De enero a julio del presente año visitaron Cuba 1 809 641 turistas, lo que representó el 96,2% de cumplimiento del plan.
Después de la segunda semana de noviembre, las instalaciones turísticas estatales y privadas de toda Cuba -hoteles, casas de particulares que arriendan habitaciones, restaurantes estatales y privados, los productores privados autorizados a vender artesanía, los dedicados a la trasportación, sean estatales y privados, las instalaciones destinadas a la recreación y el esparcimiento, así como toda una gran red de tiendas recuperadoras de divisas- están listas para recibir la tan anunciada avalancha de turistas de la temporada alta, procedentes principalmente de Canadá, Estados Unidos, Europa, América Latina y en menor cantidad, de China.
Ivis Fernández, delegada del Ministerio del Turismo en la provincia de Matanzas, en un encuentro sostenido en el Centro de Convenciones Plaza América, en Varadero, con periodistas de la agencia Prensa Latina y el semanario Opciones, dio a conocer que después de la segunda quincena de diciembre, por sexta ocasión consecutiva, la Playa Azul recibirá más de un millón de turistas.
Pero como es costumbre en el Ministerio de Turismo y la prensa oficial, ocultaron a la población lo que realmente ha contribuido a que dicho plan de recepción de turistas se cumpla.
De enero a julio del presente año visitaron Cuba 1809 641 turistas, lo que representó el 96,2% de cumplimiento del plan.
Mintió la funcionaria cuando dijo que después de Canadá, Alemania y Rusia son los mayores mercados emisores de turismo hacia Cuba. De Canadá arribaron 763 276 turistas, por lo que ocupó el primer lugar con un 42,2%, pero en el segundo lugar se posicionaron los cubanos que viven en la isla y los que residen en el exterior con 426 118, lo que representó el 41,1%. De ese total, 339 470 que viven en distintas provincias de Cuba se hospedaron en los hoteles de los diferentes polos turísticos existentes en la isla. 37,5% lo hicieron en instalaciones ubicadas en Varadero.
Todo apunta que la temporada alta no ha comenzado como habían anunciado los directivos del turismo.
Concluida la tercera semana de noviembre, en el caso específico de Varadero, que dispone de 51 instalaciones hoteleras y unas 19 175 habitaciones, la mayoría en la categoría de 4 y 5 estrellas, la afluencia de turistas extranjeros y nacionales no es la que se esperaba.
En un recorrido desde la calle 13 hasta la 60 y de ahí al Centro de Convenciones Plaza América, pude observar que los restaurantes y cafeterías, en su mayoría propiedad del Estado, los portales de la casas, las aéreas y locales habilitados para la ventas de artesanía de productores privados desde las 10 de la mañana hasta al atardecer, permanecen vacíos, muestra de que los turistas brillan por su ausencia.
La situación de esa baja en la temporada alta se aprecia con mayor elocuencia en Plaza América, en sus casi desiertas tiendas de ropas, peletería, perfumería, joyerías, la de productos deportivos, las destina a productos para niños, la que veden bisuterías y artesanía, ubicados en la planta baja y alta.
Los restaurantes, cafetería y bares de dicho Centro de Convenciones la mayor parte del tiempo permanecen vacíos. Los empleados conversan trivialidades a la espera que entre algún turista a comprar algo.
Parece que la delegada del turismo en la provincia de Matanza no está bien informada porque permanece la mayor parte del tiempo en su oficina climatizada o en las bien surtidas mesas buffet de los hoteles de cuatro y cinco estrellas, pertenecientes a Gaviota, Gran Caribe y Cubanacán, que son operados de manera conjunta con hoteleras españolas, entre las que sobresale Melía Hoteles Internacional.
La funcionaria Se aventuró a decirle a los periodistas que "el reto para el sector es grande y los compromisos son importantes para satisfacer las aspiraciones de nuestros clientes, por la férrea competencia que hoy se libra en el sector, principalmente Cancún, en México, y Punta Cana, en República Dominicana".
La señora Fernández debía tomar una parte de su ocupadísimo tiempo y destinarlo a recorrer la red de tiendas recuperadoras de divisas que funcionan en las avenida Primera y Segunda hasta la calle 60, todas administradas por el Grupo de Administración Empresarial (GAESA) de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, que se supone están al 100% al servicio de los exigentes turistas.
En lo que hoy ofrecen los establecimientos de Varadero, la variedad está ausente, y eso es algo esencial para poder complacer al cliente y poder vender lo que él busca. A esto se suma lo desactualizado de los diseños. Para salir de ellos, hay que rebajarlos de precio.
La mayoría de esos establecimientos reportan alto inventarios en sus almacenes, lo que incide negativamente en los resultados económicos de su gestión comercial.
Los gerentes de estas tiendas no tienen ninguna autoridad ni autonomía, están supeditados a lo que dictaminan los burócratas militares de GAESA, que lo único que les interesa es vender sin tener en cuenta las leyes del mercado, que son las que indican el momento preciso de rebajar el precio de las mercancías que no salen.
Tal situación existe no solo en las TRD de Varadero, sino en todo el país.
GAESA es un ente autónomo, supraestatal, porque no rinde cuentas de su gestión al gobierno y mucho menos a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Tal situación, de no cambiar, realmente hará imposible para Cuba poder competir y sobrepasar a México y República Dominicana en el despliegue de su dinámico y pujante sector turístico.
En ambos países, cuando un turista pide algo y no lo hay, salen raudos a buscarlo, donde quiera que esté, algo que no ocurre en Cuba.
Las TRD están atrapadas desde hace años en una larga cadena de ineficiencias, que se refleja en la pésima atención a los clientes y la corrupción. Tal vez eso explique en parte la baja de turistas en la presente temporada alta.
Publicado en Primavera Digital el 2 de diciembre del 2013
Ivis Fernández, delegada del Ministerio del Turismo en la provincia de Matanzas, en un encuentro sostenido en el Centro de Convenciones Plaza América, en Varadero, con periodistas de la agencia Prensa Latina y el semanario Opciones, dio a conocer que después de la segunda quincena de diciembre, por sexta ocasión consecutiva, la Playa Azul recibirá más de un millón de turistas.
Pero como es costumbre en el Ministerio de Turismo y la prensa oficial, ocultaron a la población lo que realmente ha contribuido a que dicho plan de recepción de turistas se cumpla.
De enero a julio del presente año visitaron Cuba 1809 641 turistas, lo que representó el 96,2% de cumplimiento del plan.
Mintió la funcionaria cuando dijo que después de Canadá, Alemania y Rusia son los mayores mercados emisores de turismo hacia Cuba. De Canadá arribaron 763 276 turistas, por lo que ocupó el primer lugar con un 42,2%, pero en el segundo lugar se posicionaron los cubanos que viven en la isla y los que residen en el exterior con 426 118, lo que representó el 41,1%. De ese total, 339 470 que viven en distintas provincias de Cuba se hospedaron en los hoteles de los diferentes polos turísticos existentes en la isla. 37,5% lo hicieron en instalaciones ubicadas en Varadero.
Todo apunta que la temporada alta no ha comenzado como habían anunciado los directivos del turismo.
Concluida la tercera semana de noviembre, en el caso específico de Varadero, que dispone de 51 instalaciones hoteleras y unas 19 175 habitaciones, la mayoría en la categoría de 4 y 5 estrellas, la afluencia de turistas extranjeros y nacionales no es la que se esperaba.
En un recorrido desde la calle 13 hasta la 60 y de ahí al Centro de Convenciones Plaza América, pude observar que los restaurantes y cafeterías, en su mayoría propiedad del Estado, los portales de la casas, las aéreas y locales habilitados para la ventas de artesanía de productores privados desde las 10 de la mañana hasta al atardecer, permanecen vacíos, muestra de que los turistas brillan por su ausencia.
La situación de esa baja en la temporada alta se aprecia con mayor elocuencia en Plaza América, en sus casi desiertas tiendas de ropas, peletería, perfumería, joyerías, la de productos deportivos, las destina a productos para niños, la que veden bisuterías y artesanía, ubicados en la planta baja y alta.
Los restaurantes, cafetería y bares de dicho Centro de Convenciones la mayor parte del tiempo permanecen vacíos. Los empleados conversan trivialidades a la espera que entre algún turista a comprar algo.
Parece que la delegada del turismo en la provincia de Matanza no está bien informada porque permanece la mayor parte del tiempo en su oficina climatizada o en las bien surtidas mesas buffet de los hoteles de cuatro y cinco estrellas, pertenecientes a Gaviota, Gran Caribe y Cubanacán, que son operados de manera conjunta con hoteleras españolas, entre las que sobresale Melía Hoteles Internacional.
La funcionaria Se aventuró a decirle a los periodistas que "el reto para el sector es grande y los compromisos son importantes para satisfacer las aspiraciones de nuestros clientes, por la férrea competencia que hoy se libra en el sector, principalmente Cancún, en México, y Punta Cana, en República Dominicana".
La señora Fernández debía tomar una parte de su ocupadísimo tiempo y destinarlo a recorrer la red de tiendas recuperadoras de divisas que funcionan en las avenida Primera y Segunda hasta la calle 60, todas administradas por el Grupo de Administración Empresarial (GAESA) de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, que se supone están al 100% al servicio de los exigentes turistas.
En lo que hoy ofrecen los establecimientos de Varadero, la variedad está ausente, y eso es algo esencial para poder complacer al cliente y poder vender lo que él busca. A esto se suma lo desactualizado de los diseños. Para salir de ellos, hay que rebajarlos de precio.
La mayoría de esos establecimientos reportan alto inventarios en sus almacenes, lo que incide negativamente en los resultados económicos de su gestión comercial.
Los gerentes de estas tiendas no tienen ninguna autoridad ni autonomía, están supeditados a lo que dictaminan los burócratas militares de GAESA, que lo único que les interesa es vender sin tener en cuenta las leyes del mercado, que son las que indican el momento preciso de rebajar el precio de las mercancías que no salen.
Tal situación existe no solo en las TRD de Varadero, sino en todo el país.
GAESA es un ente autónomo, supraestatal, porque no rinde cuentas de su gestión al gobierno y mucho menos a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Tal situación, de no cambiar, realmente hará imposible para Cuba poder competir y sobrepasar a México y República Dominicana en el despliegue de su dinámico y pujante sector turístico.
En ambos países, cuando un turista pide algo y no lo hay, salen raudos a buscarlo, donde quiera que esté, algo que no ocurre en Cuba.
Las TRD están atrapadas desde hace años en una larga cadena de ineficiencias, que se refleja en la pésima atención a los clientes y la corrupción. Tal vez eso explique en parte la baja de turistas en la presente temporada alta.
Publicado en Primavera Digital el 2 de diciembre del 2013