El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, conmutó el pasado lunes las sentencias de 37 de los 40 presos federales condenados a muerte, convirtiéndolas en cadena perpetua sin libertad condicional.
Entre los beneficiados hay varios hispanos, entre ellos Daniel Troya, de familia cubana, y Ricardo Sanchez, Jr., condenados en el 2009 por su participación en un incidente de asesinatos relacionados con las drogas.
El canal WPTV reporta que Troya y Sánchez causaron la muerte de una familia de cuatro personas en el año 2006 en una carretera del condado St. Lucie, en la Florida.
José Luis Escobedo, su esposa Yessica Guerrero Escobedo y sus hijos de 3 y 4 años de edad, murieron de los disparos que recibieron.
Los fiscales del gobierno federal argumentaron que Troya perpetró el crimen de forma premeditada, tras una sustancial planificación. Además, dijeron que no mostró arrepentimiento alguno durante el proceso judicial, aunque ofreció disculpas a la familia de las víctimas al concluir el juicio.
Troya es "muy peligroso", aunque viene de una "buena familia", comentó durante el juicio el magistrado Daniel T.K. Hurley.
"No sólo fueron asesinados, también fueron torturados", declaró la semana pasada el sherriff de St. Lucie, Keith Pearson.
En un comunicado, el presidente Biden dijo que él ha dedicado su carrera “a reducir los delitos violentos y garantizar un sistema de justicia justo y eficaz”, y que las conmutaciones son coherentes con la moratoria que su administración impuso a las ejecuciones federales, con excepciones en casos de terrorismo y asesinato en masa motivado por el odio.
"No se equivoquen: condeno a estos asesinos, lamento a las víctimas de sus actos despreciables y me duele la vida de todas las familias que han sufrido pérdidas inimaginables e irreparables", dijo Biden.
"Pero guiado por mi conciencia y mi experiencia... estoy más convencido que nunca de que debemos detener el uso de la pena de muerte a nivel federal", afirmó. "En conciencia, no puedo quedarme de brazos cruzados y dejar que una nueva administración reanude las ejecuciones que yo detuve".
La decisión excluye a tres de los hombres más conocidos que se encuentran en el corredor de la muerte federal: Dzhokhar Tsarnaev, condenado por su participación en el atentado con bomba en la línea de meta del Maratón de Boston en 2013; Dylann Roof, condenado por el tiroteo en la Iglesia Metodista Episcopal Africana Emanuel en Charleston, Carolina del Sur en 2015; y Robert Bowers, condenado por el tiroteo masivo en la sinagoga del Árbol de la Vida en Pittsburgh en 2018.
Cuando el presidente Biden asumió el cargo en el 2021 su administración impuso una moratoria a las ejecuciones federales.
A diferencia de las órdenes ejecutivas, las decisiones de clemencia no pueden ser revertidas por el sucesor de un presidente.
Durante su campaña de reelección, Donald Trump habló con frecuencia de la necesidad de ampliar el uso de la pena capital para incluir a los inmigrantes que matan a ciudadanos estadounidenses y a los traficantes de drogas y personas.
La pena de muerte ha sido abolida en 23 de los 50 estados de Estados Unidos, mientras que seis (Arizona, California, Ohio, Oregón, Pensilvania y Tennessee) tienen moratorias vigentes.
(Con información de WPTV, NBC, Reuters y AP)