"Qué importa que el Estado, a través de la empresa contratista, les pague solo el 20 por ciento de los ingresos. El equivalente a cuatrocientos dólares mensuales es mucho dinero en la depauperada sociedad cubana".
En los pequeños y polvorientos pueblos se hace más patente su incidencia.
Primero llegaron cargados con pacotilla. Luego compraron los viejos automóviles que quedaban, soviéticos o norteamericanos, no existía preferencia. Pasaron más tarde a comprar las destartaladas casas que quedaban en la comunidad y las arreglaron poco a poco, poniéndole muros exteriores y avituallándolas.
Sus abandonados hijos, conocieron el olor del último aparato electrónico y del regalo oportuno a los maestros para mejorarles las notas. Sus redes de influencias aumentaron. Ya no eran las malencajados profesionales que salieron al exterior. Diez años después, los médicos que cumplen contratos en el exterior, son la nueva cofradía de potentados provincianos.
Portavoces de lo peor del aparato ideológico de la burocracia comunista, los médicos que trabajan en el exterior, son ahora sus principales voceros. Por supuesto, no es ideología. Es la forma de garantizar el próximo contrato con el burócrata de turno. Qué importa que el Estado, a través de la empresa contratista, les pague solo el 20 por ciento de los ingresos. El equivalente a cuatrocientos dólares mensuales es mucho dinero en la depauperada sociedad cubana.
La reciente decisión del gobierno de Brasil de contratar cuatro mil médicos cubanos a partir del mes de septiembre llena de alegría a muchas casas en el interior de la isla y por qué no también en La Habana. Pero en la capital de todos los cubanos, la competencia es diferente.
Desde hace un año, muchos de los cuatro mil médicos que saldrán a Brasil se preparaban para el mercado de la salud del gigante suramericano estudiando portugués y aprendiendo de sus costumbres y potencialidades. Lo hacían más que por iniciativa propia, por indicaciones de las autoridades de salud de su territorio, quienes ya tenían las listas de los probables internacionalistas, como los llama la propaganda oficial.
Al gobierno de Brasil le importa poco las condiciones en que estos profesionales cumplirán sus contratos de trabajo, ni del robo de que serán víctimas. Son los profesionales más baratos del mercado y en base de la colaboración con la empresa del gobierno militar que se encarga del asunto, apenas y si le harán la reválida del título. Potencialidades y ventajas de trabajar con gobiernos autoritarios, donde los ciudadanos son esclavos del Estado. Ya lo dijo el Ministro de Salud Pública de Brasil, Alexandre Padilha, citado por EFE, cuando explicó que desconoce cuánto dinero recibirá finalmente cada uno de los médicos cubanos, pues "eso no depende de las autoridades brasileñas".
Los cubanos serán distribuidos en 701 comunidades de las regiones norte y noroeste de Brasil, las más pobres del país y en las que a los médicos brasileños no les interesa trabajar por las malas condiciones de vida y la falta de infraestructura.
Los gremios médicos brasileros rechazaron tajantemente la presencia de profesionales cubanos.
"Brasil entra peligrosamente en el terreno de la pseudo asistencia, de manera demagógica y autoritaria en nombre de soluciones simplificadas para problemas complejos", dijo el Consejo Federal de Medicina.
Mientras, Florentino Cardoso, presidente de la Asociación Médica de Brasil afirmó. "Es muy triste que en un área social importante, el foco de las acciones sea una candidatura, que esté puesto en ver cómo ganar votos con algunas medidas".
Por su parte, Ronaldo Caiado, líder del bloque de diputados del conservador Partido Demócrata, afirmó: "Estos 4 000 cubanos traídos de contrabando van a ser los punteros electorales del Partido de los Trabajadores, de (Dilma) Rouseff".
La salida en los próximos meses y antes de que termine el año de cuatro mil médicos cubanos se enmarca en los avisos de seguridad del gobierno norteamericano y de la Unión Europea, de tener cuidado en la isla debido a la epidemia de cólera que la afecta.
No obstante, los médicos que trabajarán en Brasil están de fiesta pues saben que en pocos días abandonarán la isla, y de regreso traerán más dinero para la casa y su estatus social seguirá en ascenso. Trabajarán en condición de esclavos, pero serán recibidos al regreso como mariposas.
(Publicado originalmente en Primavera Digital)
Primero llegaron cargados con pacotilla. Luego compraron los viejos automóviles que quedaban, soviéticos o norteamericanos, no existía preferencia. Pasaron más tarde a comprar las destartaladas casas que quedaban en la comunidad y las arreglaron poco a poco, poniéndole muros exteriores y avituallándolas.
Sus abandonados hijos, conocieron el olor del último aparato electrónico y del regalo oportuno a los maestros para mejorarles las notas. Sus redes de influencias aumentaron. Ya no eran las malencajados profesionales que salieron al exterior. Diez años después, los médicos que cumplen contratos en el exterior, son la nueva cofradía de potentados provincianos.
Portavoces de lo peor del aparato ideológico de la burocracia comunista, los médicos que trabajan en el exterior, son ahora sus principales voceros. Por supuesto, no es ideología. Es la forma de garantizar el próximo contrato con el burócrata de turno. Qué importa que el Estado, a través de la empresa contratista, les pague solo el 20 por ciento de los ingresos. El equivalente a cuatrocientos dólares mensuales es mucho dinero en la depauperada sociedad cubana.
La reciente decisión del gobierno de Brasil de contratar cuatro mil médicos cubanos a partir del mes de septiembre llena de alegría a muchas casas en el interior de la isla y por qué no también en La Habana. Pero en la capital de todos los cubanos, la competencia es diferente.
Desde hace un año, muchos de los cuatro mil médicos que saldrán a Brasil se preparaban para el mercado de la salud del gigante suramericano estudiando portugués y aprendiendo de sus costumbres y potencialidades. Lo hacían más que por iniciativa propia, por indicaciones de las autoridades de salud de su territorio, quienes ya tenían las listas de los probables internacionalistas, como los llama la propaganda oficial.
Al gobierno de Brasil le importa poco las condiciones en que estos profesionales cumplirán sus contratos de trabajo, ni del robo de que serán víctimas. Son los profesionales más baratos del mercado y en base de la colaboración con la empresa del gobierno militar que se encarga del asunto, apenas y si le harán la reválida del título. Potencialidades y ventajas de trabajar con gobiernos autoritarios, donde los ciudadanos son esclavos del Estado. Ya lo dijo el Ministro de Salud Pública de Brasil, Alexandre Padilha, citado por EFE, cuando explicó que desconoce cuánto dinero recibirá finalmente cada uno de los médicos cubanos, pues "eso no depende de las autoridades brasileñas".
Los cubanos serán distribuidos en 701 comunidades de las regiones norte y noroeste de Brasil, las más pobres del país y en las que a los médicos brasileños no les interesa trabajar por las malas condiciones de vida y la falta de infraestructura.
Los gremios médicos brasileros rechazaron tajantemente la presencia de profesionales cubanos.
"Brasil entra peligrosamente en el terreno de la pseudo asistencia, de manera demagógica y autoritaria en nombre de soluciones simplificadas para problemas complejos", dijo el Consejo Federal de Medicina.
Mientras, Florentino Cardoso, presidente de la Asociación Médica de Brasil afirmó. "Es muy triste que en un área social importante, el foco de las acciones sea una candidatura, que esté puesto en ver cómo ganar votos con algunas medidas".
Por su parte, Ronaldo Caiado, líder del bloque de diputados del conservador Partido Demócrata, afirmó: "Estos 4 000 cubanos traídos de contrabando van a ser los punteros electorales del Partido de los Trabajadores, de (Dilma) Rouseff".
La salida en los próximos meses y antes de que termine el año de cuatro mil médicos cubanos se enmarca en los avisos de seguridad del gobierno norteamericano y de la Unión Europea, de tener cuidado en la isla debido a la epidemia de cólera que la afecta.
No obstante, los médicos que trabajarán en Brasil están de fiesta pues saben que en pocos días abandonarán la isla, y de regreso traerán más dinero para la casa y su estatus social seguirá en ascenso. Trabajarán en condición de esclavos, pero serán recibidos al regreso como mariposas.
(Publicado originalmente en Primavera Digital)