Miembros de la sociedad civil cubana consultados por Radio Martí instaron a las autoridades de la isla a eliminar los centros de rehabilitación en los que son detenidas las personas que se prostituyen, incluidos adultos y niños.
El pedido coincide con las recomendaciones que arrojó la visita a La Habana en abril de la Relatora Especial de Naciones Unidas sobre la Trata de Personas, Maria Grazia Giammarinaro.
La experta de la ONU explicó en su informe que “los delitos de proxenetismo y trata están confundidos en el Código Penal” y que “la trata en todas sus formas no está definida ni reconocida”.
La metodología cubana consiste hasta ahora en detectar, detener y llevar a centros de rehabilitación a los que se prostituyen. Giammarinaro advirtió que la medida "constiuye una violación a sus derechos".
Un sondeo realizado por el periodista Adriel Reyes, de Radio Martí, indicó que muchos en Cuba están en contra del encierro de estas personas. Las observaciones de Giammarinaro, -en la primera visita a La Habana de un relator de la ONU en una década-, avivó el debate en Cuba.
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“Favorezco la idea de que centros penitenciarios donde se recluyen estas personas sean eliminados, porque en definitiva la vida ha demostrado que ni siquiera reeducan a la persona como se dice usualmente por los medios oficiales del gobierno”, dijo el periodista independiente Alejando Tur Valladares, de Cienfuegos.
Las autoridades cubanas optaron en el pasado por recluir a personas enfermas de SIDA en centros hospitalarios, de los que podían salir solo con acompañantes y si tenían conductas "confiables". El método fue muy criticado internacionalmente.
Actualmente los que son diagnosticados con la enfermedad, reciben los tratamientos de forma ambulatoria y continúan en sus trabajos y vida habitual.
El encierro no resuelve el problema
Julia Rosa Piña, pastora de Granma, advirtió que la medida de detener a las personas que se prostituyen no es funcional.
“(Las prostitutas) cuando salen (de los centros donde son detenidas) vuelven a lo mismo y no resuelven el problema (…) aunque en Cuba digan que no hay prostitución, sigue existiendo”, explicó Piña.
Para demostrar que el encierro es muchas veces injusto, la religiosa contó que una persona que conoce pasó dos años en la cárcel por ser pareja “estable” de un extranjero.
Un informe oficial difundido durante la visita de Giammarinaro indicó que 2.174 niños y niñas fueron víctimas en 2015 de "presuntos hechos de abuso sexual", 1.189 habrían sufrido abusos lascivos, otros 333 sufrieron violaciones y 354 estuvieron relacionados en casos de corrupción de menores.
La funcionaria aludió también a que en la isla existen casos de personas, sobre todo jóvenes, que firman contratos de trabajo ilegales en el extranjero, que les obligan a vivir en condiciones denigrantes que no fueron acordadas.
Además explicó que migrantes cubanos son a menudo sometidos sexualmente y explotados por traficantes de personas.
La bloguera Miriam Celaya, consultada por Radio Martí, coincidió con la relatora e instó a ir a las causas.
“Yo sí creo que deberían desaparecer (los centros de rehabilitación). Creo que la prostitución es hoy un flagelo (…) es por las condiciones en que vive la gente aquí en Cuba, los jóvenes sobre todo, que no ven un futuro, que buscan o bien una manera de salir del país o una manera de ganar dinero rápido y fácil. Hay también una pérdida de valores familiares, de valores morales”, expresó Celaya.
(Escrito por Rosa T. Valdés, con reporte de Adriel Reyes)