Rubén y el valle de la censura

Tania Bruguera.

La entrevista que publica originalmente el sitio digital La Jiribillla y que luego reproduce Cubadebate es una oda al comisariado político-cultural de la isla.

Tania Bruguera está incomunicada, sin que se le haya dado el derecho básico de llamar por teléfono a su familia ni de verse con un abogado.

Así está finalizando el 2014, con una puerta de hierro de las oficinas del Ministerio de Cultura, que no es otra cosa que la representación del Estado para la represión en el terreno artístico, otra embajada del Gobierno de la isla donde se tramitan papeles de todo tipo, desde prohibiciones hasta cartas que autorizan al artista a viajar.

Y es que Rubén del Valle, el funcionario que ha estado dando la cara en el proceso de censura y desaparición de Bruguera, fue Viceministro de Cultura. Ahora, desde el Consejo Nacional de las Artes Plásticas –ocupa una de las mansiones de Miramar construidas por "los malos de la película"–, del Valle hace de embajador de la dictadura cuando recuerda, y citamos textualmente:

"…considero que Tania es fruto de esta Revolución y de uno de sus proyectos más hermosos: el sistema de enseñanza artística. Tania estudió por 12 años en los distintos niveles de enseñanza artística especializada, y luego realizó un máster en el Instituto de Chicago. Tania pertenece a una generación de jóvenes creadores que fueron proyectados hacia la escena internacional por nuestro sistema institucional, y especialmente por la Bienal de La Habana. A partir de ahí ha construido una carrera que parte de concebir el arte como una actitud vital, de profunda reflexión crítica, de vocación universal, entronizada en la rica tradición de formalización estética del pensar y sentir desde lo social".

Queda claro: la artista es propiedad del Estado. No hay que darle más vueltas al asunto. Por mediación de ese chantaje que expresa abiertamente un comisario cultural, la artista es secuestrada de su vivienda al amanecer, luego de que la policía política estuviera tocando a su puerta durante toda la noche, según confirmó la hermana de Bruguera a este diario.

No importan las consecuencias psicológicas del acoso, ni las consecuencias políticas que a nivel internacional está teniendo este absurdo. La cuestión es ejercer el poder, esta vez mediante un interlocutor que durante años fue preparado para esta entrevista de rara naturaleza.

Veamos que la pieza periodística –apareció originalmente en el sitio digital La Jiribilla y luego reproducida en Cubadebate– no está firmada por nadie, que las preguntas están hechas después de las dudosas respuestas, que no se ha tenido en cuenta para nada al ciudadano común al desplegar un lenguaje ensayístico que, en lugar de aclarar, confunde.

Aunque no está diseñada para que se lea dentro de la isla –no es para el Granma de papel–, la presentación de la "entrevista" se cuida mucho de no poner un enlace a la pieza que Bruguera quería exhibir en la llamada plaza de la revolución, performance que está en internet. Pero no olvida echar con el rayo a un intelectual serio del exilio como es Carlos Alberto Montaner, llamándolo, cómo no, "mercenario".

Tanto el lenguaje como la estructura de tal "entrevista" están desfasados con los nuevos tiempos, y sobre todo con la buena voluntad del Presidente de Estados Unidos que ha abierto una puerta para el establecimiento de la democracia en la isla.

"Resulta entonces un contrasentido pretender darle espacio y voz en la simbólica Plaza de la Revolución a sujetos políticos totalmente deslegitimizados en la escena cubana, muchos de los cuales se oponen incluso a la normalización de las relaciones entre nuestro país y los EE.UU", intenta confundir de nuevo el comisario.

La cuestión fundamental está en que Tania Bruguera, una de las creadoras del arte contemporáneo más reconocidas a nivel mundial –como lo es el también disidente chino Ai Wewei, que increíblemente ha expuesto en La Habana–, ha vivido fuera de Cuba y ha visto con sus propios ojos cómo en cualquier país normal la gente saca un permiso en la comisaría más cercana y se manifiesta en la calle. Incluso se manifiesta sin el permiso de las autoridades y no pasa nada. O sí, llegan a ser escuchados.

En Cuba, sabemos, no hay derecho a la manifestación pública que no provenga de la ingeniería del Estado.

A lo mejor Tania Bruguera pensó que ha llegado el momento, pero este triste precedente dejará además otro capítulo de arresto sin una orden judicial.

Los disidentes con los que trabajamos día a día en martinoticias.com lo saben de sobra. Hoy mismo, día 31, sus teléfonos estaban bloqueados.

2015 comienza, pues, con la libertad de expresión secuestrada.

A las doce de la noche de hoy pensaremos en ellos y en particular brindaremos por Tania Bruguera, que no sabemos si pasará la Nochevieja en un cuartucho de la policía política.