Luego de ocho años de restauración, Cuba reabrió el jueves el Capitolio de La Habana, una imponente estructura arquitectónica inicialmente rechazada como símbolo del imperialismo estadounidense y que ahora se convertirá en la sede de la Asamblea Nacional (parlamento unicameral).
El edificio, construido en 1929 para acoger al Congreso de Cuba e inspirado en el Capitolio de Washington, fue utilizado para otras funciones tras la revolución de Fidel Castro en 1959, al igual que otras construcciones vistas como testimonios de "gobiernos corruptos" apoyados por Washington.
El Capitolio Nacional fue sede de la Academia de Ciencias y del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente hasta que se decidió restaurarlo en 2010 como parte de la remodelación emprendida por la Oficina del Historiador de La Habana, considerado como uno de los tesoros arquitectónicos de América Latina.
Cuatro años más tarde llegó el histórico anuncio de una distensión cubano-estadounidense entre el gobernante Raúl Castro y el por entonces mandatario demócrata Barack Obama y en julio de 2015 se restablecieron los vínculos diplomáticos, que actualmente viven un período de incertidumbre tras los cambios en la política hacia la isla puestos en vigor por la Administración de Donald Trump.
"Esta es una de las obras arquitectónicas más ilustres del mundo", dijo Tomás Hechavarría, administrador del Capitolio, parado en la sala principal del edificio, debajo de la cúpula, que cuenta con relucientes pisos de mármol y vestíbulos en color oro, donde se encuentra la estatua de bronce llamada La República de 17,5 metros de altura.
Hechavarría sostuvo que el edificio está listo para recibir la próxima sesión de la Asamblea Nacional, una reunión prevista para el 19 de abril que seleccionará un nuevo presidente, primer líder que no llevará el apellido Castro en casi 60 años.
Pero destacó que todavía no se decidió si la reunión se llevará a cabo en el edificio, cuya cúpula mide 92 metros, y apuntó que los trabajos continuarán en la parte sur hasta noviembre de 2019.
"Esta instalación encierra un montón de historia y es un privilegio estar aquí hoy en La Habana para revivir momentos del Capitolio, que visité cuando era más joven", dijo una cubanoamericana que emigró en 2014 y reside en Orlando, Florida. "Lo dejaron perder un tiempo pero gracias que lo han recuperado".
(Con información de Reuters)