Con tan sólo once medallas, cinco de oro, dos de plata y cuatro de bronce, Cuba quedó relegada al tercer lugar del medallero latinoamericano de los Juegos Olímpicos 2016 en Brasil. La isla se sitúa en el lugar 18 cuando se mide el nivel por la cantidad de medallas doradas.
Mientras Brasil se alza con el primer lugar (lugar 13 del medallero) entre los latinoamericanos con 19 medallas, siete de oro, seis de plata y seis de bronce.
El segundo lugar en el medallero latinoamericano corresponde a Jamaica con once medallas, seis de oro, tres de plata y dos de bronce. La isla caribeña se sitúa de ese modo en el lugar 16.
El lugar de Cuba en el medallero olímpico viene cayendo desde 1992. De modo que ese año en Barcelona la isla estuvo en la posición cinco, 1996 en Atlanta en la posición ocho, 2000 en Sídney en la posición nueve, 2004 en Atenas en la posición once, 2008 en Pekín en la posición veintiocho, 2012 en Londres en la posición dieciséis y 2016 en Río de Janeiro en la posición dieciocho.
Los cubanos que compitieron con otras banderas
Otro aspecto a señalar en cuanto al comportamiento cubano en estas olimpiadas tiene que ver con el tema de la discriminación para sus conciudadanos que no viven en el territorio isleño. Si no existiera la crisis política y económica que impera en su país y hubieran competido por la isla, esta hubiera terminado mejorando considerablemente su medallero.
Un reportaje de la agencia EFE destaca que el último día de competencia la delegación Cuba pudo comprobar aquello de que "no hay peor astilla que la del propio palo", pues perdió el primer lugar del medallero de boxeo a causa del cubano nacionalizado azerbaiyano Lorenzo Sotomayor quien sacó de la lid al púgil cubano Yasnier Toledo.
Sotomayor le causó a la isla perder el campeonato por naciones porque al sumar su tercer oro Uzbekistán saltó al primer lugar.
Leyva, emigrado a Miami a los 18 meses de nacido, fue el competidor cubano de mejores resultados, pero no pudo paliar para la isla la frustración por el bajo rendimiento del subcampeón del mundo Manrique Larduet, quien sí vive en Cuba y se fue sin preseas.
Quizás el más expresivo de los medallistas cubanos que viven fuera de su país de origen fue el español Orlando Ortega, subcampeón de los 110 metros con vallas. Se enrolló en una bandera española y emocionado le dio gracias a su nuevo país por su amor de nodriza.
La sexta medalla llegó de un país exótico para los caribeños, Turquía, al que emigró el corredor Yasmani Copello, tercero en los 400 con vallas con un registro de 47.92 segundos.