El viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, no cree que el régimen necesite una relación bancaria bilateral con Estados Unidos para que el sector privado en la isla prospere. En entrevista con la emisora de Florida WLRN, el funcionario aclaró que “hay un malentendido” en la forma en la que se está abordando este tema.
“Cuba no está esperando que Estados Unidos actúe en medida alguna. El crecimiento del sector privado en Cuba es una decisión nacional de Cuba. Lo tomamos por nuestra cuenta, independientemente de lo que haga Estados Unidos”, aseguró.
El viceministro fue tajante al definir cómo concibe el régimen la existencia del sector privado.
“Lo que hemos aprobado es la mediana y pequeña empresa. En nuestro panorama económico no estamos concediendo, al menos por el momento, que haya grandes monopolios ni grandes concentraciones de propiedad, riqueza y capital. Lo que queremos es una expansión. Tantos como sea posible y en igualdad de condiciones para todos”, aclaró.
Fernández de Cossío tampoco estuvo de acuerdo en cómo fueron interpretadas las palabras del gobernante Miguel Díaz-Canel durante su reunión con empresarios afines al régimen en su más reciente visita a Nueva York, donde dijo que "los cubanoamericanos podrían ser bienvenidos en el futuro para poseer negocios en Cuba".
“Yo estuve en esa reunión y el presidente nunca dijo eso. Quien informó eso no estuvo presente o no recordó bien lo sucedido en ese lugar”, aclaró. Según el alto diplomático, cuando Díaz-Canel dijo que eran “bienvenidos”, se refería a “una política que él personalmente ha defendido, que invita a los cubanos que viven en el exterior a invertir”. No obstante, acotó, “abrir negocios reales en Cuba es para personas que residen en Cuba. Los cubanos que viven en el exterior pueden participar como un canadiense, como un español. Pero si quieres constituir una empresa tienes que ser residente”.
Durante el diálogo, el viceministro de Exteriores dejó claro que al régimen de La Habana no le interesa una apertura política. “Si a la liberalización se le llama hacer que el dinero participe en la política y que los partidos sirvan como máquinas para que los políticos puedan ser movidos y luego las corporaciones y los ricos tengan la capacidad de financiar y comprar favores políticos, eso es algo que no estamos concediendo en Cuba”.
Unos 70 empresarios privados, dueños de Mipymes, visitaron Miami la semana pasada para recibir asesoramiento y consejos de sus homólogos cubanoamericanos y para conocer las leyes que rigen las operaciones comerciales entre las empresas de ambos países.
De Cossío también respondió preguntas acerca de la agresión con cócteles molotov contra la Embajada de Cuba en Washington y aseguró que es algo que le compete a las autoridades norteamericanas investigar. “No sabemos en este momento hasta dónde ha llegado esa investigación ni quién está detrás de ella. Lo que sí sabemos es que hay personas en Estados Unidos que tienen un historial de practicar u organizar acciones terroristas contra Cuba. Pero nos correspondería a nosotros apresurarnos y empezar a hacer acusaciones”.
Cuando le preguntaron sobre los cientos de presos políticos que cumplen sanciones en las cárceles de la isla por su participación en las masivas manifestaciones del 11 de julio de 2021, el funcionario admitió las encarcelaciones, pero intentó restarles importancia al comparar la represión al estallido social en Cuba con los hechos ocurridos en el Capitolio de Estados Unidos.
“Miles de personas participaron en la manifestación en Cuba hace más de dos años. Miles de personas... y unos pocos cientos fueron procesadas… Por los hechos del 6 de enero de 2021, en Estados Unidos han sido encarceladas personas que ni siquiera estaban presentes en el lugar, solo porque fueron acusadas de incitar a la gente a ir al Capitolio”, dijo.
Según el más reciente informe de la organización Prisioners Defenders, hasta el 31 de agosto pasado se contabilizaban en Cuba “1.045 prisioneros políticos y de conciencia sufriendo condenas judiciales o disposiciones de limitación de libertad por parte de las fiscalías sin supervisión judicial alguna ni defensa jurídica”.
Sobre el éxodo masivo de cubanos, que ha alcanzado cifras récords en los últimos años, el viceministro cree que ha ocurrido debido a “una combinación de factores”. En ese sentido mencionó “los efectos del COVID”, el embargo de Estados Unidos a Cuba y los problemas económicos del país. “Hemos tenido mala gestión, ineficiencias en lo que hacemos, que reconocemos que tenemos que mejorar”.
Sobre la política de Joe Biden hacia La Habana, afirmó que el presidente estadounidense ha mantenido las sanciones “más agresivas”, aunque mencionó el trabajo conjunto “en áreas como la migración, cierto nivel de cooperación en la aplicación de la ley, incluido el terrorismo, y en ciencias ambientales, artes, cultura, educación, que son importantes, pero no son lo que se puede decir la esencia de la relación bilateral".
En cuanto al escándalo por el reclutamiento de cubanos por el ejército ruso para luchar en la guerra contra Ucrania, el viceministro de Exteriores aseguró que la red de tráfico de personas “fue detectada” inicialmente por ellos. “Perseguimos al traficante y también perseguimos a la persona que voluntariamente intenta involucrarse en un conflicto militar en otro país. Antes de que lo hiciéramos público, hablamos con el Gobierno de Rusia, con el que tenemos una buena relación. Hablamos con el Gobierno de Ucrania, con el de Estados Unidos, con la Unión Europea y con varios otros gobiernos”, aseguró.