La televisión cubana arremetió contra los fanáticos por las "desmedidas faltas de respeto" contra uno de los "íconos" del béisbol.
El antesalista Yulieski Gourriel, uno de los astros del béisbol cubano, confesó este jueves que sufre por las frecuentes rechiflas e insultos que le propinan los fanáticos, al punto de que ha sentido deseos de no salir al terreno de juego.
Los abucheos y ofensas son frecuentes en los estadios de Cuba, donde el béisbol es el deporte nacional y gran pasión, cuando los jugadores no rinden lo esperado por el público. "Es algo muy difícil salir al terreno en casi todos los estadios, a veces no he tenido ganas ni de ponerme el traje, porque sé que apenas llegue al terreno empezará de nuevo", se quejó Gourriel, uno de los héroes del subtítulo de Cuba en el I Clásico Mundial de Béisbol (2006), en declaraciones a la televisión cubana.
Gourriel, de 28 años e hijo del mánager y otrora estelar Lourdes Gourriel, dijo que "poco a poco" se ha adaptado a esta situación, gracias al apoyo de sus compañeros de equipo, sus hermanos --los también beisbolistas Yunieski y Lourdes Junior--, y sus padres. También "el ánimo que me he dado yo mismo de nunca darme por vencido", agregó el también campeón olímpico en Atenas-2004 y bicampeón mundial (2003 y 2005).
La televisión arremetió contra los fanáticos por las "desmedidas faltas de respeto" contra uno de los "íconos" del béisbol cubano, a quien calificó como "un caballero de la gorra a los spikes" (zapatos). "Es hora de que los irrespetuosos, respeten. ¿Por qué esa permanente agresividad con un joven que más que nadie desea que las cosas le salgan bien?", dijo el reporte televisivo.
A pesar de haber conectado batazos claves en varios triunfos del "Team Cuba", Gourriel no rindió a la hora cero en los Juegos de Pekín-2008 ni en el III Clásico Mundial (2013). Tras decidir hace unos días con un batazo un partido de la postemporada cubana a favor de su equipo, Sancti Spíritus, ante Matanzas, Gourriel se mostró feliz y aliviado.
"Esto es algo muy grande para mí, hace rato estaba esperando un momento de este tipo. Me ha tocado pasar por momentos muy difíciles, no se lo deseo a nadie", dijo entonces el jugador.
Los abucheos y ofensas son frecuentes en los estadios de Cuba, donde el béisbol es el deporte nacional y gran pasión, cuando los jugadores no rinden lo esperado por el público. "Es algo muy difícil salir al terreno en casi todos los estadios, a veces no he tenido ganas ni de ponerme el traje, porque sé que apenas llegue al terreno empezará de nuevo", se quejó Gourriel, uno de los héroes del subtítulo de Cuba en el I Clásico Mundial de Béisbol (2006), en declaraciones a la televisión cubana.
Gourriel, de 28 años e hijo del mánager y otrora estelar Lourdes Gourriel, dijo que "poco a poco" se ha adaptado a esta situación, gracias al apoyo de sus compañeros de equipo, sus hermanos --los también beisbolistas Yunieski y Lourdes Junior--, y sus padres. También "el ánimo que me he dado yo mismo de nunca darme por vencido", agregó el también campeón olímpico en Atenas-2004 y bicampeón mundial (2003 y 2005).
La televisión arremetió contra los fanáticos por las "desmedidas faltas de respeto" contra uno de los "íconos" del béisbol cubano, a quien calificó como "un caballero de la gorra a los spikes" (zapatos). "Es hora de que los irrespetuosos, respeten. ¿Por qué esa permanente agresividad con un joven que más que nadie desea que las cosas le salgan bien?", dijo el reporte televisivo.
A pesar de haber conectado batazos claves en varios triunfos del "Team Cuba", Gourriel no rindió a la hora cero en los Juegos de Pekín-2008 ni en el III Clásico Mundial (2013). Tras decidir hace unos días con un batazo un partido de la postemporada cubana a favor de su equipo, Sancti Spíritus, ante Matanzas, Gourriel se mostró feliz y aliviado.
"Esto es algo muy grande para mí, hace rato estaba esperando un momento de este tipo. Me ha tocado pasar por momentos muy difíciles, no se lo deseo a nadie", dijo entonces el jugador.