El comerciante Adem Arici ha invertido $9 millones en un hotel de la isla y ha declarado que su viaje a Cuba tuvo un motivo religioso. Fue a sacrificar 630 carneros para el banquete de Kurban Bayram.
Un estadounidense de origen turco ha sido encausado en Nueva York por evasión de impuestos pero las autoridades lo tienen retenido por violar la ley que prohíbe hacer transacciones financieras con el enemigo tras acusarlo de haber hecho negocios millonarios en Cuba.
La vida de Adem Arici, dice el diario NewYork Post, es la clásica de un inmigrante que llegó en 1986 a EE.UU. sin un centavo y al cabo de más de dos décadas pudo ser dueño de una cadena de tiendas en Manhattan.
Aunque llegó a tener 12 negocios muchos de los cuales –dice él—operan en bancarrota y sólo le quedan cuatro tiendas, las autoridades lo inculpan de haber fraguado una estratagema para eludir el pago de impuestos sobre $56 millones de dólares en ingresos.
Agentes federales aseguran tener pruebas de que el acusado hizo transferencias de dinero a Costa Rica para invertir en bienes raíces y de hacer negocios en Cuba durante un viaje a la isla el otoño pasado.
Según el fiscal de Nueva York Preet Bharara, Arici presuntamente violó la Ley de Comercio con el Enemigo al gastar dinero en Cuba y también invertir $9 millones de dólares en un hotel en la isla, cargos que el acusado niega.
Arıcı, dijo en entrevista telefónica con el diario Hürriyet, que su viaje a Cuba tuvo un motivo religioso. Fue a sacrificar 630 carneros por la festividad de Kurban Bayram, el segundo banquete más importante del Islam, que se celebra en el décimo día de la peregrinación islámica.
De ser hallado culpable, el hombre encara una condena de hasta 27 años en prisión. De acuerdo con las autoridades, el acusado tuvo dos cómplices también de origen turco, Omer Ipek y Atilla Yayla, ambos prófugos.
La vida de Adem Arici, dice el diario NewYork Post, es la clásica de un inmigrante que llegó en 1986 a EE.UU. sin un centavo y al cabo de más de dos décadas pudo ser dueño de una cadena de tiendas en Manhattan.
Aunque llegó a tener 12 negocios muchos de los cuales –dice él—operan en bancarrota y sólo le quedan cuatro tiendas, las autoridades lo inculpan de haber fraguado una estratagema para eludir el pago de impuestos sobre $56 millones de dólares en ingresos.
Agentes federales aseguran tener pruebas de que el acusado hizo transferencias de dinero a Costa Rica para invertir en bienes raíces y de hacer negocios en Cuba durante un viaje a la isla el otoño pasado.
Según el fiscal de Nueva York Preet Bharara, Arici presuntamente violó la Ley de Comercio con el Enemigo al gastar dinero en Cuba y también invertir $9 millones de dólares en un hotel en la isla, cargos que el acusado niega.
Arıcı, dijo en entrevista telefónica con el diario Hürriyet, que su viaje a Cuba tuvo un motivo religioso. Fue a sacrificar 630 carneros por la festividad de Kurban Bayram, el segundo banquete más importante del Islam, que se celebra en el décimo día de la peregrinación islámica.
De ser hallado culpable, el hombre encara una condena de hasta 27 años en prisión. De acuerdo con las autoridades, el acusado tuvo dos cómplices también de origen turco, Omer Ipek y Atilla Yayla, ambos prófugos.