En medio año, desde que las autoridades cubanas liberaron el mercado de vehículos, se vendieron en todo el país solo 50 automóviles y cuatro motos.
Un reporte de un portal oficialista indicó que por las 54 operaciones se habían recaudado un 1,3 millones de pesos convertibles, que se cotiza equivalente al dólar, lo que hace un promedio de 23.800 dólares por vehículo --en su mayoría usados--.
En enero el gobierno cubano abrió la posibilidad que cualquier persona pudiera comprar vehículos en las agencias automotrices, todas en manos del Estado.
Muchos cubanos esperaron ese momento a comienzo de año, deseosos de poder adquirir automóviles, pero los precios exagerados levantaron toda clase de críticas: como un Peugeot 508 en 262.000 dólares, cuando la casa matriz lo vende en Gran Bretaña por 53.000 dólares. O también un Kia Rio en 42.000, cuyo precio en el extranjero es de unos 13.000 dólares.
El sueldo en Cuba promedio es por unos 20 dólares mensuales.
Con anterioridad las autoridades habían permitido la compra venta de casas entre propietarios e interesado y legalizado la de vehículos entre particulares, la mayoría de los automóviles de la época soviética o que las personas habían adquirido con una carta o permiso especial.
“Con esta reforma sobre la autorización a compra de autos, el gobierno cubano ha querido mostrar una posibilidad legal pero no una posibilidad financiera” nos dice Karina Gálvez Chiu economista independiente desde Cuba.
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Gálvez considera que han querido dar la apariencia de que en Cuba se venden automóviles en agencias pero que no existe verdadero un interés lucrativo.
Iset Vásquez Brizuela, vicepresidenta primera de la Corporación CIMEX, la encargada de la comercialización de los autos, precisó que las personas naturales y jurídicas interesadas en comprar un vehículo o moto tienen la posibilidad de adquirirlo en las 11 agencias habilitadas para tales fines, aunque en varias provincias no hay sucursales.
Las autoridades dijeron en enero que el 75% de lo recaudado por la venta de esos vehículos sería invertido en el transporte público, un serio problema en la isla.
Antes de la liberación de mercado de enero la venta estaba limitada a las personas que tenían una "carta" en la cual se justificaban los ingresos mediante el desempeño de un trabajo como por ejemplo médicos, técnicos y diplomáticos que salían del país en misiones internacionales y recibían estipendios suficientes.