Repercute en la prensa un reportaje difundido por diarios de Canadá y EE.UU. que da cuenta de que la isla se ha convertido en un sitio muy frecuentado por depredadores sexuales de niños.
Luego de más de medio siglo de dictadura, la prostitución consentida es uno de los síntomas de la grave enfermedad que padece Cuba, pero más vergonzosa y criminal es la explotación sexual infantil que el gobierno niega y esconde con mentiras, según un análisis publicado por el servicio informativo Infolatam.
El artículo, firmado por el renombrado periodista español Vicente Botín, sostiene que atareado como está en dar lustre al cadáver de la revolución Raúl Castro y sus trompeteros “reformistas” han pasado por alto sin desmentirlo un informe según el cual Cuba se ha convertido en imán para hombres ansiosos de tener sexo con niñas, algunas de sólo 4 años.
El demoledor informe sobre la prostitución infantil en la isla—señala—fue publicado recientemente por los diarios The Toronto Star, de Canadá, y The Miami Herald, de EE.UU., y fue resultado del trabajo hecho discretamente en Cuba durante cuatro meses por reporteros de los dos países.
La investigación periodística fue antecedida por otro reportaje que difundió el Star sobre un informe de la Real Policía Montada del Canadá, del año 2011 y desclasificado recientemente, que identifica a Cuba como uno de los principales destinos para los depredadores sexuales canadienses.
El artículo destaca que “la prostitución generalizada como método rápido para acceder a bienes de consumo se ha agravado en Cuba con la explotación sexual infantil”.
Según el periodista, los reporteros del Toronto Star y del Miami Herald investigaron concienzudamente en las calles de La Habana y descubrieron un mundo sórdido y atroz donde por apenas $30 dólares la noche se pueden tener relaciones sexuales con niñas o niños menores de edad.
Una red de empleados de hotel, taxistas y proxenetas –agrega--participan en ese despreciable negocio. “También encontraron familias pobres que desesperadas por obtener dinero o deslumbradas por regalos y bienes materiales disponibles solo en pesos convertibles ofrecen a sus hijos menores a los proxenetas”.
El análisis recuerda que en enero del 2008 un equipo de la cadena española Telecinco utilizó una cámara oculta para grabar el mundo de la prostitución e hizo entrevistas a proxenetas y “jineteras” adolescentes vestidas incluso con uniforme escolar. Dos años después, precisa, Sebastián Martínez Ferraté, uno de los autores del programa, regresó a la isla y lo encarcelaron.
También menciona la muerte el 14 de mayo de 2010 de la niña Lilian Ramírez Espinosa, de 12 años de edad, víctima de una orgía de sexo y drogas con turistas extranjeros en la ciudad de Bayamo, un hecho que “destapó la sórdida realidad de la prostitución infantil que las autoridades se empeñan en negar por considerarlo un hecho aislado”.
Sin embargo, dice, informes elaborados por organizaciones como Fin a la Prostitución y el Tráfico de Niños (End Child Prostitution and Trafficking) o documentos del Departamento de Estado de EE.UU. denuncian la laxitud de las autoridades cubanas frente al asunto.
Luego apunta que “el silencio del gobierno ante la explotación sexual contrasta sin embargo con la actitud de personajes del régimen como Mariela Castro, hija del actual presidente de Cuba y directora del CENESEX, el Centro Nacional de Educación Sexual. Mariela Castro, empeñada en una cruzada a favor de los derechos de los homosexuales y los transexuales”.
La forma en que Mariela frivoliza el sexo, dice, “la heredó sin duda de su tío Fidel, quien incapaz de acabar con la prostitución dijo en una ocasión que “las “jineteras cubanas son las más cultas del mundo”.
Y no le faltaba razón—señala—. “Muchas universitarias (en la isla) prefieren dedicarse a ese viejo oficio, mucho mejor retribuido que los escasos 20 dólares de salario medio mensual que perciben los trabajadores cubanos”.
El artículo, firmado por el renombrado periodista español Vicente Botín, sostiene que atareado como está en dar lustre al cadáver de la revolución Raúl Castro y sus trompeteros “reformistas” han pasado por alto sin desmentirlo un informe según el cual Cuba se ha convertido en imán para hombres ansiosos de tener sexo con niñas, algunas de sólo 4 años.
El demoledor informe sobre la prostitución infantil en la isla—señala—fue publicado recientemente por los diarios The Toronto Star, de Canadá, y The Miami Herald, de EE.UU., y fue resultado del trabajo hecho discretamente en Cuba durante cuatro meses por reporteros de los dos países.
La investigación periodística fue antecedida por otro reportaje que difundió el Star sobre un informe de la Real Policía Montada del Canadá, del año 2011 y desclasificado recientemente, que identifica a Cuba como uno de los principales destinos para los depredadores sexuales canadienses.
El artículo destaca que “la prostitución generalizada como método rápido para acceder a bienes de consumo se ha agravado en Cuba con la explotación sexual infantil”.
Según el periodista, los reporteros del Toronto Star y del Miami Herald investigaron concienzudamente en las calles de La Habana y descubrieron un mundo sórdido y atroz donde por apenas $30 dólares la noche se pueden tener relaciones sexuales con niñas o niños menores de edad.
Una red de empleados de hotel, taxistas y proxenetas –agrega--participan en ese despreciable negocio. “También encontraron familias pobres que desesperadas por obtener dinero o deslumbradas por regalos y bienes materiales disponibles solo en pesos convertibles ofrecen a sus hijos menores a los proxenetas”.
El análisis recuerda que en enero del 2008 un equipo de la cadena española Telecinco utilizó una cámara oculta para grabar el mundo de la prostitución e hizo entrevistas a proxenetas y “jineteras” adolescentes vestidas incluso con uniforme escolar. Dos años después, precisa, Sebastián Martínez Ferraté, uno de los autores del programa, regresó a la isla y lo encarcelaron.
También menciona la muerte el 14 de mayo de 2010 de la niña Lilian Ramírez Espinosa, de 12 años de edad, víctima de una orgía de sexo y drogas con turistas extranjeros en la ciudad de Bayamo, un hecho que “destapó la sórdida realidad de la prostitución infantil que las autoridades se empeñan en negar por considerarlo un hecho aislado”.
Sin embargo, dice, informes elaborados por organizaciones como Fin a la Prostitución y el Tráfico de Niños (End Child Prostitution and Trafficking) o documentos del Departamento de Estado de EE.UU. denuncian la laxitud de las autoridades cubanas frente al asunto.
Luego apunta que “el silencio del gobierno ante la explotación sexual contrasta sin embargo con la actitud de personajes del régimen como Mariela Castro, hija del actual presidente de Cuba y directora del CENESEX, el Centro Nacional de Educación Sexual. Mariela Castro, empeñada en una cruzada a favor de los derechos de los homosexuales y los transexuales”.
La forma en que Mariela frivoliza el sexo, dice, “la heredó sin duda de su tío Fidel, quien incapaz de acabar con la prostitución dijo en una ocasión que “las “jineteras cubanas son las más cultas del mundo”.
Y no le faltaba razón—señala—. “Muchas universitarias (en la isla) prefieren dedicarse a ese viejo oficio, mucho mejor retribuido que los escasos 20 dólares de salario medio mensual que perciben los trabajadores cubanos”.