Un héroe americano nacido en Guantánamo

Pedro Rustán

Días antes de morir, el ex militar cubanoamericano recibió en su hogar de Virginia al Arzobispo de Santiago de Cuba.
Pedro Luis Rustán pudo haber sido uno de los cubanos más famosos de la historia, pero sólo cuando murió el 28 de junio pasado a los 65 años de edad es que han salido a la luz pública algunos detalles de su exitosa y supersecreta biografía.

El recién fallecido, ex coronel de la Fuerza Aérea y Doctor en Ingeniería Eléctrica, archivó entre sus logros un sistema de protección contra rayos para los aviones; la construcción de la nave espacial Clementine, que realizó importantes experimentos en la Luna; y el diseño de satélites espías.

El guantanamero Pedro Luis Rustán salió de Cuba en agosto de 1967 a los 20 años edad, a través de la Base Naval de Guantánamo. Estaba cursando estudios en la Universidad de Santiago en Oriente, y nunca regresó a la isla en parte por discrepancias políticas con el gobierno comunista cubano y en parte por la naturaleza clasificada del trabajo profesional que realizaba en Estados Unidos.

Corl Rustan

Su viuda Alexandra Rustan conversó con Radio Martí desde su hogar en Woodbridge, Virginia sobre la importancia de Cuba en la vida de su difunto esposo.

Entre las anécdotas que resaltó esta la visita que le hiciera, solo días antes de su muerte, el arzobispo de Santiago de Cuba Dionisio García, su amigo personal desde la adolescencia, y quien en ese momento se encontraba de visita en Estados Unidos.

“Hacia el final de su vida uno de los mejores amigos de mi esposo, durante toda su vida, el actual arzobispo de Santiago de Cuba Dionisio García, pudo venir a nuestro hogar el fin de semana del Día de los Padres y ese viernes se pasó el día entero con mi esposo y entonces regresó el propio Día de los Padres para oficiar una misa privada en nuestra casa".

“Eso fue una experiencia maravillosa para mi marido y para nuestra familia pero a la misma vez sirvió para que él se diera cuenta que nunca más vería a Cuba……..Fue maravilloso estar con sus amigos pero, también, muy doloroso saber que nunca podría regresar.”

En el entierro se rezó por la libertad de Cuba, un profundo anhelo de su esposo que quería para los cubanos de la isla.

Alexandra Rustan también comentó que pudo visitar con su esposo países como Polonia, Alemania, Hungría y Estonia y que ella observaba como los ojos de su marido brillaban de emoción al saber que esos países habían hecho transiciones democráticas, algo que también quería para su Cuba natal.

Pedro Luis obtuvo un doctorado en 1971, en su especialidad de ingeniería. Ese mismo año ingresó en la Fuerza Aérea, de donde se retiró en 1997. Tras los ataques terroristas de septiembre del 2001 regresó al trabajo para dirigir las investigaciones en materia de reconocimiento satelital para el ejército y la CIA.

Cuando se jubiló definitivamente en agosto del 2011, las fuerzas élite SEAL que mataron a Osama bin Laden le entregaron a Pedro "Pete" Rustán una bandera de los Estados Unidos que ondeaba en su base en Afganistán.

A Pedro Luis “Pete” Rustan no le gustaba la autopromoción pero anónimamente se convirtió en un patriota y un héroe estadounidense, afirmó su viuda.

El diario The Washington Post publicó el obituario del ingeniero cubano destacando sus labores y su obra humanitaria.

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Reportaje de Alex Rivero