lo novedoso es que el extranjero encare la repatriación luego de haber vivido en el país en cuestión por 30 años. Y ese es el caso de Casanueva, diseñador gráfico con una carrera establecida, esposa y tres hijos en Bielorrusia.
Le cuesta hablar el castellano, su lengua materna es el ruso y tres décadas fueron suficientes para que se insertara hasta lo más profundo en la sociedad del país de acogida.
Lee también Deportan de Bielorrusia a opositor cubanoCuando una seguidilla de manifestaciones antigubernamentales estremeció Bielorrusia entre agosto y noviembre del 2020, Casanueva fue parte de la oleada de un mar de gente que inundó las calles de Minsk para protestar por el resultado de unas elecciones que la oposición tachó de fraudulentas, y que ratificaron en el poder a Alexander Lukashenko, el hombre fuerte que se niega a dejar el poder que ha ostentado con mano dura desde 1994.
Su participación en las manifestaciones le costó prisión por un año. La semana pasada salió en libertad y del Centro de Detención Akrestsina, en Minsk, fue llevado directamente al aeropuerto y enviado rumbo a Moscú, Rusia. No hay vuelo directo de Minsk a La Habana, por eso asegura que no fue deportado el mismo día.
Atrás dejó a sus hijos, Alberto, Christian y Claudia, además a su esposa y una carrera fructífera como diseñador gráfico con vasto portafolio, que incluye también algunas obras de corte contestatario.
Lee también Cubano opositor a Lukashenko y al castrismo, en prisión y en riesgo de ser deportado desde BielorrusiaSu padre, Roberto Casanueva, fue un importante diseñador gráfico, miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), profesor de la facultad de Comunicaciones de la Universidad de la Habana, director artístico y fundador del Instituto Cubano del Libro, entre otras ocupaciones, con una extensa relación de méritos y distinciones. Público varias obras, entre ellas, El Libro en el Tiempo. Falleció en La Habana, en 1999 a los 84 años.
En Cuba, Casanueva no tiene familia, ni donde vivir. Su madre murió en Miami. En este proceso de deportación, la embajada de Cuba no se ha comunicado con él, ni él con la embajada. Razones dice tener.
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Cinco días después de su libertad, desde algún lugar de la fría capital moscovita, conversó con Radio Televisión Martí.
¿Qué ha ocurrido en tu vida en la última semana?
Hace cinco días que estoy en Moscú sin el convencimiento de que mañana estaré aquí, no tengo seguridad. Esa es la respuesta.
¿Qué te han dicho las autoridades rusas?
No me dicen nada. En Rusia yo tengo derecho a permanecer 30 días sin visado, sin tener que acudir al lugar donde se registran los extranjeros, pero yo no soy turista cubano, yo soy un cubano exiliado en Bielorrusia. Pero el gobierno ruso me trajo aquí como turista porque no tiene autorización para traerme como deportado. No hay vuelos directos de Bielorrusia a Cuba. De lo contrario me hubieran regresado. Hay que esperar que ingresen mis datos en el banco de información del gobierno ruso a ver como aparezco.
Te despediste de tus hijos. Hay una foto en que apareces en el aeropuerto de Minsk hablándole a tu hijo Alberto, de 11 años.
Un amigo hizo la foto. Fue el día 10, cuando me sacaron del Centro de Detención y me llevaron al aeropuerto. Ahí estaban mis amigos, mis hijos. Fue muy duro ver a los niños, sobre todo a mi chiquitico. Teníamos lágrimas y lo único que yo quería era que supiera que lo quiero mucho, que siempre lo querré, que siempre estará conmigo, no solo él, mis otros dos hijos también.
Estuviste un año en prisión por participar en las manifestaciones del 2020 en protesta por las elecciones, que supuestamente ganó Alexander Lukashenko.
Siempre participé en las manifestaciones pacíficas, diseñé afiches, hice comentarios en mi página en Facebook, incluso criticando al tonto del presidente de Cuba cuando felicitó a Lukashenko por su victoria en las elecciones fraudulentas. En noviembre, me detuvieron en las calles de Minsk y me llevaron a prisión. Estuve encarcelado 1 año y 1 mes. Fue muy duro y difícil imaginar que esto suceda en pleno siglo XXI y en el centro de Europa. Las condiciones (carcelarias) son horribles y tienes que aceptarlas porque no tienes cómo cambiarlas, simplemente aceptar que tienes que estar ahí. Los carceleros tenían una relación conmigo como si fuera un delincuente, aunque yo estaba registrado como preso político.
Supongamos que suceda lo peor y te deporten a Cuba. ¿Estás preparado para el regreso a Cuba después de 30 años, y vivir ahí por el resto de tus días?
Sé que hay ese riesgo, no lo deseo. Sé que nadie puede dar garantías de que en Cuba no seré también reprimido, sobro todo conociendo como viven los cubanos, llenos de represión y miedo, sin tener nada para comer, sin trabajo, sin tener posibilidades para vivir, para sentirse personas como tal, y eso es muy doloroso para los cubanos.
¿Tienes familia en Cuba, tienes casa?
No tengo donde vivir, nuestra casa mi hermana menor la vendió y en Cuba sólo me queda ella, que no tiene cómo ayudarme. Llo que tiene es para sobrevivir. Los familiares de primera línea se marcharon a otros países.
¿Cuándo crees que se haga firme la decisión de la deportación?
Yo soy deportable a Cuba de facto. Cuando aparezca la información en la base de datos de que soy deportable, no sé qué harán las autoridades. Pero en el transcurso de los próximos 30 días debo tomar una decisión para resolver, sin descartar la posibilidad de viajar a un tercer país. Hoy no puedo decirte cuáles son mis planes.
¿La Embajada de Cuba en Moscú se ha comunicado contigo, o tú con la embajada?
En primer lugar, no creo en la dignidad y en la sinceridad de los empleados cubanos en las embajadas y que representan a nuestro país en el exterior. Simplemente no creo en ellos, por eso es por lo que no tengo ningún deseo de acudir a ellos y hacer un pedido de ayuda, consejos o algo así. Yo resolveré mis problemas como pueda, con ayuda de mis amigos y mis hijos, pero no con ayuda de embajadores o funcionarios consulares.
Muchos cubanos en la isla, y en la diáspora, están al tanto de tu caso y por vías diferentes han manifestado solidaridad y pesar por la situación que atraviesas. ¿Qué les dices?
No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Nadie ni nada es eterno y no importa cuán mala sea la situación y cuán mal puedan vivir los cubanos en Cuba, todo se acabará tarde o temprano, de cualquier forma. Dios quiera que eso se acabe pronto y que llegue la libertad y la felicidad a las casas de todos los cubanos.