El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo este lunes que no espera que Cuba cambie de la noche a la mañana, pero que las políticas que su Administración ha implementado para facilitar los viajes, los intercambios comerciales, las remesas de familiares de cubanoamericanos, el acceso a internet y las oportunidades para los emprendedores, promete acelerar un cambio en los años venideros.
“Todo esto ha sido bien recibido, no solo por el pueblo cubano en sí, sino también -y cada vez más- por los cubanoamericanos que inicialmente se mostraron escépticos ante la política, pero que ahora reconocen que este tipo de interacción podría traer aparejadas grandes oportunidades y transformaciones en el interior de Cuba”, enfatizó Obama en entrevista con CNN en Español.
Ante la pregunta de si no estaba ignorando que el gobierno de Cuba viola los derechos humanos, Obama dijo que durante su visita tenía la intención de reunirse con disidentes, críticos del gobierno cubano, como lo hizo cuando estuvo en Panamá, y se reunió con activistas de Cuba.
“Fue parte del trato para que yo asistiera, y tenerlo allí también a Raúl Castro. Y así continuamos presionando para asegurarnos que con el tiempo se amplíe la libertad de expresión, de reunión, de religión, dentro de Cuba”, indicó Obama.
El Presidente insistió en que de ningún modo estaba legitimizando un gobierno no elegido democráticamente y aseguró que la política de Estados Unidos a Cuba no había funcionado en las últimas cinco décadas, y se han visto más avances en el último año y medio. Cambios lentos, marginales, pero reales en cuanto a cómo funciona la economía en Cuba.
“Cuanto más presentes estén las empresas allí, más personas viajarán, y más cubanoestadounidenses podrán interactuar con sus familiares, que en ciertos casos no han visto durante décadas, y es más probable que veamos el tipo de cambios que todos estamos esperando”, agregó.
En cuanto al embargo, Obama destacó que su firme predicción es que en algún momento del gobierno del próximo presidente, ya sea demócrata o republicano, “será derogado, porque tiene sentido para nosotros poder vender en Cuba, hacer negocios con los cubanos, mostrarles nuestras prácticas comerciales, cómo tratamos a los trabajadores, cómo nos enfocamos en los temas de derechos humanos, lo que ayudará a producir los tipos de cambios que se necesitan”.
“Y como ya dije antes, el pueblo cubano lo comprende. Si usted ve los sondeos de la gente que está en Cuba, no de los funcionarios gubernamentales, sino de los cubanos comunes y corrientes, creen que esta es una enorme oportunidad. Están muy entusiasmados”, dijo Obama.
El mandatario estadounidense aclaró que no se trata de hacer concesiones al gobierno cubano, sino de interactuar en forma directa con el pueblo, y de poder tener conversaciones sinceras y firmes directamente las autoridades “del mismo modo en que lo hacemos con el gobierno chino, como lo hacemos con el gobierno vietnamita, como lo hacemos con el gobierno ruso, todo un conjunto de países con quienes podemos tener desacuerdos, pero con quienes reconocemos que tendremos más influencia y mayor capacidad de abogar por los valores que nos son queridos, cuando tenemos un diálogo con ellos”, concluyó.
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