Cuba busca relanzar sus proyectos de prospección petrolera, tanto en aguas profundas como someras, con la ayuda del capital extranjero, para reducir su dependencia energética del exterior, de casi el 50 %, en un momento difícil por la caída de los precios de petróleo y la recesión que atraviesa la isla.
"Casi la mitad de la demanda total de energía del país se cubre con hidrocarburos nacionales. Nuestro reto principal es que ese porcentaje se incremente con la ayuda de socios extranjeros", afirmó hoy el director adjunto de la Unión Cuba-Petróleo (Cupet), Roberto Suárez Sotolongo.
Cupet, empresa estatal cubana que controla el sector energético de la isla, presentó hoy las oportunidades de negocio en la "I Cuba Oil & Gas Summit", que se celebra estos días en La Habana con la presencia de más de 250 directivos de 70 empresas de unos 15 países.
En estos momentos, Cupet produce anualmente alrededor de 4 millones de toneladas de petróleo pesado y alrededor del 97 % de la producción de gas se dedica directamente a la generación eléctrica.
"Sin tener nuevos descubrimientos desde principios del año 2002, Cupet ha logrado mantener una estabilidad en la producción, gracias a la buena utilización de los yacimientos que se están explorando y la introducción de nuevas tecnologías", afirmó Suárez Sotolongo.
Los principales objetivos de Cupet son la prospección petrolera en los bloques de tierra y aguas someras, un área dividida en 45 bloques que se extiende por unos 200 kilómetros en la costa norte de la isla, desde La Habana hasta Matanzas.
La empresa estatal también busca socios para la introducción de nuevas tecnologías que permitan la recuperación secundaria de los pozos ya explotados de la zona, de los que ahora solo se recupera entre el 6-7 % del crudo.
Otra de las áreas de Cuba ofrece a la inversión extranjera es la exploración petrolera en aguas profundas en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) del Golfo de México, donde se estima que hay reservas equivalentes a 22.000 millones de barriles.
Desde el lanzamiento de este proyecto en 1999, Cuba, con ayuda de socios extranjeros, ha perforado ya cuatro pozos con vistas a hallar petróleo y ahora se encuentra en la fase de estudio para iniciar las prospecciones en un quinto pozo.
La española Repsol, la malaya PC Gulf, la rusa Gazpromneft, la angoleña Sonangol y PDVSA (Venezuela) son las empresas que ya lo intentaron sin éxito. Desde el pasado diciembre, la empresa china BGP inició una campaña de análisis sísmicos marinos para identificar las áreas con potencial para la exploración petrolera en la ZEE del Golfo de México.
"Confiamos mucho en las potencialidades de esa zona, los estudios geológicos previos son alentadores y con las nuevas tecnologías y equipos con los que contamos esperamos terminar el primer análisis sísmico en mayo", dijo a la prensa el director general de BGP, Xing Hongkai.
El sistema energético de Cuba ha dependido en gran medida desde 2003 del crudo subsidiado que recibe de Venezuela, que llegó a alcanzar los 120.000 barriles diarios; pero ante la grave crisis en ese país esa cantidad se ha reducido a unos 55.000 barriles, lo que ha obligado al Gobierno de la isla a buscar alternativas de suministro.
Esta situación es uno de los principales motivos por los que Cuba entró en recesión por primera vez en 23 años al cierre de 2016, con un decrecimiento de su economía del 0,9 %.