Una redada policial contra unas 15 cartománticas en la Habana Vieja culminó con la aplicación de elevadas multas y el decomiso de vasos de agua, flores, crucifijos, cartas, hierbas y todo tipo de polvos mágicos que usan en sus menesteres adivinatorios.
La redada contra las mujeres ocurrió el pasado sábado, 21 de octubre, en los alrededores del Santuario Nuestra Señora de la Merced. Ante la resistencia de algunas de ellas, se personaron en el lugar las fuerzas policiales, precisó el periodista independiente Mario Hechavarría Driggs.
El argumento que usaron los inspectores para multar a las cartománticas fue que no tienen licencias para ejercer el oficio.
“Todas fueron multadas con cifras de 1.500 pesos en moneda nacional (MN), y les retiraron los artículos que suelen vender a sus clientes, y otros que usan en sus consultas", señaló el reportero, que a inicios de octubre presenció una acción similar contra otras adivinadoras en el Parque de la Fraternidad.
El precio por cada consulta a los nacionales es de 25 pesos MN, o el equivalente de un peso convertible CUC, mientras que para los extranjeros el precio oscila entre 5 y 10 CUC, explicó el reportero.
El límite para pagar las multas es de 30 días, "algo muy difícil para las mujeres, que alegaron no tener otras vías que su oficio de adivinadoras para ganar el sustento de la familia.
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Hechavarría señaló que mientras eso ocurre en los alrededores de las iglesias, en las áreas del casco histórico de La Habana Vieja siempre hay "dos o tres mujeres de la raza negra, vestidas de blanco, tirando las cartas a los extranjeros".
El listado de actividades autorizadas por la Oficina del Historiador de La Habana contempla a las cartománticas y artistas de danza folclórica.
La práctica de rituales religiosos ha aumentado en la isla, dijo Hechavarría, que vive frente a la Sociedad Yoruba, en La Habana Vieja, donde "es habitual que las personas asistan a comprar enseres espirituales y a cumplir con los rituales que impone esa religión".
De igual manera, conoce personas en ese mismo barrio que realizan en sus casas el trabajo de adivinación, y no han sufrido intromisiones de las autoridades tributarias, a pesar de que cobran por los servicios tanto en moneda nacional como en CUC.
En agosto pasado, el gobierno cubano suspendió temporalmente la entrega de licencias a un grupo de actividades de trabajo privado en la isla.