Los pésimos datos turísticos de Cuba en los dos últimos años muestran una “pérdida de atractivo” y son el resultado de “un pueblo tensionado”, aseguró este jueves el experto español José María Cubillo.
“Hay carencias, dificultades en la calidad, ausencia de servicios auxiliares complementarios, oferta escasa —en términos de ocio y entretenimiento—. Y a eso se suma un pueblo que, después de la pandemia, ha salido muy tensionado. Eso lo convierte quizá en un pequeño polvorín”, advirtió el profesor de Marketing Internacional y experto en branding, de la Universidad CEU San Pablo.
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Entre enero y mayo, Cuba perdió el 50% del turismo (en comparación con similar fecha de 2019), mientras República Dominicana arrasó con un crecimiento del 17%, según estadísticas oficiales de ambos países.
“Estos problemas son sistémicos y multifactoriales. Y cuando se juntan todos, se genera la pérdida de atractivo”, valoró el académico en entrevista con Martí Noticias.
Reestructurar el producto
En opinión de Alejandro Pérez-Ferrant, estratega y CEO de la consultoría The Blue Room Project, de Madrid, “existe un problema de estrategia turística, no solo a nivel de comunicación y marketing”.
“El destino Cuba necesita una reestructuración del propio producto y servicio turístico”, afirma.
Datos publicados esta semana por la consultora española ForwardKeys, revelan que los arribos decrecieron en Cuba un 52% en el primer trimestre del año. Mientras, las reservas adelantadas para el segundo cayeron un 58%, la peor situación del Caribe.
“Si un destino turístico no se recupera de la pandemia al mismo ritmo que sus competidores, significa que tiene un problema de percepción. Es muy importante la imagen que proyecta un país. El mundo ha cambiado, y los jóvenes de hoy demandan valores como la libertad, el respeto a las personas y a los derechos humanos”, considera Cubillo.
Pérez-Ferrant coincide en tener en cuenta los nuevos tiempos, porque el turismo “ha cambiado completamente” y ahora los viajeros no son meramente contemplativos.
“El viajero lo que quiere es vivir el país. Y hay dos Cuba, una de los nacionales y otra preparada para mostrársela al turista. Eso hoy en día tiene poco recorrido. Funcionó en el pasado, pero los destinos están cambiando. Hablamos del turismo experiencial, de actividades de tipo local. No se pueden tener mundos paralelos”, explicó.
“Desafección” de los españoles con respecto a Cuba
El portal especializado Reportur informó recientemente que las aerolíneas Iberia, World2fly, Iberojet y Air Europa registran “una baja ocupación” en sus vuelos desde España a Cuba (“difícilmente ocupan la mitad de los asientos”), debido a la “alta competencia” y “a la pérdida de reputación turística de Cuba desde la pandemia, unido al alineamiento del país con Rusia en su invasión militar a Ucrania”.
Ninguna de las empresas aéreas respondió a preguntas sobre el tema.
Según Cubillo, el problema de Cuba “es estructural, no coyuntural”, lo que ha ocasionado la pérdida de un gran número de turistas europeos. En este sentido, considera “irrisorio” que solo 30.000 españoles viajen a la isla en casi medio año, tratándose de “un mercado hermano y culturalmente cercano”.
Pérez-Ferrant abunda en esa línea, debido al “fuerte cambio generacional” en España, que ha generado “una desafección” con respecto a Cuba.
“El destino Cuba hay que hacerlo atractivo para las nuevas generaciones. Muchos carecen del bagaje del pasado cultural [común]. Las nuevas generaciones de turistas buscan una comunicación muy transparente”, alertó el CEO de The Blue Room Project.
“La gente no compra problemas”
En 2005, en una investigación académica, ya Cubillo advirtió las principales incertidumbres del destino Cuba, después de un crecimiento previo espectacular: “riesgos políticos y problemas de eficiencia”. Fundamentalmente, porque “el gobierno socialista distorsiona las fuerzas del mercado, en particular con sus políticas de recursos humanos”.
“Cuando la gente viaja, quiere comodidades, no problemas. Quiere seguridad y sentirse bien en un entorno agradable. La gente no compra problemas”, resume Cubillo sobre la situación de 2023.
Pérez-Ferrant, por su parte, razona que Cuba “no está siguiendo una estrategia o camino de éxito, y no puede demorarse mucho en la realización de cambios”.