Los cubanos atrapados entre dos monedas

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Hasta ahora no existe un calendario para ir reduciendo la disparidad entre el peso y los “chavitos”.

Más que una rareza propia del socialismo la dualidad monetaria que hay en Cuba se ha convertido en una trampa, según un análisis.
Bajo el actual sistema monetario que impera en Cuba un cepillo de dientes ordinario puede costar tanto como el salario de dos días de trabajo, destaca un análisis económico difundido por la publicación electrónica Cubastandard.

Tras identificar las dos monedas que existen en la isla, una para los cubanos y otra para los turistas y el comercio internacional, el peso cubano (CUP) y el convertible (CUC), más conocido como “chavito”, señala que en China se dio una vez una situación similar.

Durante los últimos 30 años, dice, China se las arregló para hacer converger los valores de sus dos monedas y dejar atrás una equivalencia original de 2:1, “pero en Cuba la disparidad es del orden de 24:1”.

Esta diferencia entre una y otra es “considerablemente más dura de aceptar por quienes ganan un salario pagado en los baratos pesos cubanos”, destaca.

Cubastandard subraya que en la isla las monedas no fluctúan o “flotan” en los mercados internacionales. “El CUC está atado al dólar a $1,08 por peso, pero además existe una tarifa de conversión obligatoria del 10 por ciento –apunta– para cubrir el riesgo que el Estado absorbe lidiando con los dólares en el mercado monetario”.

Luego, sostiene que si la equivalencia 24:1 fuera modificada de inmediato y llevada a una total paridad, “la demanda de bienes valorados en CUC se dispararía enormemente, y la inflación haría subir los precios”.

La publicación reseña que el propio Raúl Castro admitió a diplomáticos brasileños en 2008 que un aumento en la tasa de cambio del peso con el CUC elevaría la inflación y conduciría a una devastadora escasez de alimentos.

Así todo, apunta que los desafíos son enormes y cita al economista Carmelo Mesa-Lago de la Universidad de Pittsburgh, quien ha dicho que incluso llevando la disparidad entre el peso y el CUC sólo a 8:1, la remuneración que reciben los trabajadores estatales se triplicaría de la noche a la mañana, y el Gobierno tendría que sacar recursos de donde no tiene para compensar el costo añadido.

Puede que el progreso económico que ya tiene mucho retraso en Cuba necesite de este tipo de “terapia de choque”, concluye, pero sólo el tiempo lo dirá.

Entretanto, la página digital vamoscuba señala que a partir de julio de 2012 en las Terminales de Punto de Ventas (TPV’s) habilitados en las Tiendas Recaudadoras de Divisa, podrán presentarse los titulares de tarjetas magnéticas RED, asociadas a cuentas en CUP; para pagar los productos que éstas comercializan.

Indica que el cambio se efectuará a la tasa de cambio establecida en CADECA para la compra de CUC, ahora vigente (1x25).

La nota aclara que cuando los titulares de tarjetas magnéticas en CUP deseen realizar con éstas el pago de las compras efectuadas en tiendas recaudadoras de divisas, que venden en CUC, deberán además de dicha tarjeta, presentar el carnet de identidad como medio de identificación y conservar el comprobante de la transacción como medida de seguridad, en caso de reclamaciones.

El economista cubano independiente Arnaldo Ramos Lauzurique considera que aún falta mucho tiempo para solucionar el problema de la doble moneda en Cuba, “puesto que no se trata simplemente de quitar una moneda y poner otra, porque existen una serie de pasos que tendrían que darse”.

Lauzurique declaró a martinoticias.com que antes “hay que solucionar el problema de los salarios y de los precios, así como eliminar el doble mercado.

Manifestó que “sin una verdadera apertura económica no sería posible realizar la unificación de las dos monedas, el peso cubano, y el peso convertible, CUC ”.

Lauzurique añadió que también “habría que resolver el problema de los precios de lo que ahora se vende en divisas, que está tres y cuatro veces sobre el costo en el caso de los productos corrientes; y en el caso de los efectos electrodomésticos y equipos electrónicos, está a cinco, diez hasta veinte veces de su precio de adquisición”.

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Arnaldo Ramos