Para los deprimidos bolsillos familiares, exprimidos en más de dos décadas de crisis, es casi imposible pagar los precios de discotecas y clubes que reaniman la vida nocturna cubana tras la reforma económica de 2008.
Las últimas producciones de la industria del entretenimiento mundial están llegando a manos de los cubanos por múltiples redes que se ofrecen como alternativa a la programación de la televisión estatal y a la falta de opciones culturales y entretenimiento asequibles al trabajador promedio.
“Para los deprimidos bolsillos familiares, exprimidos en más de dos décadas de crisis, es casi imposible pagar los precios de discotecas y clubes que reaniman la vida nocturna cubana tras la reforma económica de 2008, que abrió espacios a la empresa privada”, afirma un reportaje sobre el tema de Inter Press Service (IPS) en Cuba, publicado el domingo.
En 2013, el presupuesto para cultura, arte y deporte se redujo en 172 millones de dólares respecto de 2012. Y solo uno por ciento de las inversiones fueron a ese sector, según estadísticas oficiales.
El artículo titulado Cultura de Cuba ya no es para cualquier bolsillo, subraya que “mientras en glamorosos bares privados de barrios residenciales como el Vedado, Miramar y Playa se divierte la emergente clase adinerada habanera, para el resto las opciones son escasas”.
El reportaje, firmado por Ivet González, cita como ejemplo el caso de Alexis Cruz, un abogado de 26 años, “en la fila para entrar a un concierto en el Centro Cultural Fábrica de Arte de La Habana a quien entrevistó, mientras revisaba “ansioso la billetera donde guarda el monto de la entrada, 50 pesos cubanos (dos dólares), y tres CUC (moneda equivalente al dólar) para beber algo”.
"Pocas veces puedo asistir a estos espacios que se llevan un cuarto de mi sueldo de 450 pesos (casi 19 dólares), pero todos los precios están igual o más caros y al menos aquí escucho buena música", dijo Cruz.
La revista digital bilingüe Cubaabsolutely reseñó la presencia en El Café Cantante del grupo Habana Abierta “en un concierto cuya entrada costaba 100 pesos cubanos”.
Como alternativa a esos altos precios los cubanos “consumen preferentemente audiovisuales y música para recrearse”, indicó IPS citando a varios estudios, que no identificó.
Según el reportaje de IPS la red informal de audio-videos incluye casas de alquiler y copia, puestos de venta de discos piratas –legalizados como trabajo por cuenta propia en 2010— y la venta a 50 pesos (dos dólares) de una recopilación digital de casi un terabyte de música, películas, series, telenovelas y espectáculos televisivos internacionales, conocida como "paquete semanal".
IPS cita el caso de la cuentapropista Laudelina Rodríguez, quien tiene una clientela de casi 300 personas en el municipio habanero del Cerro, y distribuye por semana unos 600 gigas y tres o cuatro paquetes completos.
La gente copia en memorias USB lo último de la semana. Pagando entre cinco y 20 pesos cubanos (menos de un dólar), el cliente puede llevarse hasta ocho gigabytes de contenido variado, agrega el reportaje.
"Lo más demandado son las narconovelas y las telenovelas mexicanas, seguidas por las series norteamericanas (estadounidenses) y los concursos de participación como ‘La Voz Kids' y Nuestra Belleza Latina", dijo Rodríguez a IPS.
“Para los deprimidos bolsillos familiares, exprimidos en más de dos décadas de crisis, es casi imposible pagar los precios de discotecas y clubes que reaniman la vida nocturna cubana tras la reforma económica de 2008, que abrió espacios a la empresa privada”, afirma un reportaje sobre el tema de Inter Press Service (IPS) en Cuba, publicado el domingo.
En 2013, el presupuesto para cultura, arte y deporte se redujo en 172 millones de dólares respecto de 2012. Y solo uno por ciento de las inversiones fueron a ese sector, según estadísticas oficiales.
El artículo titulado Cultura de Cuba ya no es para cualquier bolsillo, subraya que “mientras en glamorosos bares privados de barrios residenciales como el Vedado, Miramar y Playa se divierte la emergente clase adinerada habanera, para el resto las opciones son escasas”.
"Pocas veces puedo asistir a estos espacios que se llevan un cuarto de mi sueldo de 450 pesos (casi 19 dólares), pero todos los precios están igual o más caros y al menos aquí escucho buena música", dijo Cruz.
La revista digital bilingüe Cubaabsolutely reseñó la presencia en El Café Cantante del grupo Habana Abierta “en un concierto cuya entrada costaba 100 pesos cubanos”.
Como alternativa a esos altos precios los cubanos “consumen preferentemente audiovisuales y música para recrearse”, indicó IPS citando a varios estudios, que no identificó.
Según el reportaje de IPS la red informal de audio-videos incluye casas de alquiler y copia, puestos de venta de discos piratas –legalizados como trabajo por cuenta propia en 2010— y la venta a 50 pesos (dos dólares) de una recopilación digital de casi un terabyte de música, películas, series, telenovelas y espectáculos televisivos internacionales, conocida como "paquete semanal".
IPS cita el caso de la cuentapropista Laudelina Rodríguez, quien tiene una clientela de casi 300 personas en el municipio habanero del Cerro, y distribuye por semana unos 600 gigas y tres o cuatro paquetes completos.
La gente copia en memorias USB lo último de la semana. Pagando entre cinco y 20 pesos cubanos (menos de un dólar), el cliente puede llevarse hasta ocho gigabytes de contenido variado, agrega el reportaje.
"Lo más demandado son las narconovelas y las telenovelas mexicanas, seguidas por las series norteamericanas (estadounidenses) y los concursos de participación como ‘La Voz Kids' y Nuestra Belleza Latina", dijo Rodríguez a IPS.